24 Y 25 DE ENERO DE 2015

INTRODUCCIÓN

El presente documento sobre orientación del trabajo sindical para el conjunto de la militancia del Partido Comunista y de la Juventud Comunista es fruto del acuerdo del XVII Pleno del Comité Central , adoptado tras constatarse por parte del órgano la necesidad de dar marco orgánico al debate abierto reiteradamente por diversos camaradas del CC acerca de cuál debe ser la práctica sindical de la militancia comunista.

El objetivo del documento es clarificar esta cuestión, en base a la experiencia colectiva de nuestra militancia en los centros de trabajo y teniendo como marco de desarrollo los documentos vigentes de la Conferencia de Movimiento Obrero y Sindical y del IX Congreso del PCPE.

El mismo pleno que tomó el acuerdo encomendó a la Comisión Central de Movimiento Obrero y Sindical la elaboración del presente documento para su aprobación por parte del Comité Ejecutivo y presentación al XVIII Pleno del CC, situando las principales líneas de intervención en la compleja y fragmentada realidad sindical existente, y en las diferentes realidades sindicales que nos encontramos en los centros de trabajo de nuestro país, para su debate entre los/as militantes que desarrollan su trabajo en el frente obrero.

Algunas consideraciones preliminares de importancia fundamental, sobre las que volveremos luego, son las siguientes:

  • La lucha sindical ha de entenderse en su génesis y naturaleza de lucha económica, de lucha por reformas, y por tanto, per se, toda lucha sindical tiene como objetivo natural no la conquista política del poder por la clase obrera (revolución) sino la conquista y defensa de reivindicaciones y derechos laborales y la mejora en lo inmediato de las condiciones de trabajo y de vida de la clase obrera. Independientemente de que estas mejoras y conquistas, han de ser explicadas por los comunistas, en el seno de las OOSS, desde nuestra comprensión del carácter sociopolítico de la lucha sindical, como directamente ligadas al objetivo político revolucionario del poder obrero, intentando transformar cada sindicato y cada lucha parcial en una escuela de lucha revolucionaria para los trabajadores y trabajadoras.

  • Es preciso entender con claridad que la línea de intervención clasista en el trabajo sindical puede y debe encontrarse y/o desarrollarse en prácticamente todas las estructuras sindicales hoy existentes, con muy pocas excepciones que se sitúan en el campo de las organizaciones del sindicalismo fascista y empresarial.

La separación entre sindicatos "mayoritarios" y "alternativos" o "de clase" desde una óptica comunista no cabe establecerla por no sustentarse en fundamentos científicos y por carecer de cualquier funcionalidad práctica. Continúa plenamente vigente la conclusión de la I Conferencia de MOS, de que ninguna de las OO.SS. existentes hoy en nuestro país, da respuesta por sí sola a la necesidad de recuperar el sindicalismo de clase en el estado español.

Esta afirmación no nos exime de realizar una caracterización rigurosa de cada una de las formaciones sindicales existentes y muy especialmente aquellas en las que intervenimos lxs comunistas. De ahí que una tarea concreta de la máxima importancia que acuerda el XVIII Pleno del Comité Central es la elaboración por parte de cada miembro del órgano, de una ficha caracterizadora de la OS a la que pertenece el/la camarada así como de su intervención en ella. Tales fichas reflejarán datos sobre alcance numérico de la afiliación, implantación territorial y sectorial, presencia en los órganos representativos de los trabajadores, papel en la convocatoria y organización de huelgas generales, luchas obreras emblemáticas en que haya tenido o esté teniendo un papel dirigente, y cualquier otro dato que el/la camarada considere significativo.

Desde el momento de entrega de estas fichas dará comienzo un trabajo colectivo de seguimiento y evaluación, por los órganos de dirección, de la labor realizada por cada camarada y/u organización del Partido en el seno del Movimiento Sindical.

Una aproximación a definir la tarea de los comunistas en los sindicatos no puede de ninguna manera dar por sobreentendida la respuesta a la siguiente cuestión:

¿QUÉ ES UN SINDICATO?

El sindicato es la forma de asociación primaria que agrupa a los trabajadores para la defensa de sus intereses inmediatos, generalmente de carácter económico.

Se trata por lo tanto de una lucha económica que procura negociar las mejores condiciones de la venta de la fuerza de trabajo que permita la capacidad de lucha y la correlación de fuerzas, y el hecho mismo de que estas condiciones tienden a empeorar aceleradamente en la actual fase de desarrollo del sistema capitalista, como producto de sus contradicciones irresolubles, plantea a la militancia comunista la tarea de intervenir con más fuerza en el seno de la clase obrera y de cada una de las OOSS, con la propuesta de, no negando la lucha económica sino partiendo de ella, elevar ésta a lucha política contra el poder de los monopolios, y organizar a la clase obrera para la conquista de su propio poder.

