El análisis de la doble jornada forma parte de nuestro intento de entender la realidad de las mujeres trabajadoras para transformarla y sobre él nos posicionamos en un feminismo de clase. A veces queda fuera de este análisis cómo afecta fuera de la imagen de mujer trabajadora de mediana edad, y en este caso cómo afecta la carga de cuidados a las mujeres jóvenes.

Comenzaremos también mencionando que los trabajos de cuidados siguen siendo cubiertos principalmente por mujeres, y muchas mujeres jóvenes tienen sus primeras experiencias laborales cuidando peques, buscándoles del colegio, o por las noches. Así como tenemos más presencia en la formación reglada vinculada a los cuidados (formación en magisterio infantil y primaria, área social, enfermería,…).

Desde pequeñas, tanto la cultura como muchas veces la familia nos dirige al rol de cuidadora, que acabamos cumpliendo muchas veces sin darnos cuenta, o con un sentimiento de culpa al salir de él.

Lo primero que pensamos al hablar de cuidados son los que realizamos de mayores a menores, pero la situación de la juventud, con tantas dificultades para encontrar un empleo, y una vivienda que nos permita a nosotras mismas vivir de forma digna, nos dificulta enormemente poder tomar la decisión de tener hijos o hijas. Los datos de tasa de natalidad joven la situaban en 2020 en 44,45 por 1.000 mujeres de 15 a 25 años (datos FAD).

El pasado 16 de diciembre, la Universidad Complutense de Madrid publicaba su listado de alumnado ilustre, siendo Isabel Díaz Ayuso elegida alumna ilustre de la Facultad de Ciencias de la Información.

Pocos días después parte del profesorado denunciaba el proceso de elección.

El título de alumno ilustre se concede a antiguos estudiantes destacados, existía una propuesta de 8 personas, entre los que se incluyó a I.D. Ayuso, pese a no haber sido votada en la Junta de la Facultad, a principios de noviembre. Ricardo Jimeno, parte de este organismo, denunciaba en su Twitter que el nombre de Ayuso no ha sido ni votado ni aprobado, a diferencia del resto, aclara que es una imposición unilateral del Rectorado.

Esto es un claro ejemplo de cómo la universidad otorga su lealtad a una clase política (que la desmantela) y no a su alumnado, ni a sus trabajadores.

No nos importa el título de alumna ilustre, nos importa que una vez más, se saltan todos los mecanismos de decisión de un organismo público, para imponernos sus contratos con beneficios, o galardonarse en este caso.

El profesorado y estudiantado ya ha comenzado a movilizarse contra este anuncio, y recoger firmas para su retirada.

Como decíamos hace unos meses, la universidad sigue siendo un territorio de conquista, y este título de alumna ilustre a Ayuso es una falta de respeto a todo el alumnado de esta universidad, y a todo el estudiantado.

Otorgar cualquier distinción a quien desmantela la educación pública desde ésta, es una piedra a la propia educación pública, debemos recordar cuál es la situación actual con el gobierno de I.D. Ayuso de la educación pública, que ahora la premia.

La Juventud Comunista está a punto de terminar el 2022, año en el cual ha enviado una delegación al Sáhara al Congreso de la UJSARIO, vuelto a acudir al Festa do Avante, completado su II Campamento, pero sobre todo ha trabajado por fortalecer la militancia.

En todos los frentes estamos viendo un retroceso en los movimientos, la desmovilización que la socialdemocracia quería también afecta a la juventud, que ve desierto de movilización el espacio educativo.

El próximo año 2023 comienza con más objetivos, uno de las principales es la presencia de la juventud comunista en el frente estudiantil educativo, que consideramos que es el principal frente para la juventud. Los espacios estudiantiles están completamente desmovilizados, pero siguen siendo espacios de lucha, en los cuales nuestra militancia siempre debe estar preparada.

La universidad sigue siendo un espacio en el que luchar para garantizar nuestros derechos, un espacio de agitación donde llevar nuestros actos y nuestra propuesta.

Así mismo, la situación de la mujer joven de extracción obrera será una de las líneas de trabajo a través del feminismo de clase. No podemos dejar de mencionar cómo la juventud está bebiendo del discurso antifeminista de la extrema derecha, llegando a situaciones muy violentas contra las mujeres, como las que hemos vivido este verano con la sumisión química en las fiestas, o las agresiones del colegio mayor.

A principios de octubre el vídeo del Colegio Mayor Elías Ahuja, de la Universidad Complutense de Madrid irrumpió en el inicio de curso, así como todas las repeticiones de este, artículos y opiniones.

