El Gobierno prepara un nuevo zarpazo al sistema público de pensiones. Su nueva reforma implantará “factores de sostenibilidad”, esto es, mecanismos para reducir el poder adquisitivo de las personas pensionistas, con un objetivo claro: empujar a quienes ahora trabajan a contratar planes de pensiones privados.

El PP, continuador del PSOE

En 2010 se aprobó una reforma de las pensiones “para asegurar su sostenibilidad”. Suponía entre otras cosas, aumentar los años de cotización para tener derecho a pensión, aumentar la edad de jubilación y aumentar los años a tener en cuenta para calcular la pensión. En definitiva, trabajar más años para disfrutar menos pensión. La implantación de la reforma se hacía progresivamente, hasta completarla en 2027. El PP acelera la implantación del recorte del PSOE; para ello, encargó un informe a un “comité de expertos”, que se encargó de dar un barniz pseudocientífico al nuevo ataque, y ahora prepara las modificaciones legislativas.

Por un lado, quienes se jubilen a partir de 2019, tendrán una pensión más baja, ya que vivirán más, y por tanto deben cobrar menos para que a la larga sea sostenible el sistema.

Por otro, se aplica una reivindicación histórica de la Unión Europea: desligar la subida de las pensiones del IPC. Así, habrá topes máximos y mínimos a la revalorización anual de las pensiones, oscilando entre un 0’25% y el IPC+0’25%, en función de la situación económica, y prevé aplicar la subida mínima al menos hasta 2020.

Los sindicatos calculan que en 15 años el poder adquisitivo de las pensiones va a caer entre un 14’8% y un 28’3%.

La banca y las aseguradoras privadas, contra las pensiones públicas.

Los “expertos” aseguran que el sistema de pensiones público es insostenible; pero llevan diciéndolo desde los años 70 y aún no ha quebrado. Los bancos y aseguradoras pueden ganar mucho si destruyen el sistema de pensiones público, por eso intentan convencernos de que no hay más remedio que bajar las pensiones públicas, complementándolas con pensiones privadas. Nos cuentan que cada vez vivimos más años, y que al caer la natalidad hay menos gente joven para trabajar, y por lo tanto no hay más remedio que jubilarse más tarde y con una pensión menor.

Nos esconden que se puede recaudar más de los más ricos, sacar a flote la economía sumergida, mejorar salarios y conciliación de vida familiar y laboral para aumentar la natalidad, etc. También que la productividad del trabajo, con las nuevas tecnologías, cada vez es más alta, por lo que no importa que haya más personas jubiladas, porque podemos producir lo suficiente para mantenerlas. Además, la esperanza de vida es mayor para las clases altas que para las clases populares. Igualmente ocultan el riesgo de poner nuestras pensiones en manos de las entidades financieras privadas, que acaban de ser rescatadas con dinero público.

Nos convencen de que trabajemos más años, mientras mantienen a más del 50% de la juventud en paro. ¿Tienen que trabajar más las personas mayores mientras las jóvenes no tienen trabajo? Esta es la locura a la que nos lleva el capitalismo.

Podemos pararles los pies.

Las pensiones públicas no nos las han regalado los capitalistas; es una conquista del movimiento obrero, que durante décadas de lucha ha logrado arrancar al capital derechos como las pensiones, la sanidad o la educación. Ahora nos los quieren arrebatar, ¿lo vamos a consentir? Sólo mediante la movilización podremos detener estos ataques. Necesitamos una nueva Huelga General que les deje claro que no nos vamos a dejar pisotear. Podemos parar los planes del capital, y luchando unidos lo haremos.

Juan Perles

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