El carácter internacional de la clase obrera se ha traducido en varios momentos de la Historia en la existencia de entidades de vocación internacional, mundial, fruto de la unión de organizaciones y partidos con base estatal pero con una clara perspectiva de la necesidad de dotar a los y las trabajadoras de todo el mundo de algún tipo de herramienta que pueda ser útil a su emancipación y que responda al carácter también internacional de la explotación capitalista.

La experiencia de las tres Internacionales que conoce (y reconoce) el Movimiento Comunista Internacional (MCI) es muy rica y nos facilita multitud de enseñanzas sobre las distintas posiciones que van surgiendo en la construcción de una herramienta internacional aglutinadora de los distintos destacamentos nacionales de la clase obrera, al mismo tiempo que nos permite elaborar propuestas adecuadas a la situación actual de nuestro movimiento y que tengan en cuenta el momento de la lucha de clases en que nos toca luchar.

Al menos en el plano teórico, los partidos y organizaciones comunistas siempre han defendido la necesidad de un trabajo conjunto y coordinado para hacer frente a los retos que tiene ante sí la clase obrera a nivel superior al estatal, pero esta necesidad deviene imperiosa cuando los ataques contra la clase obrera y los sectores populares se multiplican y tienen rasgos muy similares en distintos rincones del planeta. Así, nos encontramos con un enemigo de clase que actúa, a pesar de sus contradicciones internas, muy bien coordinado internacionalmente mientras nosotros no somos capaces de articular una respuesta consistente que le pueda hacer frente al mismo nivel.

La posición del PCPE

Desde su nacimiento, el PCPE ha defendido en todos los foros la necesidad de contar con una coordinación comunista internacional estable, avanzada y útil para los partidos comunistas y obreros del mundo. No ocultamos que nuestro objetivo en este ámbito es la reconstrucción de la Internacional Comunista y no nos cansamos de repetir que es necesario dar más pasos, clarificar más posiciones, discutir más abiertamente y abordar las razones que nos llevan a afirmar que el Movimiento Comunista Internacional está inmerso en una crisis que tenemos que superar más pronto que tarde.

En nuestros documentos y en nuestras intervenciones reflejamos con claridad que somos muy conscientes de que la situación hoy del MCI no es la más adecuada para alcanzar el objetivo de la Internacional Comunista. Son muchas las dificultades ante las que nos encontramos, pero nuestro papel es el de trabajar, honesta y camaraderilmente, por lo que entendemos que beneficia no sólo al propio PCPE, como partido comunista de la clase obrera en España, sino a todos los partidos comunistas consecuentes que hay en el mundo.

Los elementos que dificultan el avance

Uno de los elementos que definen la crisis del MCI actualmente es que muchos partidos comunistas y obreros son refractarios a la idea de avanzar en la coordinación internacional. No existe, en muchos de ellos, una voluntad clara de poner en común cuestiones de estrategia y táctica, debates sobre la política de alianzas, sobre las uniones imperialistas, sobre el papel del partido de vanguardia o sobre debates ideológicos de importancia para las luchas actuales. En nuestro análisis, ello se debe a distintas razones:

Existen algunos partidos que no han asimilado la experiencia de las anteriores Internacionales y que han procedido a analizarlas desde una perspectiva únicamente crítica, no autocrítica, que les lleva a posiciones excesivamente cautelosas ante propuestas de más coordinación, pues entienden que ello llevaría a la imposición de los análisis de algunos partidos sobre el resto.

En otros casos se ha producido la asimilación, consciente o inconsciente, de las posiciones eurocomunistas, oportunistas en general, que se caracterizan por la defensa de “vías nacionales” al socialismo, exacerbándose así las particularidades de los distintos países y negando, de paso, la validez de ciertos elementos estratégicos esenciales y comunes a todos los procesos revolucionarios.

Por último están quienes plantean que sí que hay avanzar en la construcción de herramientas internacionales, pero no exclusivamente comunistas sino de alianza con otros sectores no obreros, caracterizándolas como “antiimperialistas”, “progresistas” o “de izquierda”, logrando con ello que la posición netamente de clase, representada por los partidos comunistas y obreros, se desdibuje y quede subordinada y condenada a servir de mero soporte de posiciones socialdemócratas.

Para el PCPE, partiendo del marxismo-leninismo y adoptando una posición comunista consecuente y que aprende de la historia del Movimiento Comunista Internacional, todas esas posiciones son erróneas y peligrosas porque nos conducen a una situación de retraso respecto al grado de coordinación de nuestro enemigo de clase y, en ocasiones, a confundir el marco de alianzas y el propio papel de los y las comunistas en la lucha revolucionaria.

