La II República representa un período de gran importancia para los y las comunistas en el Estado español, representa el “progreso”, la agudización de la lucha de clases, y el avance de los sectores obreros y de las capas populares en la lucha contra la oligarquía y sus privilegios.

 

La Monarquía es expulsada del país, se avanza en un régimen de libertades públicas, comienza a situarse el “derecho de autodeterminación” de los pueblos de España, se da comienzo así a los debates políticos para la aprobación de los estatutos de autonomía. Se comienza a poner límites a los privilegios de la Iglesia, se proclama la libertad de culto, se toman medidas seculares. Se regula la negociación colectiva, se protege el derecho a la huelga, por primera vez hay derecho a vacaciones pagadas y se establecen garantías para los trabajadores frente al despido. Se aprueba la expropiación de latifundios y la entrega de la tierra a los campesinos, iniciándose tímidamente la “reforma agraria”, pero el Bienio de la CEDAse encargará de paralizarlo en beneficio de los terratenientes y la Iglesia. En materia de educación, ésta se extiende a los sectores obreros, mediante la obligatoriedad de la educación primaria, gratuita, mixta y laica, se pondrán en marcha las llamadas “misiones pedagógicas”, alfabetizando el mundo rural, y los “Institutos Obreros”. La sanidad también se decretó gratuita y universal, se extendió una red de centros primarios y secundarios de higiene rural, servicios de higiene infantil, dispensarios móviles, sanatorios y formación de personal sanitario. Las mujeres dejaron de estar tuteladas por esposos y maridos y pasaron a tener las mismas condiciones que los varones, pudieron ser inmediatamente elegibles y poco después ejercer el derecho al voto por primera vez. En otros aspectos el “progreso” también fue importante, como en la posibilidad de divorciarse también por primera vez en la historia de nuestro país, así como la despenalización del aborto.

El Partido Comunista reclamó siempre el socialismo en la II República, la toma del poder político por la clase obrera, la superación del interclasismo y el derrocamiento de la burguesía que estaba instalada en las instituciones republicanas; su papel fue clave, no tanto desde esa perspectiva institucional y parlamentaria, hasta 1936 con el Frente Popular, pero sí desde la organización popular, desde la defensa de las conquistas sociales y colectivas, desde los municipios donde fueron elegidos alcaldes comunistas, desde la organización de la clase obrera, de la huelga, de la revolución de Asturias y fue fundamental para que las milicias republicanas se organizaran en el ejército popular que defendió la II República durante los tres años de guerra nacional revolucionaria, de lucha contra el fascismo.

De esta experiencia los comunistas y las comunistas del PCPE tenemos claro que seguimos reivindicando y defendiendo la II República por su significado de avance, de desarrollo y de mejora de las condiciones económicas y sociales; y también por lo que representó en la lucha del pueblo contra el fascismo, el internacionalismo proletario expresado en las Brigadas Internacionales.

Pero el 14 de abril no rememoramos, ni nos quedamos en la nostalgia, el 14 de abril es un día de lucha contra el régimen oligárquico burgués actual, un día de lucha contra la Constitución monárquica y la “Transición”. Tanto la del 78 como la actual “Segunda Transición”, donde las clases dominantes vuelven a necesitar recomponer los “consensos sociales” para una nueva legitimación del poder burgués. Nos organizamos y nos movilizamos ese día y también el resto del año para que la clase obrera y las capas populares sigan caminando en la consecución del objetivo revolucionario, un objetivo que no tiene como finalidad dar continuidad a una etapa anterior, sino abrir una etapa completamente diferente, en la que el elemento fundamental no se limite únicamente a la abolición de la monarquía, sino que se sitúe en la dirección y organización de nuestro destino, en la construcción del poder poder obrero y el socialismo. Queremos dirigir nuestra propia historia, queremos dirigir los sectores estratégicos de la producción, queremos la toma del poder por la clase obrera y avanzar hacia el proceso revolucionario.

Luchamos por la República Socialista de carácter confederal, por el derecho de autodeterminación, y por ello nos vamos a movilizar y organizar el 14 de abril, con la tricolor y la bandera roja.

Elena García

uyl_logo40a.png