Así debería rezar un cartel delante del Nuevo Hospital de Vigo, escaparate de la gestión privada del derecho a la salud.

El Infierno de Dante es una pequeñez comparado con la lógica capitalista del beneficio como ley reinando en tiempos de vacas flacas. El Hospital Alvaro Cunqueiro arranca sin estudio de riesgos ni protocolos de prevención.

Faltan recursos y espacios,equipamiento, personal e inteligencia.

Sólo dos TAC. Tres puestos de radiología funcionando. La Reanimación de Recién Nacidos está fuera del bloque quirúrgico, que en cambio sí acoge el lavado de cuñas sucias, junto al que se lavan los cirujanos antes de practicar una cesárea. En Hematología no se contempla la citoquímica de médula ósea y los enfermos yacen en un habitáculo sin ventanas.

Cientos de incidencias registradas son desestimadas ante la pasividad de la Inspección de Trabajo y del Servizo Galego de Saúde. Ahí tenemos el amparo de las instituciones burguesas, cuando a quien hay que amparar es al pueblo trabajador.

No hay un transporte público especifico al NHV para los ayuntamientos del Área Sanitaria, ni sitio para aparcar gratis.

Sindicatos, personal y pacientes luchan unidos por la restitución de la dignidad. Cientos de miles nos echamos a la calle.

No hay otro camino.

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