La Universidad  sigue sin ser un espacio seguro para la mujer joven de extracción obrera, pero eso ya lo sabíamos, por eso es un espacio pendiente en el cual debemos trabajar, fortalecernos y en caso del feminismo, denunciar las agresiones, visibilizarlas y crear protocolos contra ellas. No vamos a caer en conceder un perdón por que sea una tradición, porque entonces toda la violencia patriarcal sería una tradición, y tendría disculpa.

Nuestra clase acude a la universidad en desigualdad de condiciones, no podemos perder este análisis en este caso, ya sea a través de becas, u horas de trabajo, tenemos una presión extra por mantenernos en este espacio.  En el caso de ser mujeres además, nos encontramos con carreras blindadas a mujeres, profesores que aprovechan su posición y estatus para acosarnos, o despreciar al alumnado femenino, y un currículum que nos invisibiliza.

El caso del colegio mayor, es la prueba viviente de las consecuencias de ausencia de educación con perspectiva feminista en los institutos (y previa). Cuando llegan a vivir en un espacio como un colegio mayor y alentados por el grupo (en el cual tienen que hacerse hueco siendo los que más territorio ocupen, y hablen más alto) llegan a extremos así. El efecto grupo en la violencia en la juventud es una consecuencia de varios factores, la ausencia de conciencia contra las diferentes discriminaciones (porque aquí, puede ser racial, de clase, de género, orientación sexual...) sumado al discurso exaltado de la extrema derecha contra el feminismo que ha cuajado muy bien en la juventud (así como contra la migración de menores y el discurso de peligrosidad alrededor) y la necesidad de sentirse integrado sea como sea.

 Entender que lleva a la juventud a este comportamiento tan violento, en ningún momento es para justificar, pero cuanto mayor sea el análisis, mayores serán las estrategias y la posibilidad de actuación sobre ellas.

Los pasados 24,25 y 26 de septiembre, la JCPE realizó el II Campamento en Los Molinos, en la sierra de Madrid.

En esta segunda edición volvimos a encontrarnos camaradas de la Juventud de distintos puntos del Estado, junto con camaradas del Partido que acudieron a apoyar y conocer el campamento más de cerca, así como el proyecto actual de la Juventud

Comenzamos el viernes dándonos la bienvenida y tiempo para encontrarnos con la militancia más reciente de la Juventud, y reencontrarnos con las caras que llevan un tiempo acompañándonos en la militancia.

El sábado realizamos un taller de supuestos de intervención en frentes de masas, trabajándolos por grupos y exponiéndolos posteriormente para así compartir nuestras experiencias y estrategias.

Continuamos, después de un descanso y comida, con una formación de fascismo y antifascismo desde la perspectiva de la juventud, para luego seguir con una dinámica.

El domingo realizamos por la mañana una charla de salud mental y juventud, en la cual la secretaría de juventud lleva meses trabajando, una primera aproximación a un tema que seguiremos desarrollando.

El próximo 15 de octubre dará lugar en Madrid la movilización por las pensiones, que nuestra organización lleva años apoyando, y como JCPE apoyaremos. Pero,¿cuál es la posición de la juventud ante las pensiones?

Desde nuestra perspectiva de juventud que no vemos futuro más allá de trabajos altamente precarizados, sin posibilidad de independizarnos, o incluso posibilidad de estudiar, nos cuesta pensar en las pensiones de jubilación, ya que incluso caemos en el derrotismo de decir " si nunca nos vamos a jubilar". Debemos a quienes se movilizaron y ganaron las pensiones actuales la defensa de estas, no solo por coherencia con nuestra clase y quiénes lucharon, si no por la juventud,

Caemos también en el error de pensar que las pensiones son solo de jubilación, olvidando las de orfandad, viudedad o discapacidad, las cuales pueden no quedarnos tan lejos de ser percibidas. En cambio, nunca hablamos de ellas.

Queda claro, que este sistema solo quiere nuestra capacidad productiva, y quiénes no puedan cumplir esa función quedan fuera de el. Las pensiones son el primer paso y un colchón frente a la exclusión social cuando no estamos en el mercado de trabajo y por lo tanto, cuando no mantenemos directamente al capitalismo. Por ello, debemos luchar por conservarlas y que su cuantía permita una vida digna. Los y las comunistas defendemos las pensiones como conquista social que garantiza una vida digna a quienes ya no están en condiciones de trabajar, tienen alguna limitación para el trabajo o para quienes merecen descansar tras una vida de trabajo. Por lo tanto, como un derecho fundamental de la clase obrera que bajo ningún concepto puede ser arrebatado.

