El Delegado despedido escribe para UyL

En las últimas elecciones sindicales se presenta, por primera vez, CCOO. De los tres delegados salen dos por UGT (uno es el Jefe de tráfico, y otro más señalado por él mismo), y por CCOO un delegado, Javier Delgado. La empresa impugna las elecciones y, aunque pierden el laudo, se resisten a aceptarme como delegado. A partir de ahí comienzan las presiones y amenazas. Después de dos reuniones con los representantes de la empresa, para tratar los impagos de nóminas de hasta tres meses, no nos dan ninguna solución; eso sí, ellos de viaje a un safari, otro a Miami, incluso toda la familia a México, se compran vehículos nuevos (Lexus Infiniti), autobuses nuevos, aires acondicionados en las oficinas, pantallas de plasma en las mismas, cámaras en los autobuses, etc.… Todo esto sin cobrar los trabajadores, y llevábamos más de cuatro años así (ahora te debo tres, ahora dos, después al día, vuelvo a deberte tres...)

Decidimos ir a la Inspección de Trabajo a denunciar los diferentes incumplimientos, como descansar solo un día a la semana, sin remuneración de ningún tipo, lo mismo que los festivos. Empezamos a cobrar como conductor perceptor después de una sentencia judicial. La inspección comprueba que la empresa estaba cometiendo un fraude a la Seguridad Social y les obliga a regularizar los últimos años.

La empresa despide a una compañera que se presentó a las elecciones por CCOO. El juez, en su sentencia, lo estima como despido improcedente, por lo que la empresa la indemniza, ya que la trabajadora no quiere volver a causa del acoso que recibe (la empresa la insulta, llamándole guarra, no sirves nada más que para una cosa, y otras sutilezas).

Las represalias continúan contra los trabajadores que exigen sus derechos, dando turnos de jornada partida que no existían hasta ese momento, obligando a realizar más horas que las establecidas en el contrato laboral (sin ser remuneradas, ni éstas ni los festivos). Se recibe un trato indignante con insultos como guarros, gilipollas, cucarachas, no mereces la vida… (todo esto está grabado y se utilizará en sede judicial).

Por último, se amenaza de muerte al delegado de CCOO, haciéndole saber que pagarían a un sicario para acabar con su vida, solo falta saber lo que cuesta, decía el empresario. Se ha interpuesto una demanda penal que ha sido admitida a trámite y está en curso (se grabó el día 17/12/2015).

La empresa pone a un detective a seguir al delegado sindical, y finalmente se le despide alegando un mal uso de horas sindicales, tras una injustificable intromisión en su vida privada (despido 19/12/2015).

Podéis imaginaros el sufrimiento, no me refiero ya al nuestro, sino al de nuestras familias. Nuestro crimen: reclamar nuestros derechos como trabajadores.

Pero esto no se ha terminado, una vez despiden al delegado, el Jefe de tráfico esperó a la entrada de la nave al compañero que grabó la amenaza de muerte, y con frases como: eres un sinvergüenza, la madre que te parió…, lo obligó a subir a las oficinas, con objeto de acosarlo, gritarle y humillarle (tanto él como el secretario y el empresario) y, acto seguido, cuando se desahogaron, lo echaron a empujones de las oficinas. Esperamos que todo se resuelva como debe y, sobre todo, agradecer el apoyo recibido de CCOO y los compañeros que están en el sindicato. Sin su ayuda no hubiéramos podido llegar hasta aquí, un abrazo a todos los que están en la lucha de la clase obrera.

Francisco Javier Delgado. Delegado de CCOO del Grupo Denibus

 

 

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