"…Llueve.

Y ponemos

Como troncos

Pilas de muertos

Al lado del crematorio

Ayer talaron

El bosque humano

 

Son livianos y secos

Los troncos humanos

Son como agujas de pino

Pesan demasiado

Solo para el corazón que no es capaz

De levantarlos.

 

Llueve

El capataz es estricto

Y muy ordenado:

A la derecha las cabezas

A la izquierda los pies

Los pies en el polvo de la tierra soviética

Tierra francesa

Tierra polaca.

 

Y solo las manos

Hasta muertas siguen rebeldes

Rompiendo aquí la simetría

Con amenaza levantan al cielo

Sus entumecidos puños de cadáveres…"

 

Estos son los recuerdos del poeta antifascista letón Eižens Vēveris, quien sobrevivió de milagro a los campos de concentración nazis. En los años de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación alemana, en Letonia hubo 23 campos de exterminio, siendo el más conocido el de Salaspils. Salaspils fue el centro más importante de extracción de sangre de niños y bebés prisioneros para los soldados alemanes heridos.

*foto Diario Información

A finales del siglo pasado, Bigas Luna nos deleitó con su película Huevos de Oro, interpretada magistralmente por Javier Bardem. En ella, un hortera quiere ganar dinero a costa de lo que sea, pero sobre todo, por su huevos, que para eso los tiene.

A treinta años del estreno de la película, la sociedad ha avanzado en muchos aspectos, es evidente, pero en otros, no sólo no se mejora sino que si no peleamos, perdemos lo que con mucha lucha y sacrificio se fue consiguiendo.

Este artículo no va del machismo en el futbol, con su Presidente como máximo exponente. De eso ya se ha hablado y se hablará mucho, aunque la imagen de la peli con Bardem cogiéndose sus huevos es una premonición de la imagen de Rubiales en el Palco de la final del Mundial. Buscarla y comparar. No sólo los Simpson se adelantan a su tiempo.

Desde el PCPE de L’Alacanti, vemos atónitos cómo proliferan en nuestra ciudad los bares de todo tipo, bien montados o cutres como ellos solos, en todos los supuestos ocupando un espacio público cuando no privatizándolo, como la calle ya inexistente Pasaje Amérigo, hoy perteneciente a un hotel, el Portal de Elche o la Plaza Gabriel Miró, pero también la calle Castaños o la calle Mayor, tomada por las mesas de los restaurantes, con serias dificultades para poder pasear. Pero esa batalla la dio y la perdió un miembro del “Tripartit”, al que no apoyó ni el propio gobierno municipal, porque esta ciudad está al servicio de los bares y la fiesta.

Ellos, que tanto hablan de “lavado de cerebro”, lo tallan y lo lavan de forma tal que privan al ser humano de su mayor tesoro: la capacidad de pensar.

Cuando surgieron, los medios de difusión masiva se apoderaron de las mentes y gobernaban no sólo sobre la base de mentiras, sino de reflejos condicionados. No es lo mismo una mentira que un reflejo condicionado. La mentira afecta el conocimiento; el reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar. Y no es lo mismo estar desinformado que haber perdido la capacidad de pensar, porque en tu mente predominen los reflejos: “el socialismo es malo, el socialismo es malo, te quita la patria potestad, te quita la casa, te quita la mujer.” Y todos los ignorantes, todos los analfabetos, todos los pobres, todos los explotados repitiendo: “El socialismo es malo, el socialismo es malo.” Así se enseña a hablar a los loros, a bailar a los osos e inclinarse respetuosos a los leones.

¿Por qué vamos a aceptar que circule aquí un periódico contrarrevolucionario?

Si usted llama libertad de prensa al derecho de la contrarrevolución y de los enemigos de Cuba a hablar y a escribir libremente contra el socialismo y contra la Revolución, calumniar, mentir y crear reflejos condicionados, yo le diría que no estamos a favor de esa “libertad”. Mientras Cuba sea un país bloqueado por el imperio, víctima de leyes inicuas como la Helms-Burton o la Ley de Ajuste Cubano, un país amenazado por el propio Presidente de Estados Unidos, nosotros no podemos dar esa “libertad” a los aliados de nuestros enemigos cuyo objetivo es luchar contra la razón de ser del socialismo.

