La 70 edición del Festival de San Sebastián, que se celebrará del 16 al 24 de septiembre ya ha revelado que Juliette Binoche que protagoniza el cartel oficial y el director y guionista canadiense David Cronenberg recibirán el Premio Donostia este 2022 por sus dilatadas carreras.

En la ceremonia de entrega del galardón en el Kursaal, se proyectará la película  Avec amour et acharnement (Fuego, 2022), con la que Claire Denis ganó el Oso de Plata a la Mejor dirección en el último Festival de Berlín y que cuenta en su elenco con Vincent Lindon, Grégoire Colin y la propia Binoche. Asimismo en el Teatro Victoria Eugenia acogerá la ceremonia de entrega a Cronenberg, se proyectará Crimes of the Future (2022), la película protagonizada por Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart con la que concursó en el último Festival de Cannes.

Que la elección de la imagen de la actriz sea la elegida para el cartel de este año indica que el Festival apuesta por aumentar el protagonismo de las mujeres, aunque lentamente, año tras año hay más nombres propios femeninos en todas las categorías. En esta ocasión cinco mujeres competirán en la Sección Oficial por la Concha de oro, destaca Pilar Palomero con su película ‘La maternal’, que tras su éxito en los Goya con “Las niñas”, retrata ahora la vida de una adolescente aprendiendo a ser madre, también competirán las películas : ‘Los reyes del mundo’, de Laura Mora, ‘Runner’, de Marian Mathias, ‘Apagón’ (serie), con capítulo dirigido por Isa Campos y ‘El sostre groc’ (‘El techo amarillo’), de Isabel Coixet.

La estancia de Jorge Dimitrov en Alemania en los años 1930 estuvo marcada por el apogeo del nacional-socialismo alemán, es decir por la nominación de Adolf Hitler como canciller del Reich y por la más bárbara represión contra el movimiento obrero y popular de Alemania. Una opresión que empezó prácticamente desde el 11 de noviembre de 1918 en que se firmó el armisticio de la I Guerra Mundial entre representantes del Imperio alemán y de la Triple Entente. Aquel año una serie de sublevaciones revolucionarias dirigidas por consejos obreros y militares a la manera de los soviets estallaron en toda Alemania como consecuencia de los desastres de la guerra, de las exigencias del Tratado de Versalles y de las crecientes tensiones entre el pueblo y las élites aristócrata y burguesa. Una situación que forzó la abdicación del káiser (emperador) Guillermo II, pero que encontró la oposición del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD)

Cuando de nuevo en gran parte del planeta la frágil membrana del “huevo de la serpiente” amenaza con resquebrajarse y expeler la pestilencia del fascismo, se hace imprescindible volver a la figura de un comunista genial que no sólo hizo historia desmontando brillantemente la inculpación del nazismo de incendiar el Reichstag (Parlamento alemán) el 27 de febrero de 1933, sino que además fue un dirigente ejemplar de la lucha antifascista y del movimiento obrero internacional.

En el informe ante el VII Congreso Mundial de la Internacional Comunista celebrado en Moscú el 2 de agosto de 1935, Jorge Dimitrov expuso de forma clara y contundente que el fascismo no es el simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino que se trata del paso de la democracia burguesa a una dictadura terrorista. Precisando igualmente que “casi en todas partes existen tendencias fascistas y gérmenes de un movimiento fascista en forma más o menos desarrollada”. Una inquietante admonición que 87 años después de aquel importante encuentro sigue siendo, desgraciadamente, de plena actualidad.

 

“El Chico” de Charles Chaplin, película considerada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como una obra cinematográfica “cultural, histórica y estéticamente significativa” y seleccionada para su conservación en el National Film Registry de la ciudad de Washington (consideraciones nada despreciables viniendo de quienes censuraron la vida y la obra del genial cineasta británico), cumple ahora un siglo de existencia. Pese a ello, es decir pese a su larga vida fílmica, la cinta sigue gozando de extraordinaria vitalidad. Rodada por Chaplin en 1921(su primer largometraje después de decenas de populares y exitosos cortos), obligado es reconocer que la película no ha cogido ninguna arruga. Y es que la historia que cuenta el creador del hombre del bombín, es decir la de los parias de la tierra, persiste en el capitalismo.

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