Alrededor de las seis de la mañana del domingo 16 de junio la policía francesa se presentaba en el piso de Gaël Quirante, Secretario Departamental de SUD Poste 92, en huelga indefinida desde hace casi 15 meses junto a 150 carteros/as, para detenerlo y trasladarlo a los locales de la Securité Territoriale -Seguridad Territorial- de París, donde pasó 35 horas detenido en garde à vue prolongée -detención provisional prolongada-, pasando en primer lugar numerosas horas en prisión de seguridad, aplicada en casos de terrorismo. La movilización inmediata, unida a la incansable lucha que han tejido los trabajadores de La Poste (Correos) durante estos meses, forzaron su puesta en libertad sin cargos, y ha colocado en las portadas de la prensa francesa el conflicto de La Poste y la detención de Gäel.

Una vez más, la policía y una justicia de clase, reprimen a los huelguistas que desde hace casi 15 meses conducen sin descanso un paro laboral ejemplar. Un movimiento social que se inició en marzo de 2018 cuando la ministra de trabajo del gobierno Macron, Muriel Pénicaud, autorizó (contra la opinión reiterada de la Inspección del Trabajo) el despido de Correos de Gaël Quirante, Secretario Departamental SUD Poste92 (Hauts de Seine, -Altos del Sena-), distrito que abarca 176 km2 y casi 1,5 millones de personas. Desde entonces la lucha de los y las trabajadoras no ha cesado, como tampoco la solidaridad nacional e internacional. Lo que ha permitido que 150 familias sin ingresos económicos puedan sobrevivir.

La lucha ha obtenido estos meses importantes victorias como mejoras salariales y de trabajo, consolidación de puestos indefinidos, retrasar el próximo plan de reestructuración de personal para dentro de 3-4 años y el cuestionamiento del método de cronometraje en las entregas de paquetería (una medida aplicada en base a la lógica de rentabilidad máxima en el servicio público, que ha provocado varios casos de suicidio entre las y los trabajadores de La Poste, debido a la alta presión psicológica a la que les somete). Las imposiciones del gobierno burgués de Macron, que obedece a los dictados del capital francés y a las directrices de la Unión Europea, para continuar con la privatización de La Poste, la mayor empresa pública del estado francés, que hasta entonces en los últimos 10 años había sufrido el despido de 100.000 trabajadoras y trabajadores, han topado con la enconada lucha consciente y organizada del movimiento obrero del sector.

Hoy, cuando se llevan varios meses de negociaciones con la dirección de La Poste para intentar firmar un protocolo de fin de conflicto, ésta ha decidido, objetando “degradación de bienes de Correos”, de nuevo intimidar a los huelguistas pensando seguramente que con la detención de Gaël el movimiento de protesta se debilitaría, y con ello ciertas reivindicaciones. Sin embargo, no ha sido así, sino que las acciones realizadas el lunes 17 de junio continuaron la denuncia y la lucha, y la determinación de los carteros y carteras en huelga queda intacta. Por otra parte, los comunicados de organizaciones sindicales y políticas de varios países europeos, entre ellos los del estado español, así como los de dirigentes políticos y sindicales del país vecino exigiendo la libertad incondicional del sindicalista detenido no se hicieron esperar.

Tras la larga huelga, y la liberación de Gäel Quirante, la lucha continúa sobre un plano superior, rebasando la violencia del estado burgués con más organización y movilización obrera, y se centra en seguir avanzando en las conquistas obtenidas, pero también en echar abajo la insistencia del gobierno francés en perseguir judicialmente a los huelguistas una vez concluya el conflicto, dado que durante la movilización del sector no ha podido lograr sus objetivos. El estado burgués no olvida, y quiere castigar con toda su fuerza a los elementos más conscientes y organizados.

Como decía Gaël Quirante horas antes de ser detenido, “la dirección de La Poste tendrá que negociar y responder a nuestras reivindicaciones, y no apostar más por la represión creyendo que con ello el movimiento se agotará, porque, hoy más que nunca, estamos decididos a proseguir la lucha”.

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