Esto hace necesaria la intervención activa del Partido Comunista en las filas de los sindicatos. "Penetrar en los sindicatos, incluso en los sindicatos reaccionarios, permanecer en ellos y realizar allí, cueste lo que cueste, una labor comunista" V.I.Lenin, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo.

Cualquier confusión de corte anarcosindicalista entre el papel de una y otra organización de la clase obrera (Partido y Sindicato) puede conducir a errores graves que concluyan apartando al PC de las masas obreras e impidiéndole jugar su papel histórico de vanguardia revolucionaria y Partido de la Clase Obrera.

La lucha sindical se desarrolla como se indica más arriba, por su propia naturaleza, en clave de lucha económica. Como señalaba Lenin en el ¿Qué Hacer?:

“semejante actividad [la lucha económica], por sí sola, no era aún, en el fondo, socialdemócrata, sino sólo tradeunionista. En realidad, las denuncias no se referían más que a las relaciones de los obreros de un oficio determinado con sus patronos respectivos, y lo único que lograban era que los vendedores de la fuerza de trabajo aprendieran a vender a mejor precio ésta "mercancía" y a luchar contra los compradores en el terreno de las transacciones puramente comerciales.”

La lucha de los trabajadores de una fábrica o centro de trabajo frente a su patrón por medidas de carácter económico –salarios, jornada laboral, etc- solo podía generar la organización del proletariado en estas mismas claves, es decir, de defensa de los intereses más inmediatos por parte de la clase trabajadora. Por tanto, cuando hablamos de sindicalismo, sea el autodenominado “de clase” o el mayoritario, estamos hablando de lucha por reivindicaciones inmediatas que mejoren las condiciones de trabajo de la clase obrera, lo que significa lucha por reformas en las categorías políticas del socialismo científico que utilizamos los/as comunistas.

Por tanto, la lucha sindical, per se, no conduce a la derrota del capitalismo, sino a mejorar las condiciones concretas de vida y trabajo del proletariado, las cuales tienden a empeorar en la actual fase de desarrollo, en la que el capitalismo monopolista, poco puede ofrecer al conjunto del pueblo trabajador.

Lenin afirmaba que una correcta política de masas de los comunistas debía diferenciar muy bien el tratamiento de las cúpulas corruptas del que era preciso dar a las masas trabajadoras sometidas a su influencia. En sus Tesis para el II Congreso de la Internacional Comunista, señaló insistentemente que era preciso diferenciar muy bien métodos de trabajo: a los líderes corrompidos hay que desenmascararlos, apartarlos y expulsarles del movimiento. A las masas abordarlas desde el conocimiento de su psicología y peculiaridades, de manera paciente y cautelosa para ganarlas y atraerlas. Estrechar lazos con ellas y apartarlas de la influencia de la aristocracia obrera.

"En todas las asociaciones, sindicatos y organizaciones sin excepción, sobre todo en las proletarias, pero también en las de la masa no proletaria de tarbajadores y explotados (en las políticas, sindicales, militares, cooperativas, culturales, deportivas, etc) deben crearse grupos o células de comunistas (...) Estas células , estrechamente ligadas entre sí y con los organismos centrales del partido, intercambiarán experiencias, realizarán una labor de agitación, propaganda y organización, y se adaptarán sin falta a todas las esferas de la vida social, a todas las categorías y sectores de las masas trabajadoras. Y a través de esa labor polifacética, deberán educarse a sí mismas y educar al partido, a la clase y a las masas con toda regularidad.

Tiene la mayor importancia establecer en la práctica la máxima diferenciación entre los métodos de trabajo, por un lado, con los "líderes" o los "representantes responsables" , a cada paso corrompidos sin remedio por los prejuicios pequeñoburgueses e imperialistas (estos "líderes" deben ser desenmascarados y expulsados sin piedad del movimiento obrero) , y, por otro lado, con las masas (...). En lo que se refiere a las masas, es preciso aprender a abordarlas del modo más paciente y cauteloso, a fin de poder comprender las peculiaridades y los rasgos originales de la psicología de cada sector, profesión, etc."

En lo que respecta a la definición de lo que entendemos por sindicalismo de clase, (sociopolítico, anticapitalista, internacionalista, de lucha, asambleario, independiente de la patronal y del Estado, democrático, representativo, unitario, participativo, que promueva la movilización como instrumento fundamental de lucha, ) estos son los rasgos definitorios de la futura Confederación Sindical que un día tendrá nuestra clase obrera si realizamos bien nuestro trabajo. Pero a menos que queramos convertir este documento en un ejercicio de erudición que en nada sirva al desempeño real de la labor que como comunistas tenemos por delante en el seno del movimiento obrero, la principal conclusión, extraída de la I Conferencia de MOS y de la práctica, que debemos tener presente, es el hecho siguiente:

Más allá de definiciones estatutarias y reconocimientos autoproclamados, en nuestro país y época no existe ninguna OS que reúna los rasgos citados más arriba, se caracterice por la hegemonía de la línea sindical clasista, tenga la potencialidad de liderar una estrategia sindical de clase a nivel del Estado y satisfaga por sí sola la necesidad de recomponer y reagrupar el sindicalismo de clase en el estado español.

