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Editorial Noviembre 2015

Mariano Rajoy lanza su precampaña electoral al grito de: ¡Hemos salido de la crisis!

Utiliza como pretexto las condiciones de trabajo en que ha quedado la clase obrera tras sus cuatro años de gobierno. Precariedad, temporalidad, bajos salarios, despido más barato, etc. La patronal, en muchos sectores, con lo que antes pagaba un puesto de trabajo ahora dispone de dos y, además, con todas las facilidades para su despido casi gratuito y con cualquier pretexto.

En esas condiciones las grandes empresas consiguen mejorar su cuenta de resultados. ¡Hemos salido de la crisis!

Ese cincuenta por ciento de la juventud que está en paro, a pesar de buscar trabajo durante años, mira con indignación al inquilino de la Moncloa. Y así la gran mayoría obrera y popular.

La realidad es tozuda. El INE constata que la población activa del país es inferior a la que tenía España en 2008, y aún así el PIB se mantiene con una leve tendencia al alza. Conclusión: en un escenario de depreciación continuada de los salarios se produce un aumento la productividad. Productividad que rapiña el capital para conseguir una cierta mejora en su proceso de acumulación.

¿Y la clase obrera?

La clase obrera, la juventud, y quienes viven de una pensión, no han salido de la crisis. Son los monopolios y el capital financiero quienes tienen que dar las gracias al gobierno de Rajoy. Trabajadoras, trabajadores y sectores populares nada tenemos que agradecer a quien ha desarrollado un proyecto político a favor exclusivo de los intereses de la dictadura del capital.

Syriza es el ejemplo de lo que representan en España las distintas variantes del reformismo: IU-PODEMOS. Muchas promesas y palabras altisonantes para, llegado el momento, arrodillarse con cortesía versallesca ante el dictado de los grandes monopolios, de la UE y de la OTAN

En estas elecciones la clase obrera se vuelve a enfrentar al dilema de elegir entre el cinismo ilimitado de los explotadores, los cantos de sirena de la socialdemocracia, o la propuesta revolucionaria de lucha y emancipación hacia la construcción del socialismo y el comunismo que hace el Partido Comunista.

La clase obrera debe negar el voto a quienes desarrollan proyectos políticos que le someten a condiciones míseras de vida y a quienes engañan con ilusorias promesas de gestionar un capitalismo de rostro humano, que es imposible.

La clase obrera solo puede emanciparse recorriendo su propio camino de lucha revolucionaria. Apoyando la propuesta política del PCPE.

NUESTRA UNIDAD ES LA DE LA CLASE OBRERA

La unidad de España que hoy pregona insistentemente el PP, y a la que hacen coro los distintos partidos políticos sistémicos, es la unidad de los explotadores. Nada que tenga que ver con los intereses de la clase obrera.

La vieja y rancia oligarquía española, represora de las aspiraciones de los pueblos y negadora del derecho de autodeterminación, se levanta airada frente a la estrategia de los sectores de la pequeña y mediana burguesía catalana que quieren tomar su propio camino dentro del sistema de explotación y acumulación capitalista. Convergencia Democrática de Catalunya ha sido un soporte fundamental de las estrategias de reconversión del capitalismo español, de la opresión de los pueblos y naciones, y de la explotación de la clase obrera. En estos años, desde el final de la dictadura anterior, CDC ha sido una fuerza política fundamental para apuntalar la dictadura del capital en España, apoyando todo tipo de leyes reaccionarias contra la clase obrera y contra las libertades en todo el Estado.

La clase obrera catalana nada tiene en común con esa caterva de parásitos, explotadores y criminales, que la han sometido a una implacable explotación, a unas condiciones de vida de mayor miseria cada día, y que han ejercido todo tipo de violencia contra quienes han luchado valientemente por sus derechos.

Cuando se produce este conflicto interno dentro del bloque de las clases dominantes, las formaciones oportunistas -siempre incapaces de asumir de forma consecuente los intereses genuinos de la clase obrera-, con uno u otro discurso, se terminan colocando detrás de la estrategia del sector de la burguesía catalana que encabeza Artur Mas. Sector que hoy desarrolla una estrategia política cuya finalidad no es otra que la de dar continuidad a su férrea dictadura sobre la clase obrera, en unas condiciones que le parecen más ventajosas para sus intereses.

En cualquier batalla política, que expresa siempre un escenario de lucha de clases, el Partido Comunista interviene situando como elemento central de su posicionamiento los intereses de la clase obrera. Y, en este caso concreto, haciendo un llamamiento a la solidaridad de toda la clase obrera del Estado con el pueblo catalán y con sus aspiraciones nacionales y de emancipación social. Al tiempo el PCPE, como Partido que lucha por la revolución socialista en el Estado Español, llama a la clase obrera de Catalunya a elegir su propio camino sin someterse a las maniobras y engaños de su burguesía, y a no combatir bajo pabellón ajeno.

No hay ningún camino para la clase obrera en la rancia unidad española de los explotadores, y tampoco lo hay en la pretendida soberanía de una recomposición capitalista bajo la bandera del nacionalismo pequeño-burgués.

Cuando nuestro enemigo de clase se enfrenta a dificultades internas, que debilitan sus fuerzas, es el momento en que la clase obrera debe forjar su unidad interna para organizar el contraataque y fortalecer sus posiciones revolucionarias.

La oligarquía española, con una intensa y continuada campaña propagandística, trata hoy de armar los consensos sociales que le permitan dar una salida represiva a sus dificultades en Catalunya, sin pagar por ello un alto precio político.

El PCPE movilizará todas sus fuerzas frente a cualquier intento de ejercicio represivo contra las aspiraciones nacionales del pueblo de Catalunya.

El PCPE responderá a las agresiones que, el Gobierno del PP y sus comparsas, puedan protagonizar en esta situación, llamando a la clase obrera y a los sectores populares, de Catalunya y de todo el Estado, a la desobediencia y a la confrontación.

La clase obrera tiene, aquí, una nueva oportunidad para dejar en evidencia el carácter antidemocrático y violento de la burguesía, la de España y la de Catalunya. Por ello, en la situación actual, la clase obrera debe unir todas las fuerzas para fortalecer sus posiciones clasistas, y golpear de forma concertada con el fin de debilitar las estructuras que sustentan a las clases dominantes, aprovechando la actual crisis en la cúspide por la que pasa el capitalismo español para hacer avanzar las posiciones de lucha por el poder obrero y el socialismo-comunismo.

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