El PCPE jamás ha negado que haya que discutir y debatir sobre la experiencia de las anteriores Internacionales, pero ello no nos impide declarar que es más necesaria que nunca la unificación de criterios y de luchas en el seno del MCI.

El PCPE jamás ha negado que en cada país haya que estudiar la táctica a desarrollar por los partidos comunistas y obreros para situarnos más cerca del objetivo estratégico de la conquista del poder político por la clase obrera, pero al mismo tiempo reconocemos que existen una serie de elementos en la teoría revolucionaria, en el carácter del Partido Comunista, por ejemplo, que son comunes a todos los países, independientemente de sus circunstancias particulares.

El PCPE jamás ha negado que sea necesaria la alianza con sectores no obreros a nivel internacional. De hecho es una de nuestras banderas la construcción de un Frente Mundial Antiimperialista, pero al mismo tiempo decimos alto y claro que los partidos comunistas y obreros debemos tener nuestro propio ámbito internacional de coordinación que permita visualizar nítidamente las posiciones comunistas sin subordinarlas a intereses de otras fuerzas sociales o de uno u otro país.

Los ámbitos de coordinación comunista en que participamos

Existen, es cierto, diversas vías de coordinación comunista internacional en las que participamos y que avanzan con mayor o menor fuerza. En el ámbito europeo están los Encuentros Europeos de Partidos Comunistas y Obreros, que se vienen celebrando regularmente en Bruselas desde hace varios años por iniciativa del Partido Comunista de Grecia (KKE). A nivel mundial existe también el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), que este año encara su 15 edición en Lisboa. Existe también el Seminario Comunista Internacional de Bruselas, cuya particularidad es su apertura a corrientes escisionistas del MCI, lo que dificulta el logro de acuerdos estables.

En los documentos de nuestro IX Congreso fuimos bastante claros al analizar la situación actual de los Encuentros Internacionales, señalando varias críticas relativas a la falta de unidad ideológica, a la multiplicidad de visiones tácticas e incluso estratégicas y también a una evidente falta de voluntad, por parte de varias organizaciones, de hacer de estos encuentros un ámbito serio de, al menos, discusión política. La excesiva amplitud de temas a tratar y la escasa voluntad de una parte de los participantes por alcanzar acuerdos concretos, así como ciertas actitudes prepotentes, elementos que de forma más o menos fuerte se dan también en el Seminario Comunista Internacional, hacen que las perspectivas de desarrollo de los Encuentros Internacionales sean limitadas.

De esa experiencia práctica surge la importancia que el PCPE otorga a los encuentros de corte más restringido en lo geográfico, como el Encuentro Europeo, donde la existencia de una orientación de los debates más definida, el grado un poco mayor de afinidad ideológica de los participantes y el menor número de participantes facilitan que los debates tengan más contenido y los avances sean algo más concretos, aunque todavía insuficientes.

En el ámbito europeo surge ahora una herramienta ilusionante, denominada resumidamente Iniciativa Europea de Partidos Comunistas y Obreros, que pretende dar un paso en la superación de las problemáticas expresadas hasta el momento en el resto de ámbitos de coordinación. El PCPE está profundamente comprometido con este proyecto, en el que depositamos esperanzas de avance concreto y visible en los próximos meses.

Finalmente hay que mencionar el trabajo que se realiza en el seno de la Revista Comunista Internacional. Pese a no ser un marco específicamente ideado para la coordinación de tipo político, sino ideológico, la Revista tiene efectos indiscutibles en la unificación de posiciones políticas entre los participantes, con un nivel de debate mucho más alto y con unos mecanismos de funcionamiento que evitan la posibilidad de introducir actitudes diletantes en su seno.

Aún falta mucho para poder hablar de una nueva Internacional Comunista, pero el PCPE apuesta por ello como objetivo estratégico en las relaciones internacionales y, en tanto no se vayan dando los pasos por parte de los distintos partidos que deberían implicarse, nosotros seguiremos trabajando a todos lo niveles posibles, tanto bilaterales como multilaterales, por ir configurando un polo leninista en el seno del Movimiento Comunista Internacional que permita vislumbrar, más pronto que tarde, una verdadera y efectiva coordinación comunista a nivel mundial, algo que sin duda beneficiará a la clase obrera y los pueblos del mundo.

Ástor García

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