El llamado histórico del Manifiesto Comunista de “Proletarios de todos los países, uníos” adquiere una realidad notable en la Cuba Socialista. El 1º de Mayo se conmemora en la isla la auténtica naturaleza de esta fecha tan significada para la clase obrera internacional. Con seguridad, todas y todos los lectores de UyL conocen el origen del 1 de Mayo. En 1886 sectores sindicales de trabajadores de Chicago organizan unas acciones reivindicativas de la jornada laboral de 8 horas que iban a culminar con el comienzo de una huelga el 1 de mayo. La represión policial de los días siguientes ocasionó muertos, heridos y centenares de detenidos, entre ellos, 8 líderes obreros a los que se les sentenció a muerte. El 11 de noviembre de 1887, Albert Parsons, Adolph Fischer, August Spies, George Engels y Oscar Neebe, fueron ejecutados en la horca. Luis Ling se suicidó en prisión, y a Samuel Fielden y Michael Schwab se les conmutó la pena por cadena perpetua. En la reunión en París en julio de 1890, la Segunda Internacional proclamó el 1º de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores.

Hablando es como se entiende la gente, lo creemos.

Mal podríamos nosotros entrar a dirimir las diferencias que separan a los seguidores del senador Uribe de las políticas y actuaciones del gobierno de Juan Manuel Santos. Ni mucho menos adoptar, como con poco seso nos lo atribuyen algunos, la defensa de la actual administración. Otra cosa muy distinta es desconocer el carácter trascendente e histórico que para nuestro país y el continente tiene haber conseguido la firma de la paz…

Las dos partes involucradas en los diálogos de paz nos pasamos más de cinco años discutiendo los términos de un Acuerdo Definitivo, demostrando al final que no hay nada mejor que el espíritu de concertación para alcanzar el resultado que se sueña. La sabiduría popular lo expresa en la fórmula según la cual hablando es que se entiende la gente, o incluso en otra variante usualmente empleada, la decencia no pelea con nadie. En eso creemos.

Es bien sabido que una de las consecuencias que ha tenido la crisis capitalista ha sido la conversión de nuestro país de receptor de trabajadoras trabajadores migrantes a emisor de los mismos.

De esta manera, es común para cualquiera de nosotros conocer, o en algunos casos sufrir, la partida de muchos de nuestros familiares o amigos fuera de nuestras fronteras, en busca de un futuro mejor.

El problema hoy, es que la crisis capitalista, y con ella, la necesidad de los grandes empresarios de arrasar con las condiciones de trabajo, no es local ni nacional, sino que afecta a las y los trabajadores de todo el mundo.

Y ahí es donde nos encontramos con la realidad de los minijobs alemanes, ahí es donde, huyendo de la explotación a la que nos somete el capitalismo español, nos encontramos con la que nos ofrece el capitalismo alemán, dos caras de una misma moneda.

¿Auge de la extrema derecha?

Nada menos que seis procesos electorales ordinarios se van a llevar a cabo en países de la Unión Europea durante 2017. En concreto, en Alemania habrá Elecciones presidenciales (febrero) y federales (agosto-octubre), en los Países Bajos generales (marzo), en Francia presidenciales (abril-mayo) y legislativas (junio) y en la República Checa legislativas (octubre). Falta por ver si a estos procesos se les suma alguno más como consecuencia de la inestabilidad de algunos gobiernos, como el de Italia tras el referéndum que provocó la dimisión de Matteo Renzi en diciembre pasado.

Hoy Colombia vive una situación excepcionalmente compleja. Los acuerdos de Paz firmados en La Habana entre las FARC-EP y el gobierno colombiano abren la posibilidad para los y las comunistas colombianos de poder ejercer la actividad política abiertamente, abren nuevas perspectivas para el campo colombiano y dan una salida al problema de los cultivos ilícitos. Pero desgraciadamente parece que la historia se repite, e igual que con los diálogos de La Uribe en los años 80 y el posterior exterminio de la Unión Patriótica, el gobierno y la oligarquía se han conjurado para impedir el fin del conflicto armado.

La convulsa situación en la República Bolivariana de Venezuela requiere de una permanente atención y análisis de los pasos que va dando la oligarquía y el imperialismo norteamericano, así como de las medidas que adopta el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

La necesidad de articular una respuesta popular al proceso de desestabilización y golpismo va más allá de las medidas que se adoptan para contener la ofensiva contrarrevolucionaria.

En la agudización de la lucha de clases que está viviendo el hermano pueblo bolivariano de Venezuela, el papel orientador y dirigente de la clase obrera y los sectores populares le corresponde a los comunistas, al PCV.

Mauricio Macri es el Presidente de la República Argentina desde el 10 de diciembre de 2015. Fue elegido tras un proceso electoral a dos vueltas en el que derrotó a Daniel Scioli, sucesor de Cristina Fernández de Kirchner, como candidato del denominado Frente para la Victoria.

Ha pasado ya un año de la derrota del “kirchnerismo” que gobernó el país entre 2003 y 2015 (Néstor entre 2003 y 2007 y su esposa Cristina entre 2007 y 2015), y es buen momento para presentar algunas de las medidas adoptadas en este tiempo por Macri, aunque antes corresponde contextualizar algunos elementos de la realidad política y económica argentina.

Mosul es la segunda ciudad más grande de Irak, situada al norte del país, a escasos 100 kilómetros de las fronteras siria y turca. Está más cerca aún de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. En junio de 2014 fue tomada militarmente por el Estado Islámico (EI) y, desde el pasado 17 de octubre, está en marcha una operación militar cuyo objetivo es recuperar el control para el Gobierno iraquí.

Pero, como prácticamente todo lo que está pasando en Irak y Siria en los últimos años, esta no es una operación “doméstica” en la que solo participan fuerzas locales —en este caso iraquíes y kurdas—, sino que hay una larga lista de países extranjeros implicados en las acciones militares, a través de la denominada “coalición global” (Global coalition, en inglés) que capitanean los EEUU y que cuenta, en la actualidad, con ¡68 miembros!

“Este libro tiene el objetivo de provocar la movilización”

José Antonio Egido, español afincado en los últimos años en Venezuela, es sociólogo, investigador, analista político y, con la reciente publicación de su libro “Siria es el centro del mundo”, él se autodefine como militante antiimperialista. Para presentar este libro en distintas localidades del estado español, ha concedido una entrevista a UyL.

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