LA NECESIDAD DEL TRABAJO SINDICAL

El nefasto papel de muchas direcciones sindicales de los sindicatos mayoritarios, y de los minoritarios también, de sobras conocido, de ninguna manera debe disuadir a la militancia comunista de participar activamente en esas estructuras, con el objetivo de combatir en su seno toda práctica sindical que se aleje del sindicalismo de clase y de masas, toda tendencia al burocratismo y a la judicialización de la lucha de clases, las posiciones claudicantes y pactistas, el divisionismo y el amarillismo sindical, así como el sectarismo, el oportunismo “de izquierdas” y el engañoso discurso interclasista y ciudadanista de la pequeñoburguesía, y elevar la conciencia de lxs trabajadorxs. Como señalábamos de forma introductoria, es preciso entender con claridad que la línea clasista en el trabajo sindical puede y debe encontrarse y/o desarrollarse en prácticamente todas las estructuras sindicales hoy existentes.

La importancia del trabajo sindical se deriva de la propia naturaleza del Partido Comunista como partido de la clase obrera, como su sección organizada, consciente y avanzada, llamada a dirigirla en su lucha contra la explotación capitalista y su sistema de dominación De ahí la necesidad de no cejar en la tarea de convertir en realidad que absolutamente toda la militancia comunista desarrolle un trabajo sindical práctico que le ponga a la cabeza de la lucha obrera.

El PC y su militancia deben combatir en el seno de cada OS las posiciones de capitulación y connivencia con el enemigo de clase, teniendo mucho cuidado de no confundir su voz con la de quienes aprovechan la realidad de traición y descomposición de las cupulas sindicales, para impugnar el sindicalismo, desprestigiar a las organizaciones obreras y conducir a la clase obrera a la desorganización y a la derrota. Nuestra política en materia movimiento obrero es clara, y es precisamente la de la unidad obrera por encima de siglas sindicales. Por ello, al igual que se combaten las posiciones claudicantes y las del pacto y la conciliación, hay que combatir también la división y atomización del movimiento obrero a la que contribuyen no pocas organizaciones sindicales, que independientemente de su radicalismo verbal no dejan de ser organizaciones reformistas de facto aunque izquierdistas en su fraseología.

EL PARTIDO COMUNISTA EN EL MOVIMIENTO OBRERO

La lucha de clases, como motor de la historia de la humanidad es algo que ya existía previamente al nacimiento del socialismo científico. Los clásicos descubren la división de la sociedad en clases antagónicas y el papel protagónico del proletariado como fuerza motriz, como primera línea de combate de las fuerzas del trabajo frente a la burguesía, clase detentadora del poder económico y político en aquellos –y en estos- momentos.

Pertrechan así al movimiento obrero con la herramienta que permitirá fundir en un todo único el socialismo científico y el movimiento obrero: El Partido Comunista.

Así, la acción política y orientaciones en el movimiento obrero por parte del P.C. elevan la conciencia de clase del proletariado hacia las “denuncias políticas”, ligando las reivindicaciones parciales, en clave de reforma, que por sí misma genera la práctica sindical, elevándolas a una denuncia general del sistema de explotación que las engendra. Esta superación cualitativa expresa el grado de madurez del proletariado, guiado por su propia vanguardia, organizada en el Partido Comunista.

El PCPE y el sindicalismo

Desde su nacimiento, la táctica sindical del Partido Comunista ha variado, conforme al desarrollo del propio Partido, teniendo en cuenta su composición inicial, los intentos de liquidación habidos y la etapa actual de crecimiento político y organizativo. Asimismo ha variado conforme al desarrollo del mismo movimiento sindical existente, y su evolución como actor en la lucha de clases.

A las filas de nuestro Partido se incorporan obreros conscientes que no siempre llegan con unas concepciones ideológicas ya desarrolladas, fruto de que, en el capitalismo, la clase obrera tiende a asumir la ideología de la clase dominante (la ideología dominante es la ideología de la clase dominante) y los militantes comunistas no somos impermeables a la acción política continua, medida y orquestada de la burguesía por desviar al proletariado para combatir bajo otra bandera diferente a la de su clase.

En los denominados sindicatos “alternativos” o “de clase”, confluyen todo tipo de organizaciones oportunistas en su trabajo diario, que con un programa propio desvían el objetivo que antes definíamos tiene por bandera el P.C. e intentan confundir la organización sindical con algo muy distinto. El sindicato se convierte en el “partido” de los “sin partido”.

