Nos habíamos propuesto glosar a Felipe González pero nunca encontrábamos el momento, siempre quedaba para otro día que tuviéramos tiempo, pero no queremos seguir arrebatando el espacio que merece un hombre que ha dedicado toda su bendita vida a construir la historia de la una, grande, libre y ancha España.

Pensábamos aplazarlo para hacerle un obituario artístico, como a nosotros nos gusta hacer las cosas, pero viendo que el hecho biológico inevitable del dirigente socialista tarda en llegar y temiendo no estar aquí para hacerle la necrológica, porque el Señor me lleve a mí antes, acotamos este espacio para descabellarlo ahora, no vaya a ser que nos descuidemos y no cumplamos con el evidente deber de solidaridad social de recordar a nuestros lectores la semblanza de un “ser extraordinario”, como lo ha definido el presidente de Colombia (dijo la sartén al cazo)

!Estaría bonito que nuestra memoria dejara en el arcón a un señor con tanto caché! ...que nosotros nos somos ingratos ni descastados y sabemos comprender las cosas, además nos sobran palabras cucas para galardonar al prócer de los socialistas que luce en las nalgas un tatuaje con aquella máxima inolvidable “De entrada no”.

No decimos que Felipe González haya sido un tipo de palabra, pero declaramos que fue un poquito cargado de espaldas y que con unos labios como dos salmonetes y una maestría envidiable, en los más de trece años de mandato, hizo morretes a la oligarquía de aquí y de allá. Nadie como él, desde los veintiocho mil siglos antes de nuestro señor Jesucristo hasta la era Podemos, sirvió entregando las posaderas propias tan acertadamente al antojo de los opulentos y los poderosos.

Felipe González amontona en su curriculum monumentales medidas para favorecer a la clase obrera. ¿Cómo olvidarlo? Si él fue el teórico de los contratos basura inventándose aquel Plan de Empleo Juvenil por el que a la juventud se la excluía de cualquier derecho a prestaciones, las Empresas de Trabajo Temporal (Etts) para crear empleo precario también fueron obra del Presidente socialista. El primer medicamentazo fue una idea que salió de su prodigiosa cabeza. La reconversión industrial de los 80, Filesa, el recorte de las pensiones, la intervención en la guerra del Golfo con envío de tropas y apoyo logístico, la falsificación del resultado del referéndum de la OTAN, los fondos reservados, el GAL... ¡son tantos los rasgos filantrópicos que consignamos en nuestra memoria de la figura clave de la transición democrática....! Afortunadamente, el grupo Prisa, a cambio de su sumisión, le obsequió con una imagen de hombre bonachón y carismático para protegerle de los sádicos impulsos de la clase trabajadora que sufrió un durísimo impacto con sus continuos engaños.

Pero no vamos a cebarnos dando patadas en las espinillas a un presidente que dio tan florecientes y boyantes beneficios a los empresarios españoles. Lo que corresponde ahora es informar a nuestros lectores, con especial gusto y agrado, que Don Felipe González se ha convertido en ciudadano colombiano. Sí, sí, como lo oyen, Don Felipe que está acostumbrado a jurar, juró ser fiel a la Constitución colombiana y cumplir fielmente la ley. “Usted siempre tendrá aquí un tapete rojo y un corazón abierto porque siempre estuvo para dar consejos, poner su granito de arena y ayudar de forma desinteresada” le espetó Santos, y mientras a nosotros se nos caía la cara de vergüenza él estaba confortablemente sentado y arrellanado en su sillita escuchando las entrañables palabras del tal para cual.

No podemos imaginarnos que trata de garrapatear el expresidente en Colombia, o sí. Sabíamos que había acumulado suficientes méritos para pertenecer al Comité de sabios de la Unión Europea, sabíamos que creaba joyas, sortijitas, pendientitos, pulseritas, sabíamos de su vena ecologista en el Coto de Doñana, sabíamos de sus habilidades como aplicado y oneroso conferenciante, sabíamos que tenía una toga de jurista y que era un virtuoso cultivador de bonsais...pero lo que no podíamos conjeturar es que Felipe González aureolara su brillante carrera flirteando con Santos y que el oligarca colombiano nos “rumbiara a ese man”.

¡Mijo deje de guevoniar, quédese usté en Cali y dele chancleta a ese juemadre que ese man sí tiene swing!

Telva Mieres

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