Pese a que en 2021 ya le dedicamos un artículo al susodicho jefe de la diplomacia europea, se ve que el diplodocus (no le queda bien lo de diplomático) se mejora día a día.

Desde finales de 2021 hasta ahora, ocurrida la intervención militar rusa en defensa de la población del Dombass, que ni la UE, ni la OTAN, ni las hermanitas de la caridad, estaban defendiendo (más de 14.000 muertos lo atestiguan); parece que al señor se le fundió el cable de tierra y anda chisporroteando tonterías un día sí y otro también.

A los exabruptos que ya soltaba como “desinfectar Cataluña” y cosas por el estilo, de un tiempo a esta parte se ha dedicado a insultar a los países africanos en general, a Rusia, a China, a Argelia, etc.

Un auténtico paladín del disparate, a la altura de los grandes hombres de Estado como M. Rajoy (el de los hilillos de plastilina del Prestige) o Bush jr. (el que lee libros al revés en jardines de infancia)

Vayamos al lío:

En octubre de 2022, calificó a la UE como un jardín y al resto como la Jungla. Si esta es la diplomacia de alguien que está en su sano juicio, apaga y vámonos. Por suerte para los habitantes de la UE, el resto de países no nos están tratando como a jardineros. Lo que me extraña es que el resto de países no europeos no haya propuesto una resolución de condena contra Borrell en las Naciones Unidas…ya! No hace falta respuesta. La ONU cada vez sirve para menos.

Total, un tipo que el mismo día que le impusieron una multa de 30.000 euros por usar información privilegiada en el caso Abengoa, dijo: que la historia de EE.UU. se reduce a “haber matado a cuatro indios”, no puede estar en sus cabales (lo dijo en 2018).

Pero volvamos al momento presente que está calentito.

En estos días el aparato de agitación y propaganda de la monarquía de los Borbones nos anda vendiendo la edulcorada imagen de “la cadete Borbón Ortíz”. Con uniforme militar, la niña acompañada de sus papás entra a hacer el cuartel.

El ejército español, vinculado a la monarquía de los Borbones, es una institución rancia, patriotera, misógina y marcada por el fanatismo religioso, que juega un papel estructural determinante en el ejercicio de la violencia necesaria para mantener el actual sistema de dominación de la esclavitud asalariada. Como elemento de la superestructura del Estado está marcado por un fuerte componente ideológico, construido ad hoc, sobre un manipulado sustrato histórico. Los últimos de Filipinas, la resistencia a los franceses, ¡A mi la Legión!, y, cómo no, la unidad de la patria.

La desacreditada monarquía de los Borbones trata de sacar tajada de cualquier cosa y, en esta ocasión, la imagen adolescente de Leonor vestida de militar les ha parecido una buena ocasión para hacer resurgir los más rancios valores patrios. Pues se quiere dar la imagen de “la futura reina de España” sirviendo en el ejército como cualquier hija de vecina, como si aquí no existieran clases sociales y todas somos iguales. 

Esa descarada manipulación, que seguramente ocupará grandes espacios en las llamadas revistas del corazón, no puede impedir que desde un juicio ajeno a la alienación de masas traiga al presente lo que los hijos e hijas de la clase obrera tienen que pasar en ese ejército español, al que nuestra juventud se incorpora por hambre y no por ningún tipo de compromiso con la defensa de la patria o pamplinas similares. Pero la cadete Borbón Ortíz no tendrá que soportar los riesgos que asumen los hijos del pueblo.

Muchas mañanas, de camino a mi despacho en el campus de la Universidad de Texas en Dallas, me encuentro con una compañera del servicio de limpieza de la universidad. Procedente de Venezuela, lleva unos cuantos meses viviendo en Estados Unidos. Para preservar su identidad, me referiré a ella como Z., la inicial de su nombre. Con el paso del tiempo, nuestra cháchara se ha ido tornando en su legítima queja por sus condiciones laborales, las cuales, he de decir, minan visiblemente su salud y vitalidad día tras día. Algunas de las cosas que me ha contado Z. a este respecto me dan pie a hacer el siguiente breve recorrido por las condiciones laborales estadounidenses.