En el caso de los sindicatos “mayoritarios”, años y años de pacto social, fruto de la degeneración político-ideológica y de las cooptaciones por parte de la burguesía de no pocos dirigentes y cúpulas de los mismos que por ejemplo han desvirtuado su acción sindical para en ocasiones reducirla a la simple judicialización de los conflictos obreros.

Una vez tenida en cuenta esta valoración, en el plano concreto de la acción diaria en el MOS nos encontramos con militancia del PCPE en la más variada amalgama de siglas sindicales.

¿Esto a qué obedece? En primer lugar, naturalmente, a la realidad objetiva de la dispersión sindical. Pero además, obedece a que, el Partido, a grandes rasgos y con no pocas dificultades, derivadas en ocasiones de una incomprensión de la línea política actual, ha conseguido avanzar en la máxima de que la afiliación sindical del militante comunista obedece a un análisis concreto de la realidad concreta por parte de su célula, donde cada militante pone su afiliación sindical a disposición de ésta, que siempre tendrá en cuenta la correlación de fuerzas en la lucha de clases del centro de trabajo en lo concreto y las posiciones clasistas que se dan en cada sección sindical o estructura, sea cual sea la sigla que allí está presente. En este sentido no es descartable que, a corto y medio plazo, cuando vayamos haciendo una realidad aun más extendida el trabajo sindical de nuestra militancia, seguirá dándose ésta en diversas estructuras sindicales. Es la realidad sobre la que intervenimos y aun no se da el marco político que propicie un cambio de tendencia hacia la unidad sindical.

En estrecha relación con lo dicho anteriormente, merece la pena señalar una vez más que el/la militante comunista del PCPE actúa como comunista en los sindicatos en los que trabaja y no de forma inversa, como en la reciente historia del movimiento sindical se ha venido dando. Es decir: la militancia comunista interviene siempre en los sindicatos bajo la dirección del partido. Por ello debe rendir cuentas en su célula y/o comité, y éstos a su vez dar las orientaciones concretas para la intervención. Nunca la táctica de un sindicato u otro, debe suplir la política independiente del partido.

El /la militante comunista:

- Interviene en las luchas reivindicativas y sindicales de la empresa vinculándolas a las del sector y a las del conjunto de la clase obrera.

- Tiene como prioridad absoluta de su trabajo sindical, para levantar el sindicalismo de clase, el promover la solidaridad de clase mediante el apoyo de unos sectores o empresas a otras y el compromiso con reivindicaciones globales de la clase (negociación colectiva, pensiones…)

- Hace práctica la consigna de "unir la luchas". Difundir cada lucha, conseguir la solidaridad y apoyo desde el mayor número de colectivos obreros es una tarea fundamental de la militancia comunista

- Trabaja por aumentar la afiliación sindical de los trabajadores, promueve la sindicalización y

- Trabaja por promoverse a sí mismx como delegadx sindical y miembro de los comités y órganos de representación de los trabajadores.

- Detecta a los elementos más conscientes y trabaja por su incorporación al proyecto de los CUO.Trabaja para desarrollar éste, organizando al máximo de activos del proletariado bajo esta estrategia y convirtiendo este proyecto en el eje central de esa construcción de la unidad de la clase

- Es necesario determinar la importancia y carácter de la intervención de lxs comunistas en el movimiento sindical unitario y en los organismos representativos de los trabajadores. Los comunistas intervienen en esos ámbitos por decisión y en representación de los trabajadores que les han confiado esa responsabilidad, y esa intervención debe ser respetuosa de las estructuras unitarias y su autonomía.

-Ahora bien: ninguna estructura sindical puede suplantar a la célula del Partido. Desde el momento en que todas las cuestiones concretas e inmediatas que preocupan a los trabajadores están vinculadas a la cuestión política general y al objetivo del Poder obrero, sin explicar esto no es posible avanzar en la toma de conciencia de clase del conjunto de trabajadores. Ni es suficiente que lxs comunistas actúen como tales en las estructuras unitarias si no realizan su aporte militante (decisivo por el conocimiento que tienen de su empresa, de sus compañerxs, y su experiencia adquirida en las estructuras unitarias) a la célula del Partido.

