No es solo represión policial, sino represión política”

Iñaqui (20 años) estudiante de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, y militante de los Colectivos de Jóvenes Comunistas, es el herido más grave de los muchos que hubo tras la manifestación del pasado 22 de marzo en Madrid. Iñaqui, que se retiraba tranquilamente, como miles de personas, poco antes del término de la manifestación fue alcanzado por un disparo de pelota de goma en una de las primeras y sorpresivas cargas de las UIP de la Policía Nacional. El resultado clínico de la brutal agresión fue la rotura del pómulo y la pérdida de visión de un ojo de manera irreversible. Seis meses después, el joven Iñaqui nos cuenta la actualidad y otras impresiones sobre su caso.

¿Qué tal, camarada? Lo primero: ¿Cuál es tu estado físico a día de hoy, seis meses después de la agresión policial?

Muy buenas, pues actualmente me encuentro mucho mejor tanto física como mentalmente. La lesión está presente en mi día a día y soy consciente de eso, pero me he acostumbrado a ver por mi ojo izquierdo y me he hecho ya a la idea de que va a ser así siempre, así que poco a poco, cada vez mejor aunque sigo teniendo problemas que afectan a mi vida diaria como puede ser al conducir, leer, hacer deporte, etc.

¿Y tu estado de ánimo? ¿Ganas de luchar?

Mi estado anímico y el de mi familia ha mejorado bastante ya pasados unos meses de la agresión, sin embargo es algo que no se olvida. Las ganas de luchar son las mismas o mayores que las de antes, vivimos en un sistema de explotación y lo único que nos queda es luchar para cambiar las cosas y este cambio solo es posible hacia un sistema socialista. Estoy concienciado de ello y sé que es posible, pero solo con constancia, dedicación, fuerza y sacrificio, aunque creo que es muy necesario no rendirse nunca y seguir luchando por lo que crees.

¿En qué momento nos encontramos judicialmente ahora mismo? ¿Cuál es el plan en este sentido?

La denuncia esta puesta y los abogados lo están llevando muy bien de momento. El juez ha admitido ya a trámite la denuncia y por lo pronto solo podemos esperar, estas cosas son muy lentas y muy complicadas. Confiamos en los abogados e intentamos que desde el sistema no nos la intente jugar de nuevo; es algo que ya han intentado hacer, una vez incluso vino la guardia civil a buscarme a casa para llevarme a declarar sin presencia de mi abogado.

¿Qué cosas sientes que han cambiado dentro de ti, como joven estudiante y como joven comunista?

Nada ha cambiado dentro de mí en cuanto a mi forma de ser o de ver la realidad, este hecho simplemente me ha hecho más consciente de cómo el capitalismo es capaz de usar todas las herramientas de represión que tiene a su alcance para perpetuar su sistema. Hay que mantenerse fuerte y aguantar, luchar contra cualquier cosa que nos caiga, sabiendo que un día las cosas cambiarán y entonces todo nuestro esfuerzo habrá valido la pena.

¿Cómo contemplas tú la lucha de clases, especialmente de la juventud?

Como parte de la clase obrera que somos, los jóvenes sufrimos la lucha de clases en nuestras propias carnes todos los días, con las subidas de tasas en estudios superiores, las practicas no remuneradas, la tasa de paro juvenil, etc. Los jóvenes tenemos un papel fundamental en este proceso de la lucha de clases y debemos ser una fuerza determinante en él, pero sabiendo contextualizar las luchas particulares y llevarlas a una perspectiva política general. Tenemos que seguir con las luchas estudiantiles, pero unificándolas con las obreras y seguir un programa realmente revolucionario y socialista, solo un programa para la clase obrera, que debe estar construido por el Partido Comunista puede guiar a los jóvenes hacia la lucha para abolir la explotación.

¿Y el papel del Estado y todos sus aparatos de represión, especialmente el policial?

El Estado es el órgano que sirve para perpetuar los intereses de la burguesía, está al servicio de esta y hará todo lo que esté en su mano para mantenerlos. La policía es el brazo ejecutor de estos intereses y mediante la fuerza silencia cualquier movimiento que los pueda poner en jaque. Las agresiones de la policía son constantes, sobre todo sobre la juventud, pero lo importante es no verlo únicamente como represión policial sino como represión política, ya que son esos intereses políticos los que hacen actuar a los cuerpos de policía tanto en manifestaciones con cargas brutales, como con detenciones tan injustas como las de los compañeros Miguel e Isma el mismo día que yo fui herido.

¿Cuál ha sido tu experiencia de rabia y respuesta? ¿Se nota la fuerza de formar parte de un colectivo, de una organización?

Al principio lo único que sientes es rabia, pero una vez calmado tienes que tener en cuenta tus objetivos y tu línea de actuación para lograrlos. La actuación unilateral es inútil y de nada sirve ser egoísta. Mi respuesta fue seguir haciendo un trabajo constante, estamos en un periodo de acumulación de fuerzas y luchas constantes en los centros de estudio y de trabajo y ahí es donde tiene que estar nuestra respuesta. Además la fuerza de formar parte de una organización te ayuda a mantenerte firme, golpeando todos como un solo puño en todas las luchas y a no dejar de participar en ellas.

¿Ayuda esto a afrontar el golpe y a coger fuerzas para el contraataque?

Claro que sí, desde el primer momento la organización ha estado presente conmigo al igual que muchos camaradas a nivel personal. Cada agresión que sufrimos alguno de nosotros es una agresión que sufrimos todos, empatizar con el dolor ajeno es darte cuenta de tu posición como clase trabajadora y los ataques del capitalismo sobre nosotros. Formando parte de esta organización sientes el respaldo que tienes detrás y el que tú proporcionas también, esto ha sido muy importante para seguir hacia delante y no perder la esperanza.

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