1. Vacaciones pagadas. Z. únicamente tiene tres días de vacaciones pagadas al año (más que muchos otros en este lugar del globo). Estados Unidos es la única economía avanzada del planeta que no garantiza por ley vacaciones pagadas a sus trabajadores. En la Figura 1, la cual muestra el número mínimo de días de vacaciones pagadas al año por ley en función de diferentes países, el caso de Estados Unidos contrasta escandalosamente con el de países europeos.

Fig. 1: Número mínimo de días de vacaciones pagadas al año por ley en función de diferentes países. Elaboración propia a partir de datos de la OCDE.

2. Baja por enfermedad y cobertura médica. Recientemente, Z. tuvo que ser hospitalizada por un problema de salud que la mantuvo alejada del trabajo durante unos cuantos días en los que no percibió ingreso alguno por parte de su empleador, ya que este no está obligado a ello. Estados Unidos y Corea del Sur son los dos únicos países del total de las 38 economías avanzadas que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que no garantizan por ley ningún tipo de baja por enfermedad remunerada. Sólo a lo largo de, literalmente, la última década, se ha conseguido que 16 de los 50 estados que componen Estados Unidos (entre los que no está Texas) hayan legislado a favor de revertir parcialmente esta situación tan lesiva para los intereses de la clase trabajadora.

La pequeña burguesía venida a menos y representada en su decadencia por la socialdemocracia posmoderna, gusta de zaherir al Capital actual “salvaje”, “depravado” e “insolidario”, preguntándose aquello de ”dónde quedó la responsabilidad social del empresariado”. Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor, impreso en el ADN a sangre y fuego. 

Sin embargo, la historia tozuda se empeña en ofrecer un relato distinto. Enumerar sin más los crímenes cometidos contra la humanidad por el capitalismo sería una tarea imposible, al menos cuantitativamente y tremendamente injusto desde la óptica cualitativa. Al final, el capitalismo viene al mundo como un proceso evolutivo socio-histórico necesario en el camino del emprendimiento humano hacia su emancipación, tanto de los avatares de la naturaleza, como socialmente de estructuras de sometimiento y explotación históricas de unos seres humanos hacia otros.

De ahí, a interpretar el advenimiento del fin de la historiai y lo perenne del capitalismo, es pura ilusión distópica a la que pretenden llevarnos partiendo de la negación de la lucha de clases, hasta aterrizar en la barbarie. Un despropósito, sin atisbo de lógica, desde la perspectiva de la dialéctica materialista sobre el devenir histórico.

En cualquier caso, tal y como Marx (2001: 646) expusiera, “El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza".

La llamada acumulación originaria del capital, proceso que da viabilidad al capitalismo, al suponer una fase o proceso social y económico mediante el cual, se posibilita la disponibilidad de fuerza de trabajo libre, para ser explotada, está plagada de sufrimiento, explotación, robo y violencia.

Las élites dominantes de un capitalismo incipiente expropiaron a amplias masas de campesinos, expulsándolos de sus tierras, privatizando las comunales y obligándolos a buscar trabajo en las fábricas y las minas. La horca, la prisión o el castigo físico, fue la alternativa que se les daba, en muchos casos, a las personas que no tenían un empleo conocido. Los recursos financieros extraídos de la explotación de las colonias y el tráfico de esclavos sirvieron para complementar la otra cara del capital, la del capital constante lavado con sangre.ii

Después de más de 50,000 años de historia, el lenguaje se ha ido desarrollando según la necesidad del ser humano como un rasgo esencial de la evolución social. Su continuo progreso y adaptación ha dado como resultado el epítome del entendimiento entre los individuos de la única especie con conciencia propia conocida en el universo. Esta poderosa herramienta está en permanente evolución, a rebufo de las también siempre cambiantes condiciones materiales, que impulsan al ser social en la continua adaptación a su entorno.

