“Contraponer decididamente a la ideología fascista, la ideología revolucionaria de clase del proletariado. Desenmascarar y fustigar el nacionalismo, el chovinismo y las teorías de "paz industrial" y "armonía de las clases"; liquidar la colaboración de clases; todo género de reformismo. Desenmascarar el fascismo como destructor y sepulturero del movimiento sindical; desenmascarar el fascismo como ideología del capital bancario y del imperialismo.”

J. Dimitrov “Acerca de las medidas de lucha contra el fascismo y los sindicatos amarillos”; 1928.

Cuando, al igual que hoy, en toda Europa recorría el fascismo engañando a los obreros con sus consignas ambiguas, el camarada Dimitrov expuso en el encuentro de la sindical obrera las tareas inmediatas que realizar en los sindicatos para combatir a los fascistas, quienes desmovilizaban a los trabajadores. Ahora, como antes, la labor de los comunistas es hablar claro y desenmascarar la ideología fascista, contraponiéndola a la ideología revolucionaria. Por eso vamos a desglosar algunos de los puntos que propone VOX en su programa electoral para “mejorar” la situación de la juventud obrera y explicar que, cuando dicen ”mejorar”, es mejorar el aumento de beneficios para el empresario.

Su propuesta en educación se caracteriza por una educación privada, descentralizada, de ideología católica-nacional y clasista. Quieren privatizar la educación con medidas como el cheque escolar. Con este cheque se asigna un dinero a los progenitores, para que elijan a qué colegio asisten sus hijos favoreciendo las diferencias entre escuelas tanto a nivel académico como ético. Pero esta privatización tiene un objetivo ideológico y es el de mantener viva entre los jóvenes la ideología reaccionaria católica, esta conjunción se da en la instauración del PIN parental y la autorización para cualquier actividad de valores éticos, sociales, cívicos o morales, es decir, los progenitores podrán decidir qué valores éticos quieren que se les imparta a sus hijos; no será el Estado quien decida la ideología a impartir sino los padres en una educación privada. Esto conseguirá que el hijo del padre y madre fascista, sea fascista, pues, como se ha visto con su alianza con asociaciones como hazte oír o manos blancas, se posicionan en contra de charlas de inclusión de colectivos LGTB+, acerca de educación sexual o de materias como la filosofía, coartando la educación a miles de jóvenes por culpa de los ideales de sus padres.

Pero su reaccionarismo no está solo vinculado con la ideología católica reaccionaria, sino que su nacionalismo chovinista se expresa con la propuesta de impartir la educación en español en las comunidades con riqueza lingüística, dejando estas lenguas populares en un segundo plano opcional que puede ser elegido por los padres para pretender eliminar esa riqueza cultural, limitando su expansión y su uso entre los jóvenes.

Como decimos en el título, no son demócratas, son fascistas, y por ello su sistema de educación es un sistema clasista que quiere reimplantar las reválidas franquistas así como implantar un sistema de becas “exigente”, que se traduce en que el hijo del obrero deberá estudiar el doble que el del burgués si quiere entrar en la educación superior aun con menos recursos, sin que se le permita un solo error, pues se le lanzaría al mercado laboral dejando atrás los libros. Las diferencias entre escuelas que tengan mayor o menos presupuesto para ofrecer mejor calidad educativa serán tan abismales entre las mejores escuelas y aquellas otras a las que puedan asistir los obreros, que no nos darán la oportunidad de formarnos con un mayor nivel profesional.

La educación es un bien social que debe tener como máxima prioridad la de preparar a individuos críticos y con amplia cultura. Individuos capaces de compartir con sus hermanos y de ver la realidad con una objetividad materialista y no con supersticiones ideológicas de religiones o de odio reaccionario hacia aquellos que buscan el avance de la sociedad hacia la igualdad. La educación debe ser una constructora de individuos libres y revolucionarios, no una escuela de discriminación. No se puede permitir que por el origen de clase se tenga peor educación. Nuestras consignas siempre serán la de “la hija de la obrera a la universidad”, y “educación gratuita, de calidad y laica”. No dejemos que destruyan aún más nuestro ya privatizado sistema educativo.

Respecto al empleo hay dos medidas que afectan principalmente a la juventud trabajadora. La primera es la de reducir un 10% la cotización de las empresas para contratos indefinidos a españoles; la segunda es la creación de un primer empleo libre de cargas sociales para la empresa en la primera contratación de jóvenes menores de 24 años por una duración de dos años. De nuevo, en estas dos propuestas solo vemos beneficios para la burguesía y miseria para la clase obrera. Vemos el interés de enfrentar a la clase obrera nativa con la extranjera, enfrentamiento donde el único que saca beneficio es el empresario que se deduce un 10% de impuestos. Vemos que aquellos que se benefician de los contratos de miseria de la juventud son los empresarios, pero no los jóvenes que seguirán cobrando una miseria, mientras que se le extrae más riqueza de su trabajo. Estas dos medidas perjudicarían a toda la juventud que enfrenta por restos de miseria al joven inmigrante con el joven nativo, dado que el empresario preferirá contratar jóvenes y “españoles”.

Nuestras reivindicaciones en los sindicatos, los CUO, las asambleas y en todo lugar y espacio donde haya trabajadores (con empleo o no) es al de una tasa de paro 0%. El paro solo lo necesita el capitalista para regular los salarios y extraer más plusvalía, pero no el obrero que produce. Los comunistas somos internacionalistas y en la praxis eso se refleja en que no vemos diferencias entre clase obrera nativa o extranjera en un mismo país, solo vemos diferencias materiales que se dan entre la clase obrera y la clase burguesa, frente sus gritos segregadores, nosotros gritamos: ¡Nativa o extranjera, misma clase obrera!

Nuestra lucha decide, la lucha obrera puede cambiar la sociedad, puede construir el socialismo. La lucha de los comunistas es siempre antifascista, porque es intrínsecamente anticapitalista. Es nuestro deber como obreros y obreras derrotar al fascismo uniéndonos al partido comunista, luchando por construir una sociedad donde estos hongos que crecen y envenenan un país no tengan cabida. Contra el fascismo solo existe la opción de la organización y la lucha antifascista.

Costa

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