La lucha de las pensiones nos permite la concienciación sobre el descanso remunerado de la clase trabajadora. Importante  en un estado donde la mayoría de nuestra clase se dedica al sector servicios, en el que prima la inmediatez, así como bajo un sistema que determina nuestra valía en función de nuestra capacidad de producción y de consumo.

Teniendo en cuenta, el contenido de clase de la lucha de las pensiones y la importancia de una juventud implicada en ellas, realizamos una crítica a la "subida" que recogen los Presupuestos Generales del Estado, un 3 % (que como luego comprobamos será del 2'5%) para las pensiones mínimas y no contributivas a partir del próximo año, y el resto en función de los datos de 2021.

Los días 10, 11 y 12 mayo, la JCPE fue invitada a participar en el X Congreso de la Unión de Juventudes Saguía al Hamra y Rio de Oro (UJSARIO), en honor al Mártir Ozmán Alí Brahim, en los campamentos de refugiados saharahuis.

En representación de la JCPE asistió el camarada Álvaro Ripoll, miembro de la dirección de la Juventud Comunista de los Pueblos de España. Nuestra asistencia al Congreso de la Juventud Saharaui se enmarca en un momento en el que el Gobierno de España, vulnerando los más elementales principios del derecho internacional, trata de entregar al Pueblo Saharaui a la dictadura del Reino marroquí.

La JCPE, que mantiene estrechas y fraternales relaciones con la Juventud del Frente Polisario, no podía dejar de acudir a la celebración de este Congreso para expresar el apoyo y la solidaridad de nuestra organización, en la lucha por la soberanía y la autodeterminación de ese querido y admirado pueblo.

Recogemos aquí, nuestro saludo al X Congreso de la UJSARIO.

En la Juventud Comunista de los Pueblos de España (JCPE) llevamos varios meses trabajando en la II edición de nuestro Campamento, después de la primera que celebramos en septiembre del año pasado.

En la anterior edición tuvimos la oportunidad de encontrarnos con camaradas de distintos puntos del estado para debatir, aprender, formarnos, y trabajar codo a codo un fin de semana. Fue una experiencia muy enriquecedora, y que sirvió para fortalecer las relaciones fraternales de la juventud militante que desarrolla su actividad en diferentes territorios. El año pasado, nos encontramos y convivimos con camaradas de Cantabria, Murcia, Pais Valencià, Madrid y Andalucía en un precioso pueblo de la sierra madrileña. Los temas de formación que se presentaron tuvieron como eje central el trabajo en frentes de masas y la militancia comunista. Aparte de talleres prácticos de graffiti, aprender sobre fotografía, confección de pancartas y poner en común distintas técnicas de trabajo de agitación. Tuvimos espacio para debatir, aprender, compartir, y crear ocio popular y sano entre las camaradas que allí estábamos. Este último punto es muy importante, ya que quienes asistimos volvimos a casa reafirmando algo que ya sabíamos, que nuestra militancia en la juventud era un acierto y un paso decidido y valiente en nuestras vidas, y que con unas relaciones de camaradería más estrechas se trabaja colectivamente mucho mejor. Empezar el curso político con esta convicción ha sido muy positivo.

Las últimas tasas de paro en la juventud la sitúan en 29,8% (dato INE) en febrero de este mismo año. Las cifras dicen que volvemos a la tasa de paro antes de la pandemia, olvidando que ha sido el empleo juvenil junto con el temporal el más afectado en la pandemia, y dos años de crisis no se solucionan volviendo a la cifra anterior de paro, la cual ha sido la más alta de Europa durante este periodo, y ahora se sitúa entre las tres más altas.

La tasa de paro más alta se da en la franja de edad 16-19 años, que actualmente casi duplica a la siguiente franja más numerosa 20-25 años (datos INE), siendo así la juventud el grupo de edad que más dificultades tenemos para acceder a un empleo, y cuando lo conseguimos es en peores condiciones. La explotación a la juventud tiene sus pilares en las altas tasas de paro y la baja necesidad de cualificación necesaria para sus tareas. Esto, junto a que la juventud, no solemos tener cargas familiares y en ocasiones contamos con el apoyo económico de nuestra familia, coloca el valor de nuestra fuerza de trabajo como mercancía en el mercado a niveles muy bajos, dando como consecuencia unos salarios y condiciones laborales lamentables. La juventud realizamos las tareas de base del sistema productivo (logística, reparto ...) sin las cuales el sistema es difícilmente sostenible.

El conjunto de la juventud pasamos por las mayores tasas de paro mientras intentamos formarnos para no acabar en otra de las mayores tasas de paro llamado de baja cualificación, ya que el acceso a la formación sigue sin estar garantizado.

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