“ Ese conocimiento abarca los datos referentes a la empresa, desde su estructura al proceso de gestión, pasando por la organización de los procesos productivos o de funcionamiento, desde algunos datos sobre su historia a su producción y a sus planes. En ese conocimiento se incluyen los datos referentes a quienes trabajan en la empresa, desde la cantidad de sus trabajadores y su división en las diversas secciones, hasta su procedencia y desarrollo social y político, al número de jóvenes, de mujeres, de trabajadores inmigrantes; desde la historia de las acciones llevadas a cabo en la empresa, las tradiciones existentes, hasta la situación vivida por los trabajadores actualmente en lo que se refiere a salarios, seguridad, higiene, salud, transportes, problemas habitacionales y otros. Es indispensable conocer muy bien los principales problemas existentes en la empresa, las reivindicaciones que mejor unen a los trabajadores, sus aspiraciones comunes. Sin conocer bien la realidad no es posible tomar decisiones correctas para modificarla, para mejorarla”. A. Cunhal, La célula de empresa

- Cada célula del Partido ha de tener una estrategia definida, como organización de base, y para cada militante que la compone, que orienta y marca la intervención en el movimiento obrero como miembros del Partido Comunista.

- Cada militante y cada célula comunista debe combinar acertadamente la intervención partidaria directa y la indirecta sin confundir ambas, sin hacer de ellas dos elementos inconexos y sin desarrollar una en detrimento de la otra.

Para la intervención comunista en el movimiento obrero, debemos combinar varios instrumentos. En todos ellos la militancia interviene bajo la dirección del Partido. Por una parte, tenemos la propia intervención directa como partido (ya sea en movilizaciones, luchas obreras...); por otra parte, hemos de desarrollar la intervención indirecta a dos niveles: a través de los CUO y a través de los Sindicatos. Cada una de ellas cumple una función distinta; combinarlas adecuadamente según la situación concreta es lo que nos permitirá avanzar.

No debemos renunciar a ninguna de ellas, aunque cada una adquirirá un protagonismo distinto según las condiciones. En los últimos tiempos hemos avanzado , aunque todavía insuficientemente, respecto a la intervención directa como partido en los conflictos obreros, y así debemos continuar. Vamos visibillizando al partido, nuestra solidaridad y nuestras propuestas entre la clase. Pero dicha intervención, tiene también sus límites. Según cuales sean las diversas capacidades, puede quedarse en algo que la clase interprete como externo y no como propio. Es por ello que en la medida de las posibilidades debe combinarse con intervención sindical de la militancia, ya sea dentro de la empresa en conflicto, del sector o incluso a través de los distintos sindicatos. Y a su vez, combinarse con la intervención de los CUO. Si existe CUO de empresa tendremos mejores condiciones, en ausencia de éste se hará a través del CUO territorial o sectorial. Hay que tener en consideración a la hora de planificar la intervención, el documento elaborado sobre cómo combinar acertadamente la intervención del Partido y la de los CUO, en las situaciones donde éste tiene todavía poco desarrollo.

Las experiencias que vamos acumulando son muy diversas, y nos encontramos con situaciones distintas que nos determinan a la hora de intervenir en un conflicto obrero, por ejemplo no planificaremos de la misma manera nuestra intervención:

- Cuando el comité de empresa o de huelga dirige el conflicto y utiliza la asamblea como instrumento de toma de decisiones.

- Cuando el comité de empresa es sobrepasado, pues al calor de la lucha surgen trabajadores/as que superan las posiciones de los sindicatos mayoritarios, o incluso sus miembros cambian de sindicato.

- Cuando el comité de empresa traiciona la lucha.

- O cuando algún/a militante comunista, es miembro del comité y dirige el conflicto desde dentro. Esto sucede todavía escasamente.

En todas estas circunstancias diferentes, la constante será la lucha por la unidad de la clase, y ésta será puesta en cuestión tanto por la patronal, como por las cúpulas sindicales o por las posiciones "izquierdistas" en el sindicalismo. La división de las/os trabajadores/as a través de la división sindical, será un elemento central del ataque, y en este sentido debe adquirir un papel fundamental tanto la defensa de la asamblea de trabajadores para la toma de decisiones, como conseguir dar un papel protagonista al instrumento de los CUO, que aglutine y una a los sectores más combativos y avanzados de la clase. La relevancia y el desarrollo de éste dependerá de la situación concreta.

Toda intervención debemos evaluarla tanto en el transcurso de la lucha como a posteriori, ver en qué medida hemos ganado posiciones, hemos contactado con trabajadores/as, difundido el discurso del partido.. pero también cuantificar si ha dejado poso organizativo, ya sea para aglutinar posiciones en el sindicato, para desarrollar o crear nuevos CUO, o para aumentar las filas del Partido. Éstos serán algunos de los indicadores fundamentales.

- La afiliación de cada camarada a uno u otro sindicato, subrayémoslo una vez más, se decide colectivamente, en la Célula o Comité en el que participe cada camarada respondiendo a un análisis previo en el Partido de las condiciones existentes en su centro de trabajo y sector. Con el criterio general no de hallar entre todas las OOSS la más pura o con pronunciamientos verbales más radicalizados, sino de afiliarse (y militar sindicalmente, y destacarse en esta militancia sindical) a aquella OS que mejores posibilidades ofrezca de tomar contacto e influir ideológicamente en masas de compañerxs de nuestra clase. EL/la militante comunista traslada la línea general del Partido para el frente obrero, informa al Partido de su trabajo sindical, y el Partido discute y dirige colectivamente esta intervención.

