El salario no es sólo la nómina que nos ingresa el patrón a principio del mes por nuestro trabajo realizado (salario directo), sino también todas aquellas remuneraciones que recibimos en especie por el hecho de vivir y trabajar en el país que lo hacemos (sanidad, educación, servicios sociales …) que llamamos salario indirecto. Hemos visto cómo durante los años de la crisis del sistema capitalista nuestro salario indirecto ha ido decreciendo: copago de los medicamentos, tasazo universitario, pagamos por gestiones que antes eran gratuitas (tasas en la justicia, ayuntamientos, …). Pero el salario directo tampoco se queda atrás porque en años en que los capitalistas ya habían salido de su crisis (el PIB no dejaba de crecer) nuestros salarios estaban congelados, siempre por debajo de la subida de los precios y ni tan siquiera rozando el aumento de las ganancias de los amos, los capitalistas o la burguesía de este país, como los quieras llamar.

Y es que en el año 2014 ganaron un 37% más que el año anterior mientras los salarios directos de sus trabajadoras/es bajaban un -1,48% . En 2015 redujeron sus beneficios en -25% para preparar los años de bonanza: en el 2016 ganaron un +51,9% y en 2017 un +20% (frente a al pírrico aumento del +0,1% de los salarios). En resumen: nos recortan en salario directo e indirecto a nosotras y nosotros, la inmensa mayoría de trabajadores, para quedarse con un mayor porcentaje de nuestro trabajo: se llama capitalismo.

Es en este contexto donde nos pretenden vender que una subida del salario mínimo a 900 es un gran avance para las trabajadoras y trabajadores. Es innegable que va a mejorar las condiciones de vida del 1,3 millones de personas, en su mayoría mujeres (56,7%) que son las que cobran salarios más bajos, pero si tenemos en cuenta el aumento de los precios de los productos de primera necesidad en la actualidad (electricidad, alquiler …) todas y todos somos conscientes que ninguna familia, menos con niños, puede salir adelante con un salario de 900€ mensuales. En cambio, se atreven a congelar el IPREM, el índice de referencia para muchas ayudas, de forma que en una familia con hijos, si trabajan los dos, no van a tener derecho a, por ejemplo, asistencia jurídica gratuita. Pero es que, a pesar de que pagaremos más para el desempleo porque nuestra base de cotización será mayor (13,62€ más al mes en un contrato temporal), cuando nos condenen al paro, no vamos a cobrar más, debido a que esto se calcula sobre el IPREM: pagaremos más, pero cobraremos el mismo subsidio de desempleo, ¡nos tratan como tontos! Todo ello mientras vemos que las eléctricas del IBEX35 (Iberdrola, Endesa y Gas Natural), con sus consejeros de los distintos partidos que gestionan el sistema, ganan 5.627,47 millones de € en 2017. Solo repartiendo los beneficios de las eléctricas entre los 1,3 millones de personas que afecta la subida del SMI, serían 4329€ por cabeza al año, más de los 2.296€ que van a conseguir con esta subida (y solo hemos hablado de los beneficios de las eléctricas). No olvidemos que los beneficios de las empresas no son ni más ni menos que el trabajo realizado por sus trabajadoras/es - y de todas las empresas auxiliares - que no se remunera a los mismos, sino que se roba para repartirlo entre los parásitos que no han realizado el trabajo. ¡Ay si este dinero se invirtiera en beneficio de la sociedad y no en la buena vida de la burguesía! ¡Ay si nos diéramos cuenta que esto solo depende de nosotras y nosotros, de que nos organicemos para construir una sociedad sin opresores ni opresores.

Felip Vicedo

uyl_logo40a.png