El pasado dieciocho de mayo Alberto Garzón realizaba un importante anuncio en su blog personal: "el comunismo se ha puesto de moda". En su artículo Alberto se reclama comunista y se muestra crítico con el capitalismo para, en las mismas líneas, loar su alianza socialdemócrata con Podemos, cargar contra la construcción del socialismo en la Unión Soviética y renegar del Socialismo científico.

 

La práctica como criterio de verdad

A la hija de unos amigos le gusta presumir de lo buena que es jugando al fútbol, de la calidad de su equipo. Ella siempre dice que son las mejores. Sin embargo este año no han conseguido ganar un sólo partido. Ella sigue diciendo que son las mejores pero, muy a mi pesar, no lo son.

La realidad no es lo que aparenta ser, sino lo que en verdad es, en continuo movimiento y transformación. Para comprobar la veracidad o la falsedad de tal o cual aseveración los marxistas debemos acudir a la práctica social, acercarnos al hecho y analizar su origen y relación con otros sucesos.

A Alberto Garzón le pasa lo mismo que a la hija de mis amigos. Aunque últimamente se reclame del comunismo (no sin interés en calmar los mares de las piraterías por el control del PCE) a Alberto por sus hechos le conocemos. Este artículo pretende ser un somero y humilde acercamiento a los hechos que definen no sólo a Alberto Garzón sino, especialmente, al PCE e Izquierda Unida como construcciones políticas que caracterizan al oportunismo y el reformismo de nuestros días. También puede ayudar a la reflexión de quienes, aún dentro de tales estructuras, sí desarrollan una práctica comunista consecuente.

El enfoque clasista como eje que todo lo vertebra

Los comunistas observamos la realidad con un enfoque clasista. ¿Qué quiere esto decir? Quiere esto decir que el único límite a tener en cuenta en el análisis es tomar aquello que sirve y beneficia a la clase obrera en su objetivo de ser consciente de su posición social, antagónica a la del empresario. Este criterio clasista nos obliga a ir al epicentro de los fenómenos sociales para, de cada problema de nuestra clase, buscar soluciones que favorezcan su independencia ideológica, organizativa y política frente a la dictadura de los monopolios y las patronales, y ayuden en el proceso de acumulación de fuerzas para la ruptura revolucionaria.

En 2014 en el periódico El Mundo, en una de sus primeras entrevistas de tirada nacional, pedían a Alberto que se definiera ideológicamente: "soy republicano porque soy muy demócrata y creo en los valores de la Ilustración, del Estado de Derecho y de la participación política". Así Alberto, al afirmar la posibilidad de una república democrática en abstracto, de un Estado neutral en favor de toda la ciudadanía independientemente de su posición de clase, lo que realmente estaba anunciando es que había venido a la política española para amortiguar la lucha de clases, negar el enfoque clasista como eje vertebrador de nuestra acción política y con ello igualar al explotador con el explotado, al saciado con el hambriento.

Y que lo está favoreciendo es un hecho, eso nadie se lo podrá quitar. Desde que en 2014 Garzón salta a ser máxima dirección del PCE/IU y de forma paralela nace Podemos, ambas estructuras vacían la movilización hacia el terreno electoral, fagocitan las luchas obreras y populares bajo la promesa de soluciones fáciles e indoloras y desactivan el ciclo de lucha abierto con la agudización de la crisis capitalista. Así la conflictividad social se ha reducido drásticamente. Pocas son las administraciones que ofrecen datos pero en la Comunidad de Madrid ha habido un 40% menos de manifestaciones en este período, en Vigo el descenso fue idéntico, en Salamanca ascendió a un 50% y en Málaga un 70%. También han descendido el número de huelgas.

Enfangar a la clase obrera con la eterna ilusión reformista

En 1975 el PCE plasmaba en su Manifiesto Programa que "la democracia política y social no es aún el socialismo pero es la fase inmediata del desarrollo social para avanzar hacia él. (En ella) subsistirán como tales la inmensa mayoría de los actuales propietarios burgueses. [...] El Partido Comunista de España se pronuncia por esta vía porque considera, además, que es la que permitirá alcanzar más rápidamente una forma, un modelo de socialismo más elevado y más completo para nuestro país."

¿Por qué nos remontamos a 1975? Porque esta herencia eurocomunista carga hoy sobre las espaldas del PCE. El PCE sigue considerando que el Socialismo será un sistema que germinará del interior de la democracia burguesa, fruto de continuas y sucesivas reformas. Consideran así que, limitando desde el Parlamento paulatinamente el ejercicio del poder de la dictadura del capital, los monopolios se verán obligados a ceder posiciones ante la clase obrera y, así, sin luchas sociales elevadas, sin creación de órganos de poder obreros y populares, sin ruptura revolucionaria, es posible alcanzar el Socialismo.

Así, en la teorización sobre su Alternativa Social, Democrática y Anticapitalista, afirman que "a corto plazo" van hacia "un proceso de ruptura democrática que posibilite la consolidación de transformaciones políticas y económicas dirigidas a la construcción de una democracia radical." Y "a medio plazo, consolidar un proceso de profundas transformaciones dirigidas a la construcción de una democracia económica, política y social". Para "a largo plazo superar el Estado burgués". Pero, ¿cuándo se pone en duda el poder capitalista? ¿En qué momento, en qué paso de los tres anteriores, se comienzan a poner en duda las relaciones capitalistas de producción .

El bagaje de la participación del PCE en gobiernos burgueses

De las teorizaciones y formulaciones estratégicas bajamos a los hechos. Desde el comienzo de la crisis capitalista han sido múltiples los gobiernos municipales y autonómicos en los que ha participado o ha apoyado el PCE a través de IU o más recientemente otras plataformas electorales. Repasamos algunos de los más sonados.

