Y van 66 años y medio del triunfo de la Revolución en Cuba; y van los mismos años que el imperialismo prosigue con su silencioso genocidio, que ejecuta a través del bloqueo comercial, económico y financiero. Los mismos años, pues, con el pueblo cubano resistiendo la guerra no declarada y desarrollando su proyecto socialista con sus valores internacionalistas enfocados, principal que no únicamente, a la sanidad, educación y cultura.

Las 243 medidas adoptadas por el imperialismo norteamericano, acompañadas de la acusación al gobierno cubano de patrocinar el terrorismo, son, metafóricamente, armas que llegan a dañar las murallas de protección y defensa de Cuba, que ayudan a mantener intactas la firmeza moral y la convicción de los defensores.

A pesar de todo, el balance en una guerra no es impoluto. No se puede negar que algunas bajas ha causado el enemigo, es decir, el imperialismo, pero no existe ninguna grieta en la línea de defensa que pueda emplear el enemigo para una intervención directa, física, explosiva, sin que sus ataúdes sean tan elevados que los que llegaron desde Vietnam se consideren una anécdota; todo el pueblo cubano sabe perfectamente qué lugar ocupar ante la presunta intentona.

Desde el 1 de enero de 1959, 13 presidentes de la Casa Blanca en 14 mandatos (el actual repite) han planeado defenestrar a la Revolución y sus valores, comenzando por ese encumbrado general Eisenhower, pasando por otros, como el inmaculado moralista Nixon (el “watergatista”), el pistolero (que más que actor era figurante en Hollywood) Reagan, o la sanguinaria familia Bush. Tanto los mentados como los que no se mencionan, ¡auténticos demócratas y amantes de la paz...., de los cementerios!

Centrándonos en la defensa de la Revolución, Venecia acogerá del 4 al 6 de julio el III Encuentro Internacional de Solidaridad con la Revolución Cubana para la construcción de puentes de la militancia activa y combativa de los cinco continentes. La centralidad le corresponderá a Europa (Europa por Cuba”) y la tarea es proseguir con las mejores enseñanzas que las experiencias de lucha han proporcionado, mejorando métodos y encontrando nuevas vías de eficiencia. Todos los sujetos y actores tienen la necesidad de debatir para avanzar. Asociaciones, instituciones, personalidades, intelectuales, medios de comunicación, deben pertrecharse de las herramientas necesarias para alcanzar sus objetivos.

Todos ellos, conjuntamente, deben convertirse en un solo bloque que disponga sus fuerzas en sus áreas respectivas para el asalto y el derrumbe del frente enemigo, el del imperialismo norteamericano, que en su insistente ataque a través del bloqueo, procura un fin imposible, la rendición.

Venecia abundará en las valoraciones del guerrillero heroico (“al imperialismo ni un tantico así”) que enalteció la relación entre los humanos (“la solidaridad es la ternura de los pueblos) al darle el mejor sentido a nuestra especie.

Venecia, por tanto, es una piedra angular de otras confrontaciones que se dan en el marco de la lucha de clases y que hoy se visualizan en el horror de la destrucción, del genocidio, del desplazamiento forzoso de poblaciones enteras, etc. Venecia, representando a Cuba Socialista, es otro frente como el del pueblo palestino, el de Irán, el yemení..., que provocará la derrota del imperialismo y la victoria de los pueblos.

La correlación de fuerzas de los estados que construyen el socialismo junto con los pueblos que ansían y necesitan su soberanía e independencia, es cada vez más favorable. Las consecuencias de la crisis general del capitalismo están conduciendo a que el fascismo se presente como el salvavidas de las crecientes dificultades de amplios sectores populares cada vez más precarizados que son presa del fascismo. Importante tarea, pues, que la III Asamblea de Venecia afrontará con seguridad.

¡HAY QUE DERRIBAR EL BLOQUEO!

Victor Lucas

batalla_de_ideas2-page001.png