En las condiciones en que el trabajo político ha madurado hasta el punto de generar una célula de empresa o centro de trabajo, corresponde a ésta (bajo la orientación de los órganos de dirección política del Partido ) la dirección, en su ámbito, de la actividad militante de sus miembros en el seno de los sindicatos y en las asambleas y órganos de representación de lxs trabajadorxs.

- Es preciso hacer referencia aquí a la gran cantidad de militantes de nuestro Partido que trabajan en empresas en las que la realidad dificulta organizar una célula de empresa o incluso tener una actividad sindical fructífera en el seno de la misma. Microempresas, precariedad y temporalidad…dificultan la tarea, pero no deben impedir el trabajo sindical ¿cómo? Trabajando en el sector y siendo, además, referente para todos los sectores por la intervención decidida en todos los conflictos laborales que se den en nuestro entorno, ganando el liderazgo, la hegemonía y el prestigio con nuestro conocimiento de cada conflicto, de cada situación particular, de cada hecho general, levantando luchas por los convenios de sector y, sobre todo, cosechando una amplia solidaridad de toda la clase haciéndonos conocidos y dignos de confianza como sindicalistas, como luchadores inclaudicables y como comunistas.

No podemos pasar a otro punto sin hacer mención a una inquietud de naturaleza práctica que se expresa continuamente desde numerosxs militantes que perciben que, salvo en aquellos casos en los que resultamos elegidxs como representantes de los trabajadorxs, la intervención en el sindicato (en todo sindicato) se ve extraordinariamente constreñida y limitada por falta de acceso a las bases afiliativas que no pertenecen a nuestro centro trabajo o sector. Aquí es de suma importancia poner a debate y en común no sólo principios teóricos sino experiencias que lxs militantes con más experiencia en trabajo sindical tienen que poner de continuo a disposición de lxs camaradas menos expertxs, para hacer así realidad la generalización de la experiencia: convertir la experiencia de cada célula y de cada militante en experiencia de todo el Partido. Esto se desarrolla de manera enormemente limitada, no se hace regularmente, y si nos guardamos nuestros aciertos y reveses en nuestra célula, si no ampliamos nuestra capacidad de informar, aprender y enseñar, camaradas, de poco valdrá toda fraseología sobre dirigir a las masas pues antes hemos de forjarnos como dirigentes formados, creíbles y preparados para la envergadura de la tarea que tenemos por delante. En cada conflicto tenemos que poder llegar a ser, además de la vanguardia política que indique el camino organizativo correcto, la vanguardia práctica que señale cómo paralizar de manera efectiva la producción en la empresa o sector. Ese y no otro es el camino para ganar el reconocimiento de la clase obrera y el papel dirigente.

Y esa formación es labor del Partido y de cada uno de sus militantes, sin la cual el papel de vanguardia de éste se queda en una mera entelequia.

Nuestra I Conferencia de MOS concretó la línea que debe seguir nuestra intervención en el frente obrero en general y en los sindicatos en particular. La capacidad para hacer avanzar las posiciones de la clase obrera en la lucha de clases está en conexión directa con la correlación de fuerzas. Y ésta, con la capacidad de unir a lxs trabajadorxs y la creación del instrumento organizativo.

Hace 4 años, la Conferencia de Movimiento Obrero y Sindical del Partido se celebró con el objetivo de dar respuesta a esta necesidad y proporcionar a la militancia

-una línea única de intervención en el movimiento obrero, concretando la intervención en las diferentes OOSS y

- una herramienta organizativa superadora de la división paralizante del MOS y de la hegemonía ideológica del oportunismo (de derechas y de "izquierdas") en sus filas.

En consonancia con las conclusiones de esta Conferencia, en el ámbito de su sindicato y en el de su centro de trabajo o sector, el/la camarada del Partido impulsa la unidad obrera en torno a la propuesta estratégica del Partido para la recuperación del sindicalismo de clase, el agrupamiento de compañeros/as pertenecientes a distintas organizaciones sindicales (o a ninguna) en las estructuras unitarias clasistas (CUOs) capaces de hacer frente unido contra la patronal y combatir la hegemonía de las posiciones claudicantes entre los trabajadores de la empresa y en sus asambleas.

El PCPE y los Comités para la Unidad Obrera

Fruto de los análisis antes descritos, el Partido Comunista realiza sus mayores esfuerzos para .en las condiciones de fraccionamiento sindical y ausencia de referencias netamente clasistas , y buscando superarlas, intervenir en el movimiento obrero, y es con este objetivo que formula e impulsa los Comités para la Unidad Obrera (CUO).

