En distintas ocasiones hemos intentado acercarnos al origen del proceso de destrucción, persecución y exterminio del pueblo palestino. No insistiremos en analizar el acuerdo Sykes-Picott (1916) Declaración Balfour (1917), y el Libro Blanco (1938), para procurar señalar los prístinos motivos que condujeron al genocidio que viene desarrollándose desde la aprobación en la ONU de la entidad sionista en 1948, donde se le facilitó un sillón que está manchado por la sangre de todos los palestinos que han sido conducidos al patíbulo sin juicio ni mínima consideración humana.
La penúltima masacre (desconocemos si se está produciendo otra al redactar este artículo) ha vuelto a reproducir la hipocresía de los que desde el principio postularon la inserción de los creyentes de la farsante fábula de Moisés en esta zona donde ya se habían asentado definitivamente tribus sedentarias procedentes de la península arábica que confluyeron con los grupos que ya moraban en este territorio.
Todo se va generando en torno a la crisis política que desemboca en la Primera Guerra Mundial y que los Tratados de Versalles no son capaces de resolver. Los muchos problemas existentes, entre ellos la descomposición del imperio otomano y la solución justa de todos los pueblos implicados, continúan pertinaces en la realidad de estos pueblos..
La siniestra situación que la crisis del capitalismo provoca por mor de sus irresolubles contradicciones, ahonda los problemas de los pueblos que no han logrado su independencia territorial y, por supuesto, su soberanía política. ¡Aterrado está el sionismo como expresión “libre” y descompuesta de sus padres putativos!, es decir, los vetustos colonialistas y el imperialismo norteamericano que cabalgó sobre ellos.
¿Qué hace el trumpismo para intentar salir de esta encrucijada política, teniendo en cuenta que únicamente disponen del desfiladero palestino?, difícil solución. Hasta ahora, su propuesta de “confort” consistía en preparar al turismo internacional para disfrutar de los placeres de la franja de Gaza en hoteles de 5*, donde, seguramente, la ocupación sería de élite oligárquica del entorno del presidente, pero tamaña majadería busca la distracción del populacho, y la gente se entretiene con los “memes”, las redes sociales(?) y demás instrumentos de descomposición estomagante donde se mueve una importante masa.
Con Trump el imperialismo ha encontrado el esperpento “valleinclanista” destinado a lo grotesco para enfocar la mirada en un ámbito alejado de “Las Luces”, no es un defensor de la Ilustración. Es un requiem por senectud, decrepitud y cáncer metastásico, del capitalismo en su fase terminal, en el imperialismo decadente e hipertrófico que tiene que hacer algo para que siga “latiendo” su órgano vital.
Titulamos “la maldita tasa de ganancia” porque una de las contradicciones irresolubles, in terminis, del capitalismo, conduce aceleradamente a la llegada de “Las Parcas” para dar cumplida respuesta al personaje (el sistema), en el “Juicio Final” de tan depravada vida caracterizada por la especulación, corrupción, robo, pillaje, golpes de estado, bloqueos, sanciones, asesinatos, muertes, torturas, desapariciones, destrucción, magnicidios, y..., todo ello conducente al Genocidio del pueblo palestino, ejecutado por los sicarios sionistas.
¿Qué tiene que hacer Trump para evitar la bancarrota del estado?. Conocedores de que, desde la fundación de los EEUU, se cuentan con los dedos de las manos la cantidad de años que han estado sin guerras, nos podemos preguntar a través de la intercesión divina, ¿ si el asesino ha podido convertirse en amante y dinamizador de la paz?
La deuda de los EEUU es impagable. La necesidad de intentar mantener la hegemonía del y en el sistema capitalista, obliga a desarrollar una nueva táctica pero manteniendo la estrategia. Entre las medidas que podrían aliviar sus pesadas cargas, podría ser la del cierre de las más de 800 bases militares que el imperialismo norteamericano y su “glorioso”, por terrorista, ejército de la OTAN, tienen repartidas por todo el planeta. ¡¡OTAN NO, BASES FUERA!!, es la síntesis y solución para los pueblos; es, sin duda, el triunfo de la Paz.
Víctor Lucas