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Editorial Julio-Agosto 2015

Este número de UyL corresponde a los meses de julio y agosto, dos meses en los que el intenso dinamismo de la lucha de clases no cesará, a pesar del período vacacional.

Analizamos tres factores que condicionarán de forma determinante este próximo período:

- La acción política del Gobierno Rajoy y de la UE para favorecer la tendencia continuada al aumento de la tasa de explotación.

- La celebración de Elecciones Generales, como nuevo episodio de legitimación de la dominación capitalista en España.

- La necesaria lucha de la vanguardia de la clase obrera frente a esta situación.

El discurso de la salida de la crisis.

Los cambios estéticos que el PP realizó a finales del mes de junio, se argumentaron como “la necesidad de resolver determinados problemas de comunicación que perjudicaban a la valoración de su positiva acción de gobierno”. Ninguna voluntad de corregir el rumbo de las políticas del Gobierno de los últimos años.

Lo que Rajoy llama “salida de la crisis”, no es otra cosa que la recuperación de la tasa de ganancia por parte de los principales grupos monopolistas españoles, en la lógica de la UE y de la OTAN.

Esa recuperación de la tasa de ganancia se soporta sobre la continuada depreciación del precio de la fuerza de trabajo, y sobre la temporalidad y la precariedad de una buena parte del empleo. Lo que el PCPE está denunciando en los últimos años: tener empleo y vivir en la pobreza, o tener empleo hoy y no saber si se tendrá mañana, lo que genera una situación de impunidad en el ejercicio de la dictadura de la patronal (capital) frente a la clase obrera, a la que se le priva de todo derecho.

Como los salarios —cada día más bajos— no permiten una reactivación suficiente de la demanda interna —necesaria para el desarrollo de la economía capitalista—, se incentiva la lógica de participación de España en las políticas imperialistas de saqueo y expolio. Apoyo de Rajoy al TTIP y al incremento de la presencia de la OTAN en el territorio español.

Ese es el único futuro en el capitalismo.

Elecciones Generales con el colchón del oportunismo.

La fecha de las próximas Elecciones Generales no termina de concretarse. Todas las posibilidades están abiertas, tanto el adelanto a septiembre, como su celebración en noviembre; incluso también a principios de 2016, como permite la legislación electoral.

La convocatoria de elecciones catalanas para el 27S, en clave de proceso independentista, es uno de los factores que determinará la decisión final sobre la fecha de las Generales.

Por otra parte, los medios de agitación y propaganda de las clases dominantes han realizado un intenso trabajo ideológico sobre la constitución de las nuevas corporaciones Locales y Autonómicas en el mes de junio. Avance de “la izquierda” y “regeneración democrática” han sido las categorías más repetidas. Pareciera que una alcaldesa viajando en metro, y el pacto con la banca para ejecutar las hipotecas en versión ligth, colmatan todas las aspiraciones de cambio político y satisfacen las demandas del pueblo.

Sin cambiar nada de lo sustancial, el bloque de poder recupera la credibilidad de su dominación política, y consigue dar continuidad al actual sistema basado en la explotación de la clase obrera, desactivando las expresiones más consecuentes de la lucha de clases.

Son numerosas las Instituciones en las que PODEMOS da apoyo a gobiernos de lo que ayer llamaron “casta” —cuando no participa directamente en ellos, compartiendo responsabilidades de gobierno—, al tiempo que CIUDADANOS sirve de muletilla de unos y otros, en la misma lógica de apuntalar el sistema de dominación de la oligarquía española.

Se ha creado un escenario determinado por la ilusión de que las cosas cambian, y con ello, el capital consigue, temporalmente, desinflar la burbuja del descontento y la inestabilidad social.

Con estos precedentes, las próximas Elecciones Generales serán enfrentadas por la burguesía con un alto grado de confianza de que podrá obtener un resultado satisfactorio para sus intereses de clase, cediendo un espacio a las formaciones oportunistas, que expresarán un gran entusiasmo por su cuota de participación en la gestión del sistema.

Avanzar en la línea proletaria.

La conjunción del avance en la reconfiguración de las formas de explotación capitalista, y por otro lado, el éxito de las estrategias de desactivación de la lucha ideológica con la colaboración de las fuerzas reformistas, colocan a la clase obrera —y especialmente a su vanguardia política—, ante la necesidad de incrementar y mejorar sus esfuerzos en el combate ideológico, y en la organización de la lucha de masas.

Una estrategia de lucha ideológica y de masas en la que el programa político por el poder obrero y la revolución socialista tiene que concretarse en la organización de la clase obrera, siguiendo la estrategia de unidad de la clase en la propuesta de los Comités para la Unidad Obrera (CUO), y en un marco de alianzas con otros sectores populares en el Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS).

Ello requiere de: influencia en las masas, organización consciente de las luchas obreras, liderazgo en esas luchas, combate ideológico contra el reformismo gobernante, amplio campo de alianzas sociales con los sectores populares, etc.

El PCPE trabajará de forma continuada para avanzar en la mejora de su proyecto revolucionario y demostrar, en la práctica, que es la organización de vanguardia que jugará ese papel en la lucha de clases, aquí y ahora. El mismo papel que corresponde a los CJC en el campo de la juventud revolucionaria.

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