Los CUO no nacen para dividir al movimiento obrero o declararse desde el primer momento como la herramienta más apurada para la defensa de los intereses de los trabajadores, sino como elemento aglutinador de aquellos trabajadores/as que entienden que la división sindical debilita al conjunto de los trabajadores en su lucha por todo tipo de reivindicaciones, ya sean parciales y económicas o de carácter político.

Por tanto, se hace un llamamiento a la organización en los CUO de todos los trabajadores/as, que independientemente de su afiliación sindical –o no afiliación- tengan y comprendan esta necesidad, y se comprometan a trabajar para organizar la unidad de su clase. Aquí el papel de los comunistas es primordial para organizar a estos compañeros, ya sea en estructuras de carácter más primario –territorial- o que incidan directamente en la contradicción capital-trabajo –de empresa-.

En el primer caso, el impulso y desarrollo de CUO de territorio o sector debe de ir acompañado por un plan de extensión a las empresas, como fase de implantación y actuación en los conflictos obreros.

"Es en las empresas, a través de la movilización, de la organización y las luchas de los trabajadores, donde mejor se desarrolla la conciencia de clase,  donde se esclarece más claramente quiénes son los que están por, y los que están contra, las aspiraciones inmediatas y mediatas de los trabajadores(...)  Es en las empresas, particularmente en las acciones colectivas contra la  explotación y la represión patronales, donde mejor se va comprendiendo el papel y la fuerza de la unidad y de la organización, la importancia de la lucha por las reivindicaciones concretas que unen a los trabajadores, la necesidad de la creación de una nueva sociedad, de una sociedad sin clases antagónicas, de una sociedad sin la explotación del hombre por el hombre, de una sociedad  socialista." Alvaro Cunhal, La Célula de Empresa

El objetivo de la etapa actual de construcción y/o consolidación de los CUO ha de ser el pasar de la intervención de tipo externo –de apoyo decidido a colectivos de trabajadores en lucha, etc- a una intervención interna que dirija estos conflictos y bajo la orientación de los militantes comunistas en su seno, permita a los trabajadores ir acumulando experiencias en el ámbito de trabajo sindical y político diferentes a las que genera el reformismo, en clave de contraataque y con perspectiva de superación del sistema capitalista.

Esto no quiere decir, que si no tenemos un CUO de empresa donde surge un conflicto, no podamos aspirar a poder crearlo, o incluso a que el partido consiga la dirección política de la lucha. Será más difícil. Pero la planificación combinada del partido, a través de la militancia en los sindicatos, de su intervención directa y por supuesto de la propia intervención autónoma de los CUO, bajo influencia de la militancia comunista, deberá crear las condiciones, tanto para el desarrollo de CUO's de empresa, como incluso para incorporar al partido a los elementos más conscientes de ese grupo de trabajadores/as o ejercer una influencia suficiente en ellos/as (aunque no consigamos incorporarlos a las filas del partido), como para orientar la lucha hacia posiciones clasistas generales y elevar así el nivel de conciencia.

La experiencia de estos cuatro años señala como de la mayor importancia las siguientes conclusiones:

- Es de importancia capital la construcción de los CUO desde la asamblea de trabajadores de centro de trabajo, para lo cual necesitamos una presencia sindical y una evaluación de la realidad de cada centro de trabajo.

- los CUO territoriales, válidos como vías para el contacto desde fuera con los conflictos, tienen una capacidad limitada en tanto no se haga realidad el citado plan de extensión a las empresas.

Desde el CUO territorial se ha de trazar un plan para ganar influencia en el movimiento obrero de su zona, analizando las empresas y centros de trabajo existentes y concretando un proyecto de intervención y acercamiento , buscando ser referente en la denuncia de las condiciones concretas de la explotación capitalista en su realidad inmediata, buscando jugar un papel de organizador levantando luchas obreras, ser una organización que tenga capacidad de interlocución con los Comités de Empresa de su zona y con los miembros más conscientes del proletariado local. Los CUO han de desarrollar su estrategia de construcción y avance de influencia entre la clase obrera desarrollando tácticas que les permitan ganar un amplio reconocimiento por el grado de su iniciativa político-sindical, por su posición de firme confrontación con el capital y por su iniciativa en toda lucha obrera, grande o pequeña.

- Es de primordial importancia realizar el mencionado trabajo directo e interno en las empresas. Los y las camaradas y miembros de los CUO deben defender y promover incansablemente la organización de asambleas decisorias en los centros de trabajo. Y en la medida de lo posible referenciarse como miembros de los CUO, teniendo en cuenta siempre la situación concreta.

