Palabras, palabras, palabras. Palabras con las que construir un bonito discurso y llenar de promesas el futuro, que se tornan en hechos bien distintos en cuanto el amo, la oligarquía, lo requiere. Eso es lo que hace el Psoe en cuanto llega al poder. Esta lejano el “Otan, de entrada no” con el que FG nos acabó alistando a la organización atlantista y que nos apuntó a todas las guerras, pero no tan lejano ese escudo antimisiles y la renovación de las bases militares extranjeras en nuestro territorio como regalo de despedida del anterior inquilino socialista, ZP, en la Moncloa. El actual, acaba de declarar que “no siempre se pueden convertir los ideales en realidades”. Lo ha dicho a cuenta de seguir defendiendo la venta de armas a Arabia Saudí. País que como es bien sabido sólo extermina con nuestras bombas inteligentes, que cínico oxímoron, a gentes malas de Yemen. Da igual la excusa empleada, el PSOE despliega el ardor guerreo a la menor ocasión, nos venda al pueblo trabajador la mona que nos venda, el miedo o el empleo, según convenga al momento histórico.

Pero son negocios, claro, las Corbetas de Navantia o el diseño, construcción y explotación del primer tren de alta velocidad entre Medina y La Meca,  3 líneas del metro de Riad para FCC, otros negocios de aguas y energía, o los negocios del jefe emérito … Lo que traducido en palabras de sanchez viene a ser "Si me piden dónde tengo que estar hoy y aquí es en la defensa de los intereses de España y el trabajo de sectores estratégicos", un ejemplo bien clarificador de que significan esos intereses patrios y al servicio de quien están los gobernantes, sean del signo que sean. Nada extraño, que ya Marx nos explicó que los gobernantes son los consejos de administración de las empresas. Aunque sólo gracias a la poca memoria de los pueblos es posible que una y otra vez la socialdemocracia vuelva a confundir al personal.

Lo que sí ha conseguido el PSOE es un efecto desmovilizador, con gestos y márquetin para " el cambio". Del consejo de ministros con más mujeres, a la poca dotación económica para la lucha contra la violencia de género. Del pretendido enfoque respetuoso con los derechos humanos en la política migratoria, a expulsar a 117 subsaharianos con una revisada devolución en caliente mediante el acuerdo firmado con Marruecos en 1992 para la readmisión de extranjeros y la continuidad de los CIE y de las cuchillas asesinas en la valla de Ceuta y Melilla. Del querer ensanchar los derechos y libertades a la permanencia de todas las leyes represivas y mordazas. Del “Lo primero que hará el PSOE será derogar la reforma laboral de Rajoy", a “La reforma laboral no se puede derogar alegremente" y por tanto sólo prevé derogar aspectos concretos con acuerdos puntuales. No se cumple con el 50% de financiación del sistema de atención a la dependencia y en los tan cacareados y publicitados presupuestos, pese a incluir lo pactado con Unidos Podemos, como elevar las pensiones, los permisos de paternidad o, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros al mes, el gasto público decrecerá 0,3 puntos respecto al PIB, desde el 41,2% de 2018 al 40,9% en 2019. Es el menor gasto público desde 2007. Que para algo se puso techo al gasto público vía reforma constitucional.

Y tan placida anda la cosa, que hasta cuando se hace un llamamiento a la movilización como la del pasado octubre, no se hace ni una sola mención al partido gobernante. Sólo se habla de la necesidad de relanzar la movilización social de manera general, unitaria y transversal ¿para qué? pues básicamente para pedir un programa socialdemócrata, un capitalismo de rostro humano.

Parafraseando a Bergamín, no son los mismos políticos con otros collares, son los mismos collares con otros políticos. Es el capitalismo y sus políticos.

Ana Muñoz

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