Estamos asistiendo en estos últimos meses de “supuesto cambio político” al debate sobre la retirada de la momia del mayor genocida de nuestra historia del llamado Valle de los Caídos, todo ello desde el “espíritu” de la sacrosanta Transición española y la reconciliación, lo que viene a demostrar la impunidad vigente del franquismo y la voluntad política de no acabar con dicha impunidad. La propuesta del PSOE de la Reforma de la Ley de Memoria Histórica (2017) es un reflejo de ello. 

El Valle de los Caídos ha sido siempre y sigue siendo un lugar de exaltación del fascismo y de ese culto ultracatólico de honra a los verdugos y humillación a las víctimas del fascismo. No podemos olvidar que su construcción se hizo con el trabajo esclavo de miles de presos republicanos y antifascistas. La pervivencia de este monumento de exaltación al fascismo es una de las más evidentes pruebas de vigencia del modelo español de impunidad que sigue negando el derecho a la Verdad, la Reparación y la Justicia a las víctimas del franquismo. 

Dentro de este modelo de impunidad, se plantean las propuestas políticas y el debate sobre la exhumación y traslado de los restos de Franco, tejiendo una cortina de humo para no abordar en profundidad la impunidad y condena política y jurídica del franquismo. 

Sacar a Franco del Valle de los Caídos no es la solución al problema real de la impunidad. ¿Sacamos a Franco y qué?. Si la Ley de Memoria Histórica actual no ha dado una solución definitiva al Valle de los Caídos ni a la impunidad del franquismo, la actual propuesta de reforma del PSOE y sus actuaciones seguirán manteniendo el modelo de impunidad bajo unas supuestas reformas inspiradas en la “reconciliación” con la sombra de la Transición y sus pactos de vergüenza. Parece ser que con estas propuestas y el falso debate que se está dando pretenden convertir este mausoleo fascista en un monumento de la “reconciliación” equiparando a las víctimas junto a los verdugos. Estas políticas de “reconciliación” siguen manteniendo la impunidad para los fascistas y siguen dejando a más de 115.000 personas en las cunetas y fosas comunes. Sin justicia no hay perdón ni reconciliación. 

El debate nos debe de reconducir a las demandas de las víctimas, sus familiares y los foros y colectivos de memoria histórica que siguen reivindicando Verdad – Justicia y Reparación y la elaboración de una Ley de Memoria Histórica Antifascista y Republicana, una Ley que acabe de una vez por todas con la impunidad del franquismo, declarando y condenando a dicho régimen desde todas las instituciones, tanto políticas como jurídicas, como un régimen ilegal. Esto permitiría hacer realidad las demandas que desde los diverso colectivos siguen manteniendo tales como la nulidad de la Ley de Amnistía de 1977 y la nulidad de los juicios sumarísimos. Una Ley que parta del reconocimiento jurídico de las víctimas del franquismo por el Estado español, paso fundamental para conseguir una Ley que haga justicia, repare a las víctimas y se conozca toda la verdad.

Para todo ello, tanto la Ley de Memoria Histórica como los puntos de la reforma de dicha Ley propuesta por el PSOE, que no contemplan dichas peticiones, demuestra la voluntad política del gobierno del PSOE de seguir manteniendo ese modelo de impunidad producto de la llamada “reconciliación” y del “consenso” pactado en la Transición.

No sólo basta con exhumar y trasladar los restos del genocida Franco del Valle de los Caídos. Hay que DESMANTELAR completamente este monumento de exaltación al fascismo ( y todos los existentes en calles y plazas de pueblos y ciudades), como el monumento más importante exponente del sistema de impunidad del franquismo y de sus símbolos, reconvirtiéndolo en un lugar de Memoria dedicado a las víctimas del fascismo y a los presos políticos que lo construyeron forzadamente. Un lugar para homenajear a las víctimas y no a los verdugos.

La DESMATELACIÓN del Valle de Los Caídos exige la “desacralización” y retirada de la basílica y el desmantelamiento de la gran cruz que representa al nacional-catolicismo fascista y de toda simbología franquista y fascista. Y por supuesto, el trasladado de los restos del dictador y genocida Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera símbolo del fascismo en España.

Ante el pequeño resurgir de ese fascismo sociológico latente en ciertos partidos, asociaciones e instituciones que despierta ante mínimas acciones de memoria colectiva, es hora de salir a la calle y decir una vez más ¡NO PASARÁN!. Es hora de salir a la calle y luchar por una sociedad libre, sin explotación, sin clases. Una sociedad cuyo modelo de Estado sea una República de trabajadores y trabajadoras, una República Socialista donde la clase obrera y los sectores populares sean los protagonistas y dirigentes de la transformación política y social que necesita el Estado español. Una República que haga justicia a las víctimas del franquismo y del fascismo y acabe con la impunidad del franquismo y todos sus colaboradores.

NI OLVIDO NI PERDÓN. La lucha contra el fascismo continúa. 

Ginés Saura

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