- Debe insistirse en el carácter superador de la división sindical de los CUO, para lo cual es necesaria cierta táctica según las condiciones en cada empresa y/o conflicto. Debemos ir referenciando a los CUO de manera inteligente, midiendo los tiempos , analizando cada situación concreta y teniendo en cuenta los desarrollos desiguales, pues de no ser así, se puede dar al traste con avances concretos e importantes.

Nuestro objetivo es ir creando la referencia de los CUO en el conjunto del Estado, como la herramienta más útil para conseguir la unidad de la clase por encima de siglas sindicales. En la medida que se desarrollen los CUO, éstos actuarán ejerciendo una fuerte influencia al interno de los diversos sindicatos, sin suplantar las estructuras sindicales ni los órganos de representación de los trabajadores/as, confrontando con las prácticas sindicales conciliadoras, y colocando el discurso clasista. Pero también interviniendo a lo externo de lo sindical, aglutinando a los sectores de la clase más combativos y con más consciencia, que luchan en el ámbito del movimiento obrero.

-Es preciso insistir mucho en la necesidad de que la militancia comprenda el siguiente hecho objetivo: la construcción de los CUO es larga y va a exigir paciencia, tenacidad, perseverancia, combatir tenazmente la impaciencia y el derrotismo en todas sus expresiones. Va a exigir también flexibilidad; pero hace falta una voluntad clara de su puesta en marcha y no el ataque constante basado en la fidelidad a siglas sindicales que no ayudan al objetivo estratégico que nos marcamos en la Conferencia y el Congreso.

El trabajo continuado de los CUO irá ganando espacios, tanto dentro de las estructuras sindicales como entre la clase obrera (sindicada o no), y en los centros de trabajo; e irá generando estructuras organizativas de masas con una clara conciencia de lucha de clases. Su presencia en distintas organizaciones sindicales permitirá ganar influencia entre el conjunto de la clase obrera, su intervención en las luchas obreras y en la vida diaria de los centros de trabajo los irá situando como referentes de un proyecto de unidad de la clase, que ninguna Organización Sindical está en condiciones de representar. Es precisamente su presencia tanto en distintas organizaciones sindicales como entre el proletariado no organizado lo que le diferenciará de la proliferación de siglas sindicales que atomiza y debilita al movimiento obrero. Los CUO, en su desarrollo, se constituyen en un proyecto estratégico capilarizado entre la clase obrera que generará un imparable impulso vertebrador de la unidad de la clase.

Los CUO, como línea estratégica, trabajan para convertirse en la principal herramienta de lucha de la clase obrera de este país.

  1. Las Elecciones Sindicales y el papel de los militantes del PCPE

Durante finales de 2014 y todo el año 2015, se están dando en la mayoría de empresas y administraciones públicas del país procesos electorales en lo que se denomina periodo de concentración. El 80% de las EE.SS. se darán en este lapso de tiempo, por lo tanto es necesario orientar a la militancia comunista del Partido para su participación en ellas.

Para ello hemos de partir de la premisa de que todo militante del Partido que venda su fuerza de trabajo no sólo ha de estar afiliado a un sindicato, sino que debe participar en su Sección Sindical con sus compañeros/as de centro de trabajo para ser un referente en la lucha sindical.

En la elaboración de listas a representantes de Comité de Empresa/Junta de Personal/Delegados de Personal hemos de optar, con el trabajo previo realizado y una hoja de servicios acorde a lo que se ha de esperar de un comunista en su centro de trabajo, a estar en lo más alto de la misma. En esas candidaturas se trabajará para dar presencia a quienes -militantes del Partido o no- apoyan la propuesta de unidad de clase de los CUO, tratando de ganar la máxima influencia en cada Comité, Sección Sindical y/o centro de trabajo.

De esta manera –y paralelo al trabajo de Partido en el centro de trabajo- generamos en el conjunto de los trabajadores la imagen del sindicalista –y comunista- referente, diferente en muchos casos a lo que venían conociendo.

Un aspecto importante es que la seguridad ante la represión sindical de nuestra militancia en estos procesos ha de ser medida. Se puede dar el caso de que la propia cúpula sindical, ante nuestra militancia comunista intente prescindir de nosotros –ahí se verá el correcto trabajo con nuestros compañeros de base del sindicato, que serán quienes en última instancia nos defiendan- o la represión patronal por la propia empresa fruto del propio trabajo sindical.

Aquí no podemos dar una receta mágica para cualquier situación, ya que la realidad de cada centro de trabajo es diversa y cambiante –ya existe representación, empresas “blancas”, mucha afiliación sindical y combatividad o todo lo contrario- pero sí hacemos un llamamiento a que cualquier intervención sobre una empresa, sea previamente debatida por la célula correspondiente con un plan de trabajo concreto y en caso de dudas o necesidad de orientación, se consulte con la Comisión Central de Movimiento Obrero y Sindical, y/o a través de la misma o bien de manera directa, con los Organos Centrales de Dirección del Partido.

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