“Creo que sin la Ciencia los hombres serían débiles e ineptos frente a la Naturaleza; mientras que sin el Arte serían desalmados.”

*Dmitri Kabalevski (El primer maestro de pedagogía musical en la URSS)

Ahora que estamos viendo el verdadero rostro del “capitalismo humano” como se denomina al famoso Estado de Bienestar que acaba de golpe y plumazo con el sistema de pensiones de la clase obrera de cualquier país, es bueno recordar la gran diferencia que existe con el Socialismo al respecto, donde los Países del CAME y el Tratado de Varsovia contaban con lo que ellos denominaban como Fondos de Justicia Social.

En los Países Socialistas como la URSS la gente aceptaba que el Estado contase con los recursos para garantizar a todos los miembros de la sociedad iguales posibilidades en obtener enseñanza, especialidad, vivienda, preservar la salud, desarrollarse física y culturalmente, así como para mantener a los incapacitados y ancianos hasta el final de su vida.

A todos estos procesos se denominaban como fondos sociales de consumo, que no dejaban de ser en el fondo la encarnación de la justicia social del régimen socialista, creando en el mundo un sistema único y novedoso en aquel momento de relaciones interhumanas de apoyo y ayuda mutua.

En definitiva servían para satisfacer las necesidades materiales y culturales de cada persona, desde su nacimiento hasta su vejez, bajo un sistema donde el paro no existía. Todo esto les llevaba a una mayor igualdad social de todos los miembros de la sociedad. Por eso mismo los y las trabajadores/as de los Países Socialistas los llamaban con pleno derecho: Fondos de Justicia Social.

Cabe recordar para ir concluyendo, que mientras en nuestros países neoliberales no contamos con una asistencia pública y gratuita para los ancianos; ya que la gran mayoría de los centros geriátricos son privados o en su caso concertados; en la URSS, en la RDA y otros países del CAME existían las casas diurnas para mayores donde poder desayunar y comer gratuitamente; así como internados netamente públicos. En estos centros se contaban con habitaciones confortables, bibliotecas y salones especiales para el descanso, además de salas de cine y de conciertos. La asistencia médica a cualquier hora, además de ser todo ello gratuito. Huertos, jardines, donde de nuevo las enseñanzas de los veteranos y veteranas se recogían de sus experiencias y habilidades.

“El Estado socialista siempre se ha basado en la tesis humanitaria de que todos los miembros de la sociedad necesitan bienestar y desarrollo libre y polifacético.”

*Viktor Klavdienko: Socialismo y Bienestar del Pueblo. Moscú: Ed. Nóvosti, 1986.

Ángel Comonte

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