- Los recortes ejecutados por "imperativo legal" en Andalucía. Así justificaba Diego Valderas, dirigente del PCE, tres años de gobierno junto al PSOE en una de las CCAA con mayores índices de paro y pobreza de España. En tres años tan sólo aprobaron dos leyes (Ley de Transexualidad y la Ley de Transparencia) de un total de 28 compromisos electorales que prometían mejorar sustancialmente las condiciones de vida. La pobreza ha crecido en Andalucía 100.000 personas por año desde 2009, un total de medio millón.

- "No nos echaremos al monte" en Asturias. Eran las palabras de su Coordinador General, Jesús Iglesias para apoyar la "gobernabilidad" del PSOE en 2012, palabras ratificadas por Cayo Lara: "un apoyo al PSOE por responsabilidad". Ya en 2008 y 2009 habían participado del gobierno de coalición del Principado. El resultado ha sido un ascenso del número de parados desde los 40.000 hasta los 96.000 desde 2008 hasta la actualidad.

- El caso del Ayuntamiento del cambio... de programa electoral. Ahora Madrid, en menos de un año de gobierno, ya ha incumplido buena parte de sus promesas estratégicas: dos semanas tardó en renunciar a la de creación del banco municipal y, con ello, garantizar el pago de la deuda, se ha incumplido el Pacto contra la Especulación con el pelotazo de Chamberí, se desechó la municipalización de servicios como el de limpieza, no se paralizaron las privatizaciones como en el caso del polideportivo Barceló, la Policía Municipal de Madrid intervino en 1.016 desahucios sólo en el primer trimestre de 2016, junto al PP votaron en contra de Venezuela favoreciendo la presión golpista... Ahora Madrid es gatopardismo elevado a la máxima potencia.

- En Barcelona "desproporción" e "incompatibilidad" ante la lucha obrera del Metro. Ada Colau entró a la política por la puerta grande. En su primer conflicto con trabajadores en huelga dependientes del gobierno municipal la alcaldesa decidió usar las mismas herramientas que las patronales y gobiernos reaccionarios: asustar, presionar, desorganizar y desalentar la lucha por la mejora de las condiciones laborales.

Una nueva vuelta "de Tuerka"

En los vaivenes tácticos del oportunismo contemporáneo nos encaminamos a un escenario que, si bien no es nuevo, sí se da con una estética renovada.  Podemos y el PCE-IU (no sin reticencias de algunos sectores internos) han llegado a un acuerdo para presentarse como coalición electoral al 26J. Ante la crisis general del capitalismo, y en una situación en la que los partidos burgueses no han podido configurar un gobierno para la patronal, la socialdemocracia nuevamente se reagrupa y sale al rescate del sistema.

El PCE-IU y Podemos han llegado a un acuerdo estético en el que las principales contradicciones han girado en torno al reparto de sillones y de la posición de sus siglas. El acuerdo programático se resume a ilusorios retoques sociales sin impulsar luchas importantes, ni organización, ni esfuerzos por parte de la clase obrera.

El poder del IBEX35, la deuda ilegal e ilegítima, la monarquía1, la Unión Europea como corsé de nuestros derechos o la OTAN como brazo terrorista del capital occidental se mantienen en este nuevo acuerdo. Un acuerdo que imanta en cada declaración al PSOE, cuyo posible apoyo obligará a renunciar sobre lo ya renunciado.

Porque todo lo que dices tú, son ilusiones

"El comunismo se ha puesto de moda", decía Alberto en referencia a la campaña electoral usada por la derecha contra las nuevas formulaciones socialdemócratas. Pero Alberto se confunde. El comunismo no está de moda en las televisiones del enemigo. En la casa del enemigo funciona la misma caja de herramientas de siempre contra nuestras luchas, en la cual jamás faltará el yunque anti-comunista que ustedes, conscientes o no, también golpean con virulencia cuando reniegan de nuestras tradiciones, nuestras formas organizativas, nuestros métodos, nuestra ideología y nuestros objetivos estratégicos.

Porque, Alberto, las modas son pasajeras y, efectivamente, ustedes están en la política de paso en la necesaria labor de rescatar al sistema por su ala izquierda. Ustedes son sembradores de ilusiones y cosechadores de frustraciones, como sus amigos griegos de Syriza.

Ser comunistas

Sin embargo el comunismo no es una moda, sino una necesidad. Y se está organizando en los centros de trabajo y en los barrios de nuestros pueblos y ciudades. En cada piquete, cada huelga, cada manifestación, cada lucha el comunismo germina como una enredadera que todo lo envuelve. Porque el comunismo es la necesidad contemporánea de nuestros pueblos, el comunismo es la juventud del mundo, "una aspirina del tamaño del sol".

Por eso, Alberto, hoy como ayer ser comunistas es sentir las injusticias en carne propia, luchar sin temer al enemigo, confiar en que sólo la clase obrera dirigirá cambios radicales, generar alianzas con las clases populares, desarrollar una táctica que no diluya nuestro Programa ni nuestros principios, encarar la lucha ideológica contra todo reformismo, estudiar y utilizar el marxismo-leninismo, defender las experiencias de construcción socialista, golpear a los monopolios y al capital en cada intervención política, romper con toda estructura imperialista, hacer del internacionalismo proletario nuestra bandera de lucha y, ante todas las cosas, ser comunista es ser un militante de la vida, un militante del Partido Comunista.

Ezequiel Blanco


 

1 El XIX Congreso del PCE aseveraba: " Declaramos formalmente que el PCE no participará en ningún pacto o acuerdo que legitime la monarquía". Sin embargo en la plataforma política de la nueva socialdemocracia Podemos-IU/PCE no hay sólo punto que haga referencia a la institución monárquica.
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