No, del decaimiento de la tasa de beneficio no se sale tan fácilmente. Por eso hay que abrir más posibilidades. Una es este pacto imperialista, un intento consciente por impedir o paliar el estado vegetativo y descendente en que se encuentra la tasa de ganancia. Y pues la producción de plusvalía no compensa adecuadamente la inversión de capital es por lo que ingentes sumas del mismo permanecen ociosas. Hay que activarlas.
El pacto pretende extender la mejor dominación -mayor saqueo de países y mejor explotación de la clase trabajadora- por los monopolios yanquis y europeos a un espacio geográfico y poblacional de dimensiones colosales
El instrumento siempre a mano es el aumento de la explotación para conseguir niveles aceptables de rentabilidad. Los límites actuales en que se realiza la extracción de plusvalía obstaculizan el aumento necesario de la explotación. Hay que eliminar barreras, por lo que todas las diferencias estatales (reglamentaciones laborales, sociales, sindicales, jurídicas. etc.) han de suprimirse para conseguir en cualquier ámbito la inversión sin impedimentos. Un pacto U. E.-U.S.A eliminador es necesario y abordable en el momento actual de la lucha de clases.
Lo que pretenden es semejante a un partido de fútbol entre un equipo de la liga de campeones y uno de barrio con los chaveas en zapatillas, al que se pretenden imponer nuevas reglas: No salir de su propio campo; no válidos los goles marcados a distancia inferior a 40 m; ser penalizados por realizar roces o cargas al equipo de las estrellas…….. O sea, poner grilletes al equipo contrario. Así quieren tener al pueblo trabajador.
Hemos de tener en cuenta:
No es exclusivamente un tratado comercial, ni mucho menos "libre". Consiste en extender e intensificar, pues ya hay acuerdos similares (por ejemplo el de Canadá, Usa y Méjico), una articulación económica imperialista a través de la acción libre, sin comillas, de las multinacionales con primacía del imperialismo yanqui. Hay quien lo denomina " O.T.A.N. económica". Por ello no hay que desmerecer su carácter geoestratégico frente a otros contrincantes imperialistas.
Su aplicación dispondría los procesos económicos y productivos más favorables para los monopolios. Enmarca dos dominios principales, no únicos:
Despejar y abrir espacios públicos o colectivos ahora cerrados a la inversión productiva privada. Canalizar fusiones o absorciones como, por ej., los seguros de toda índole.
Despejar y eliminar toda traba social y, sobre todo, sindical y política de la clase trabajadora; embotamiento o eliminación de las organizaciones propias de los trabajadores, tanto actuales como futuras. Esto es un objetivo fundamental.
Los procedimientos a implantar son diversos; destacamos los siguientes:
- La llamada armonización consistente en establecer las condiciones más ventajosas existentes a ambos lados del Atlántico imperialista. Lo llaman convergencia reguladora, que funcionará por medio del llamado Consejo de Cooperación Reguladora, poder legislativo de gran importancia, en manos de las multinacionales.
- El mecanismo de solución de controversias inversor-estado, mecanismo de supuesto arbitraje que en realidad permite ser denunciada cualquier estructura estatal por las multinacionales ante tribunales privados.
- Protección del lucro cesante. Cláusulas protectoras de las inversiones, que amparan posibles pérdidas de beneficios futuros.
Ya hay reglas de este tipo funcionando. En Egipto, una empresa, Eolia, denuncia por aumento del salario mínimo; Eslovaquia por no continuar con el proceso de privatización de la sanidad paga a una aseguradora holandesa 29,5 millones €,; al estado alemán, tras cerrar las centrales nucleares, una multinacional sueca le pide indemnización de 3.700 millones €. Ecuador pagó 2.300 millones $ a una compañía petrolera yanqui que se consideró expropiada.
Son sus normas. Solución: no ya en mejorar las reglas; o que conversaciones ahora clandestinas, sean transparentes y democráticas. Para los monopolios la democracia representativa es la falsa fachada a conservar. Las decisiones que determinan la vida del pueblo trabajador ocupan otros espacios. El capital pasa de las "bondades democráticas". En este partido de fútbol ellos fijan las reglas. En no admitir este juego está la solución. No pasa por mayor transparencia en la negociación o por solicitar referendum para aceptar o no las reglas del juego. Lo trascendente y determinante es no admitir, no consentir el mismo partido de fútbol.
Por tanto, el FOPS en los barrios y pueblos es más urgente si cabe para parar esta criminal agresión.
Julio Mínguez