Seleccionar un librito de Rafael Alberti puede ser toda una odisea, ante el magma ingente y laborioso de tantos años, de décadas, todo un siglo, un siglo inabarcable y vertiginoso en la historia. Todos los volúmenes que compendian el fervor literario albertiano es imprescindible.
Existe un librito que data de 1968 que alberga sonetos y versolibrismo, toda una exuberante teatralidad y versatilidad temática y formal. El ejemplar lo denomina: Roma, peligro para caminantes.La ciudad asalta a sus habitantes y furtivos visitadores. No es un prospecto turístico, ni una evocación de la “eterna”urbe, vástago bastardo de los amamantados Rómulo y Remo.
Nos muestra una versión en off, la polis de letrinas, de fascinante arquitectura, de pintadas con hoces y martillos o ráfagas a incienso podrido,vivificantes mercadillos, ratas, inmundicias, pasmados visitantes, la proletaria, la bohemia, la insultante Roma en sus mil aristas, el laberíntico plano de perros vagabundos, la ciudadela de los partisanos y las huelgas, el recinto de ángeles patéticos, la memoria de Galileo y de las catacumbas, los perdidos pasos sin eco. Es fácil perderse. Pero ante todo se trata de encontrar muy concienzudamente la aguja entre la paja.
ALBERTI, R. ROMA, PELIGRO PARA CAMINANTES.Barcelona. Seix Barral.1977