Para entender lo que desde el PCPE planteamos, es necesario conocer como se gestó la Unión Europea, de otra forma, estaremos comprando los slogan electorales que inundan nuestras calles: Mas Europa, Más derechos, tu respuesta… fuera de la Unión hace mucho frio.
Y es que el origen de la Unión Europea se sitúa en el 9 de mayo de 1950, donde Francia plantea a Alemania poner la producción de carbón y de acero bajo una autoridad común. En 1957, con el Tratado de Roma y basándose el éxito del Tratado del Carbón y del Acero, los seis países fundadores (Bélgica, Alemania, Francia, Luxemburgo, Italia y Países bajos) amplían su cooperación a otros sectores económicos, y lo formalizan creando la Comunidad Económica Europea (CEE).
En el año 1993 con el Tratado de Maastricht se apostó por la integración política en Europa, profundizando la económica y reforzando las instituciones. Con este acuerdo nació la actual Unión Europea. Es decir, nace fruto de las necesidades de comercio del capital, en ningún caso para mejorar o equiparar derechos laborales. De hecho, después de 74 años de la creación, los partidos más “progresistas” en su programa electoral actualizado siguen reclamando una Europa con :
- Ingresos dignos y un salario mínimo adecuado para todos los europeos y europeas. Uno de cada seis europeos/as no gana lo suficiente para llegar a final de mes. Aunque trabajen con ahínco 40 horas a la semana, o incluso más, muchos europeos y europeas no pueden gozar de un nivel de vida digno debido a los desorbitados precios
- Prohibir los períodos de prácticas no remunerados: Las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 están creando nuevos y enormes obstáculos para los/las jóvenes que intentan encontrar empleos de calidad. El riesgo de explotación es muy real. Ya es hora de que llamemos a los períodos de prácticas no remunerados por su nombre: una forma de explotación laboral y una violación de los derechos de la juventud
- Defender los derechos de la juventud ¡De aquí a 2030 podemos reducir el desempleo juvenil en al menos un 50% en Europa!
Otro ejemplo claro de la Europa económica y no social, lo tenemos en la Directiva Bolkestein, que tuvo mucha oposición en España. La Directiva Bolkestein propone el principio del país de origen, según el cual el prestador de servicios que se muda a otro país europeo debe atenerse a la legislación de su país de origen. El objetivo sería animar a las entidades prestatarias de servicios a mudarse sin tener que informarse sobre 27 legislaciones nacionales diferentes. Eso también significa que le aplican la legislación laboral de, por ejemplo Polonia o Rumania (derecho de huelga, despido. Cotizaciones…) en territorio Alemán o Español, por lo que desregula el mercado laboral del país donde presta el servicio. Lo único que les obliga es a pagar el salario mínimo del estado de pertenencia,. Esta directiva se presentó en el año 2004 y entró en vigor el 28 de diciembre del 2009. Trabajan lento, pero sin parar.
Cuando salimos del franquismo veíamos Europa como la libertad, la democracia, los derechos, y mucho tenía que ver con la Unión soviética y el miedo al fantasma que recorría Europa, el Comunismo. Pero ya en los años 80 nos vendieron la reconversión industrial como garantía de futuro, llenaron de millones al Estado mientras se desmantelaban la industria, el campo y la ganadería. España estaba destinada a ser el lugar de vacaciones de Europa, y lo han conseguido. La incorporación a la Comunidad Económica Europea (1986) obligó a un proceso culminante de desmantelamiento industrial denominado como reconversión industrial
Esta venta y desmantelamiento de las empresas nacionales solo lo podía hacer un gobierno con el apoyo popular que tenía en aquel entonces el PSOE de Felipe González, que de hecho sigue cobrando gracias a su trabajo exterminador en Vigo, Asturias, la ría de Bilbao, Reinosa, Getafe, los Altos hornos de Sagunto, los astilleros de Ferrol, Cartagena y la bahía de Cádiz. Con la idea de acabar con una industria obsoleta se acabó directamente con buena parte del tejido industrial del país sin generar una industria nueva de dimensiones proporcionales o una actividad económica alternativa.
El Capital lo ha tenido claro siempre, España tenía que pasar de ser la reserva espiritual al lugar donde los jubilados europeos con poder económico pueden comprar casas e ir de vacaciones. Y por tanto, en España no hace falta industria, hay que dar cursos de formación para servir.
Mientras la Europa sea del Capital, los derechos de la Clase Obrera estarán limitados. Nos irán vendiendo avances, como cuando el Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa en el año 2022 estableció ante reclamaciones de los sindicatos Franceses, Italianos y Finlandeses, que las indemnizaciones por despido tenían que ser disuasorias para las empresas al tiempo que deben proteger a los trabajadores despedidos. Los sindicatos españoles aun habiendo firmado la reforma laboral que nos condenaba a 33 días de indemnización, se sumaron al carro europeo. Aunque ya no exista la Unión Soviética, los recuerdos de los derechos laborales, la jubilación, las prestaciones sanitarias, las guarderías, la vivienda, incluso la libertad de expresión, son vivencias que están en el subconsciente de la Clase Obrera y sabemos que nos los han robado. Hoy el fantasma que recorre Europa sin duda es el Fascismo en sus diversas caras, y ninguna tiene cara de obrera ni obrero.
Vicent Alcaraz