Como no recordar, porque la situación actual así lo exige, aquel 15 de enero de 1936 en que se creó el llamado Frente Popular como un proyecto de coalición electoral de esencias antifascistas y republicanas que abarcaba desde sectores republicanos pequeño burgueses hasta sectores revolucionarios de carácter clasista. Tenía varios objetivos en función de su composición, pero sobre todos destacaban sus objetivos antifascistas y antioligárquicos. El golpe de estado fascista agregó a estos objetivos iniciales un fuerte contenido de clase debido a la participación directa política y militar de la clase obrera y de los sectores populares afectados por el golpe.

La entrada en mayo de 1935 de más ministros de la CEDA, de marcado carácter fascista, aceleró la creación del Frente Popular en clave de Pacto de San Sebastián, es decir de la alianza republicano-socialista. El sector republicano encabezado y representado por Manuel Azaña estaba compuesto por Izquierda Republicana, Unión Republicana y el Partido Republicano. El sector socialista de la coalición, con sus dos almas, la de Prieto y la de Largo Caballero, llevaba también al proyecto, entre otros, al Partido Comunista de España, ya en clave frentepopulista, al Partido Sindicalista de Pestaña y al POUM.

 

El programa de la coalición, que comenzó a ser llamada “Frente Popular”, a pesar de que ese término no aparecía en el documento firmado el 15 de enero y de que era un nombre que nunca aceptó Azaña, era el de los republicanos de izquierda y solo aparecían las reivindicaciones obreras como aspiraciones, indicándose en el documento que los republicanos no estaban de acuerdo con ellas. El programa incluía, en primer lugar, la amnistía para los delitos "políticos y sociales" (el excarcelamiento de todos los detenidos por la “Revolución de Octubre”), la continuidad de la legislación reformista del primer bienio y la reanudación de los procesos de autonomía de las "regiones". El gobierno estaría formado exclusivamente por republicanos de izquierda y los socialistas le darían su apoyo desde el parlamento para cumplir el programa pactado. Así pues, la alianza de 1936 era circunstancial, limitada a las elecciones, y por tanto bien diferente a la de 1931.

La coalición entre republicanos de izquierda y socialistas tenía un programa basado en la defensa de las reformas sociales del primer bienio de 1931-1933, que estaban siendo paralizadas o eliminadas por los gobiernos filofascistas y conservadores del segundo bienio. También surgía como respuesta para pedir la liberación de los detenidos y sometidos a proceso por las denominadas responsabilidades en los hechos ocurridos durante la Revolución de Asturias en 1934 y ante el avance en Europa del fascismo de Hitler o Mussolini. En ese momento también en Francia se había formado el Frente Popular Francés ante iguales o parecidas circunstancias.

En Cataluña, en paralelo a la creación del Frente Popular a nivel estatal, se formó la coalición llamada Front d'Esquerres de Catalunya y en la cual se integraron los nacionalistas republicanos catalanes como ERC. En Valencia, la coalición equivalente, también se llamó Front d'Esquerres, con una composición similar al del Frente Popular del resto de España. Los anarcosindicalistas de la CNT, divididos respecto al apoyo al Frente Popular, votaron a favor o se abstuvieron, pero en general no se mostraron beligerantes.

 

El Frente Popular sufrió una pleyade de agresiones que culminaron con el golpe de estado franquista en julio de 1936, que escalonó las agresiones desde el mismo inicio del triunfo electoral y que pasaron por el intento de golpe de estado del 17 al 18 de febrero, el cambio de gobierno, la amnistía, el restablecimiento del gobierno de la Generalidad de Cataluña, la ocupación de fincas y la reanudación de la reforma agraria, la destitución del presidente de la República Alcalá-Zamora y la agitación social en las grandes ciudades. Todos estos acontecimientos fueron aprovechados por las fuerzas de derecha para acabar con el Frente Popular. La reflexión es obligatoria.

Desde el PCPE, herederos y herederas de aquellos hombres y mujeres que iniciaron un nuevo camino de esperanza emancipadora de la clase obrera, truncado por un golpe de estado fascista, seguimos luchando en la etapa actual por la ruptura y confrontación contra un sistema monárquico-capitalista, reivindicando y exigiendo la legalidad republicana con nuestra propuesta política de un nuevo proyecto histórico para el estado español: LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE CARÁCTER CONFEDERAL.

Nuestra propuesta de unidad de la clase obrera y los sectores populares en un FRENTE de lucha por la REPÚBLICA SOCIALISTA como forma de estado, que permita hacer realidad la toma del poder político, social y económico por la clase obrera.

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