El calculadamente ambiguo lema “OTAN de entrada NO” del PSOE en 1981 dejó claro el valor de los compromisos de la socialdemocracia con el pueblo. Tras año y medio del gobierno a la valenciana constatamos que ese desprecio es compartido por la nueva socialdemocracia representada por Compromís, gobernando en el Consell junto al PSOE; Podemos, apoyándoles desde las Cortes Valencianas; o Esquerra Unida, compartiendo Gobiernos locales con dichas formaciones políticas.

 

 

En materia sanitaria el “Acord del Botànic”, recién y pomposamente revisado, que posibilitó la conformación del nuevo Gobierno valenciano, comprometía la “Recuperación del sistema sanitario público. Auditoría de las concesiones administrativas sanitarias y estudio de las vías adecuadas que permitirían la reversión completa”. Todavía hoy, y a pesar de sus flagrantes incumplimientos contables (hasta 26 liquidaciones anuales quedaban pendientes desde 2008), de infraestructuras, asistenciales y laborales, ninguno de los 5 hospitales de gestión privada y sus correspondientes Áreas de Salud en el País Valenciano ha sido recuperado para la gestión pública. Puesto que el lucro de las empresas concesionarias (Ribera Salud y DKV) está por encima de la salud de la población también para este Gobierno “de progreso”, seguiremos manteniéndolas hasta 2018, al menos, en el Hospital de Alzira y hasta 2023-2025 en el resto. No es un asunto menor pues estudios científicos internacionales muestran que, en condiciones asistenciales equivalentes, el ánimo de lucro incrementa en un 2% la mortalidad hospitalaria de pacientes adultos y en un 10% la de recién nacidos; sin contar con que un hospital privatizado puede resultar hasta 4 veces más gravoso para las arcas públicas que un hospital íntegramente público.

 

De la prometida recuperación de las resonancias magnéticas para el sistema público, cuya privatización supone un sobrecoste anual de hasta 17 millones de euros, nunca más se supo de momento, a pesar del requerimiento realizado por las Cortes Valencianas en abril de 2016 con el voto favorable de los grupos de Gobierno.

 

 

De las plantillas consideradas “no sanitarias”, incluyendo la esencial limpieza hospitalaria, ni se plantean que retornen a la red pública, continúan en manos de empresas privadas solo interesadas en captar fondos públicos y que, en la última década, han practicado despidos, ERE, impagos salariales y recortes de plantillas que han degradado la calidad del servicio.

 

 

Se mantienen los cierres de camas hospitalarias en verano, siendo la nuestra la cuarta autonomía que más camas cerró en 2016, alrededor de 950, lo que supuso que se elevara de 98 a 127 los días de demora y de 19.469 a 32.977 el número de pacientes con demoras superiores a los 90 días en la lista de espera quirúrgica.

 

 

Y pende sobre nuestras cabezas el Decreto 74/2015, aprobado por el anterior Consell del PP solo nueve días antes de las últimas Elecciones autonómicas que, bajo el pretexto de la libre elección de profesionales y centros, reduce en la práctica los 24 Departamentos de Salud a un Área Única, y convierte al País Valenciano en un gran mercado sanitario en el que centros públicos competirán en desventaja frente a los privados por la captación de pacientes y procesos “rentables” —no hay derecho a la salud, solo a la rentabilidad— dejando a las y los ancianos, discapacitados y crónicos (“no rentables” en términos capitalistas) al amparo de una sanidad cercana a la beneficencia y dejándoles morir lentamente. La nueva Conselleria de Sanitat no solo no ha derogado ese decreto sino que parece dispuesta a desarrollarlo. Qué útil resulta el placebo de que solo cumplen la legalidad, engañan a la población y sirven al amo…

 

 

La Sanidad 100% pública, universal, integral, y sin copagos ni repagos que la clase obrera y el pueblo trabajador necesitamos no se defiende desde los Gobiernos del capital, consejos de administración de las empresas, sino organizándonos y luchando en los centros de atención primaria, los hospitales y en nuestras calles y barrios. Las propuestas y la lucha junto a las y los comunistas han demostrado a lo largo de la Historia ser la mejor herramienta para su consecución. No hay otro camino.

 

 

Comité País Valenciano PCPE

 

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