El desarrollo del sectarismo socialista y el desarrollo del movimiento obrero real se encuentran siempre en proporción inversa. Las sectas están justificadas históricamente mientras la clase obrera aún no ha madurado para un movimiento histórico independiente. Pero en cuanto ha alcanzado esa madurez, todas las sectas se hacen esencialmente reaccionarias. Lo caduco tiende a restablecerse y a mantener sus posiciones dentro de las nuevas formas aparecidas.

Bakunin: su programa estaba compuesto de retazos superficialmente hilvanados de ideas pequeñoburguesas arrebañadas de aquí y de allá: igualdad de las clases (!), abolición del derecho de herencia como punto de partida del movimiento social (morralla saint-simonista), el ateísmo como dogma obligatorio para los miembros de la Internacional, etc., y en calidad de dogma principal la abstención (proudhonista) del movimiento político.

Allí donde la clase obrera no ha desarrollado su organización lo bastante para emprender una ofensiva resuelta contra el poder político de las clases dominantes, se debe, por lo menos, prepararla para ello mediante una agitación constante contra ese poder y adoptando una actitud hostil hacia la política de las clases dominantes.

Allí donde el campesino existe todavía en masa como propietario privado, donde incluso forma una mayoría más o menos considerable, como en todos los Estados occidentales del continente europeo, donde este campesino no ha desaparecido, reemplazado por jornaleros agrícolas, como en Inglaterra, ocurrirá lo siguiente: o se dedica a obstaculizar toda revolución obrera hasta hacerla fracasar, como ha ocurrido hasta ahora en Francia, o el proletariado (pues el campesino propietario de su tierra no pertenece al proletariado, y, si por su situación pertenece, no cree formar parte de él) tiene que adoptar como gobierno medidas encaminadas a mejorar inmediatamente la situación del campesinado y que, por tanto, le ganen para la revolución; medidas que lleven ya en germen el tránsito de la propiedad privada sobre el suelo a la propiedad colectiva y que suavicen este tránsito, de modo que el campesino vaya a él impulsado por móviles económicos; pero no debe acorralar al campesino proclamando, por ejemplo, la abolición del derecho de herencia o la anulación de su propiedad; esto último sólo es posible allí donde el arrendatario capitalista ha desplazado al campesino y el verdadero labrador es tan proletario, tan obrero asalariado como el obrero de la ciudad y donde, por tanto, tiene directamente, no indirectamente, los mismos intereses que éste; aún menos se debe fortalecer el régimen de propiedad parcelaria, agrandando las parcelas por la simple anexión de las grandes fincas a las tierras de los campesinos, como en la campaña revolucionaria de Bakunin.

Siendo el Estado una institución meramente transitoria, que se utiliza en la lucha, en la revolución, para aplastar por la violencia a los adversarios, es un absurdo hablar de Estado popular libre: mientras el proletariado necesite todavía del Estado no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir.

El anarquismo no ha dado nada, excepto frases generales contra la explotación. Estas frases están en uso desde hace más de 2.000 años. Falta (a) concepción de las causas de la explotación; (b) concepción del desarrollo de la sociedad, que conduce al socialismo; (c) concepción de la lucha de clases como fuerza creadora de la realización del socialismo.

Concepción de las causas de la explotación: la propiedad privada como base de la economía mercantil. La propiedad social de los medios de producción. Nada en el anarquismo. El anarquismo es el individualismo burgués vuelto del revés.

Incomprensión del desarrollo de la sociedad -papel de la gran producción- transformación del capitalismo en socialismo. Incomprensión de la lucha de clase del proletariado. Negación absurda de la política en la sociedad burguesa. Incomprensión del papel de la organización y de la educación de los obreros.

¿Qué ha dado el anarquismo en la historia contemporánea de Europa?

    • Ninguna doctrina.

    • Fraccionamiento del movimiento obrero

    • Subordinación de la clase obrera a la política burguesa bajo la apariencia de negación de la política.

La socialdemocracia considera el parlamentarismo (la participación en las asambleas representativas) como un medio de ilustración, educación y organización del proletariado en un partido clasista independiente, como uno de los medios de la lucha política por la emancipación de los obreros. La burguesía trata con todas sus fuerzas, por todos los medios y con cualquier pretexto de poner anteojeras a los obreros para que no vean que el parlamentarismo es un instrumento de opresión burguesa, para que no comprendan la significación histórico-condicional del parlamentarismo. Los socialdemócratas subordinan íntegra y absolutamente su actividad parlamentaria a los intereses generales del movimiento obrero y a las tareas especiales del proletariado en la actual revolución democrática burguesa.

En Europa occidental el sindicalismo revolucionario ha sido en muchos países un resultado directo e inevitable del oportunismo, del reformismo y del cretinismo parlamentario. Contra el sindicalismo, como tendencia peculiar: 1) “dispersión anárquica en materia de organización”; 2) hipertensión nerviosa de los obreros en lugar de crear una sólida “fortaleza de la organización de clase”; 3) rasgos individualistas pequeñoburgueses del ideal y de la teoría proudhoniana; 4) absurda “aversión a la política”.

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