Constituye un imposible la mención de los infinitos “defectos de forma” que de manera intencionada han pervertido el lenguaje a lo largo de la historia, persiguiendo la distorsión en la concepción de la realidad de muchos, para el beneficio de unos pocos. Las innumerables religiones ostentaron durante muchísimo tiempo el poder para la manipulación del lenguaje, poder que compartieron posteriormente con reyes, príncipes, emperadores y resto de “seres elegidos” en el liderazgo del destino de los pueblos.

No es hasta el siglo XIX que el sistema capitalista alcanza una exponencial capacidad de desarrollo de las fuerzas productivas ( si bien eso varia segun la zona del planeta), lo que lleva implícito su réplica en unos medios de comunicación controlados por unas (cada vez más) reducidas manos en busca de favorecer a toda costa el rendimiento financiero del lenguaje. Su perversión no vislumbra ningún límite cuando obedece exclusivamente al interés del capitalista que posee una valiosa herramienta de divulgación, y en el nombre del “Sacro Imperio del Libre Mercado” se le permiten, cuando no aplauden, todas y cada una de las “profanaciones” que tan bien se planifican y ejecutan.

Llegados a la época en la que nos encontramos, la información nos bombardea de manera inmisericorde por artilleros muy bien preparados: un número inimaginable de noticias, artículos, publicidad, efemérides, crónicas, estudios, y textos de infinidad de disciplinas se emiten cada minuto y se insertan en los poderosos cauces que sustentan la superestructura del sistema capitalista en su fase imperialista.

Por más entusiasmados que se muestren sus vendedores, no aceptemos esa “Inteligencia Artificial” de mercado como si fuese un logro tecnológico inocente. Más parece una emboscada para comerciar con el “big data” (y su saqueo de información) que, en la práctica, ha sido mayormente manipulación de datos para los negocios de la dictadura tecnológica imperial. No aplaudas la ingeniería burguesa para la alienación. Lo inteligente sería democratizarla. Del uso mercantil de la “Inteligencia Artificial” podemos esperar todas las canalladas (y peores) que el capitalismo nos impone y nuestra tarea científica es desarrollar una Semiótica para la Revolución de la Conciencia, armada con métodos y praxis emancipadas y emancipadoras. Aquí no omitiremos el tejido militar subyacente en todo desarrollo de coloniaje tecnológico.

Se supone que “Inteligencia Artificial” debiera ser herramienta auxiliar de la Inteligencia Social para resolver los problemas que asfixian a la humanidad. Que debiera ser arma emancipadora para dignificar la producción social del conocimiento y la vida. No emboscada de mercachifles. Esto no es una denostación del progreso ni de la tecnología, es una interrogación profunda sobre él, su veracidad y utilidad al servicio de qué de quiénes. Naturalizaciones del Espanto. Claro que escudriñamos el carácter contradictorio de la Inteligencia Artificial que, en el modo de producción burgués, tiende a manipular los productos del trabajo para encumbrar ganancias con el Caballo de Troya tecnológico de un “desarrollo” que sigue siendo la ley del amo para controlar a los pueblos, al tiempo que perfecciona las condiciones y las herramientas de dicho control en tiempos en que la IA va cobrando fama y aplicaciones todavía no explicadas ni consensuadas con los usuarios involucrados.

No pocos adoradores de la tecnología son fanáticos de cierta “eficiencia” que al capitalismo le resulta muy útil y refrescante. Alimentan sus anhelos de perfección productiva y rentable. Ese dogmatismo también es templo de no pocos ejecutivos de oficina, asistentes administrativos y mandos intermedios que son fanáticamente optimistas sobre los beneficios de la IA en la totalidad del proceso de producción, con ello reverencian la sensibilidad de sus patrones y la certeza de que son, cada día, más invencibles. Nosotros debemos estar advertidos y listos para ofrecer batalla científica des-alienante, en el corazón del propio proceso laboral incluso dentro de los campos científicos y académicos.

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