Durante el pasado mes de julio los trabajadores de la empresa privada Ascán-Geaser, adjudicataria de la limpieza de Santander, convocaron diversas movilizaciones y huelga a partir del 19 de julio, fecha en que comenzaba la Semana Grande de fiestas.
Los motivos de las movilizaciones fueron fundamentalmente dos: la amenaza de despido de 30 trabajadores (aproximadamente el 10% de la plantilla) con contratos de relevo y el vencimiento del convenio en fecha 30 de septiembre (se anunciaba una rebaja salarial próxima al 10% y otros recortes en derechos laborales). La posición de la empresa era de intransigencia y negativa a negociar.
La combatividad y unidad de la inmensa mayoría de los trabajadores, así como el acierto de convocar la huelga para la semana de fiestas, convirtieron la lucha en un asunto político y obligó al ayuntamiento a intervenir y forzar a la empresa a negociar. Finalmente, tras una sola noche de huelga en la que los piquetes de trabajadores fueron identificados por la policía en varias ocasiones, la empresa tuvo que aceptar prorrogar el convenio y mantener el contrato de los trabajadores amenazados de despido. Un momento especialmente simbólico se produjo cuando una de las manifestaciones de los trabajadores de basuras coincidió con un grupo de trabajadores de la fábrica Sniace de Torrelavega, que venía de una frustrada reunión en el ORECLA. Entre ambos colectivos de trabajadores arreciaron los aplausos y ánimos recíprocos, así como los gritos de “Unidad Obrera”.