• Luchan por su readmisión y en defensa de un convenio digno para la hostelería granadina.
  • Los trabajadores: “Detrás de la estampa de la Granada del crecimiento turístico se esconde la cruda realidad laboral del sector”.

Tres trabajadores del conocido restaurante cerca de la Alhambra Jardines Alberto, llevan a sus espaldas más de seis meses de protesta sindical por su despido improcedente como represalia por haber participado en la huelga convocada en defensa del convenio colectivo de la hostelería el verano pasado, una convocatoria de huelga que era la respuesta obrera y sindical a las prácticas deleznables de la patronal hostelera.

Pese al miedo generalizado a las represalias por parte de la empresa, casi la mitad de los trabajadores decidieron secundar la huelga. Ante esta situación, la empresa empezó a presionar psicológicamente a la plantilla para crear un ambiente de división, a pesar de que había manifestado previamente que se respetaría el derecho a la huelga y que únicamente se descontaría el día de salario a aquellos que la secundasen. Solo los tres compañeros que fueron al final despedidos decidieron continuar.

Estos compañeros ya habían recurrido anteriormente a la inspección de oficio, en la que se coaccionaba a la plantilla para que firmara cuadrantes falsos con intención de demostrar que no sobrepasaban las horas de trabajo y se reducían los descansos. Sumado a esto, uno de los trabajadores despedidos había sido nombrado delegado de la sección sindical del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en el restaurante antes de que lo cesaran.

Los trabajadores se han estado concentrando cada sábado frente al restaurante contra la actitud caciquil de la empresa y su gerente, por el derecho a huelga, por unas condiciones de trabajo dignas en el sector y por la solidaridad de clase como respuesta a la ofensiva de la patronal. Actualmente se encuentran a la espera de la celebración de los juicios contra la empresa, el primero de ellos celebrado esta semana.

Nos encontramos ante un clarísimo ejemplo de represión sindical, y vulneración de derecho fundamental, como es el derecho de huelga, que los comunistas no dejaremos de denunciar y combatir hasta la readmisión de los compañeros.

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