Trabajadoradas del manipulado de hortalizas en los campos de Almeria 

 

El despertador suena a las cinco y media de la mañana. Un triste desayuno para enfrentar la jornada; sobre todo café, mucho café, bien cargado, negro; negro como la noche, como el presente, como el fondo de un pozo. Trayecto somnoliento por una carretera que empieza a despertar también con otros vehículos que van y vienen. Por el camino, conversación con compañeras de trabajo: “Anoche no he pegado ojo, me duelen hasta las pestañas…” “Pues yo no sé cómo acabaré hoy, no puedo levantar más de esto (levanta el brazo hasta el tope que le permite el umbral del dolor), ya me he tomado dos pastillas…”. Se hace el silencio, la radio se encarga de distraer la atención. Música para levantar el ánimo. Lástima, ninguna ha nacido en Tennessee, pero podrían cantar blues. Cuando llegan, sus ojeras ya han llegado; son tan grandes que siempre llegan al trabajo unos minutos antes.

Usando esta histórica reivindicación quiero situar determinados elementos teóricos/prácticos que giran en torno a esta, pero la no comprensión del papel que desempeña la huelga y en especial la huelga general en la lucha de clases posibilita que esta herramienta de la que dispone la clase obrera, de magnitud incuestionable sea usada en ocasiones con objetivos diferentes a los intereses de la clase obrera.

La huelga es un acto de confrontación que desempeña un papel fundamental en la elevación de conciencia de la clase obrera, a través de esta se desarrollan una serie de elementos ideológicos, políticos y organizativos que muestran al obrero de toda la fuerza que colectivamente dispone.

Tratar el tema de la unidad sindical no es tarea fácil; sobre todo, por la cantidad de factores que intervienen en el devenir del movimiento sindical. La evolución del sindicalismo en el estado español, que durante años mantuvo un potente movimiento que confrontó a las políticas patronales con una elevada conciencia de clase, devino en una desmovilización general y en una fragmentación de las luchas reivindicativas de la clase trabajadora, propiciada, sobre todo, por el abandono por parte de las grandes centrales sindicales de herramientas de lucha como la huelga o la forma asamblearia, por ejemplo, para sustituirlas por la "paz social" y la colaboración con la patronal, llevando al movimiento obrero al estado en que actualmente se encuentra.

No obstante, la tremenda crisis estructural del capitalismo provoca que sus ataques contra la clase obrera y demás sectores populares vayan en aumento, ya que es la única forma que tiene la burguesía de sacar el extra de plusvalía que necesita para seguir manteniendo su caduco sistema; y como es natural, esto conlleva a que recobre fuerza el movimiento obrero, a pesar de los continuos esfuerzos que hace la burguesía para desviarlo de su objetivo, fragmentarlo y controlarlo conforme a sus intereses.

El próximo 30 de enero la clase trabajadora en Euskal Herria está llamada a las calles en defensa de unas pensiones públicas y dignas. El PCPE en EH llama a sumarse a esta convocatoria de huelga, ante la necesidad de defender las pensiones desde el movimiento obrero, en defensa del sector público en general, y por unas condiciones dignas de trabajo.

 

El comité de empresa y la sección sindical de CGT han convocado paros de trabajo indefinidos los últimos viernes de cada mes, la última media hora de trabajo de cada turno de trabajo, más los sábados y domingos que la empresa declare obligatorios.

Esta decisión se tomó por mayoría del comité de empresa con el apoyo de CGT. Sin embargo, Comisiones Obreras, pese a la votación mayoritaria, se ha desmarcado de estos paros y ha convocado huelga en otras fechas, en un intento de dividir a la plantilla. A UGT no se la espera, no dice nada.

El grupo Sada (la filial española de la multinacional Nutreco, que a su vez pertenece a la empresa holandesa SHS Investments) pretende cerrar el matadero situado en el polígono El Segre de Lleida y despedir a 260 personas que trabajan en este centro de trabajo. Des de el Partit Comunista del Poble de Catalunya (PCPC) rechazamos contundentemente este ERE orquestado de manera intencionada por la empresa des de hace ya tiempo, aunque se hizo publico a mitad de mes de octubre y fue comunicado al comité de empresa, un día antes.

El comité de empresa, ha transmitido a la empresa su rechazo a este ERE. Las intenciones de la empresa son claras, están decididos a cerrar este centro y despedir a sus trabajadores, perjudicando gravemente el territorio y el futuro de muchas familias que dependen únicamente de este salario. Esto último añade más sufrimiento, si cabe a unas familias que tendrán que pasar tiempos muy difícil.

Ya caminan por los caminos con las manos encallecidas miles de jornaleras/os cifra que irá creciendo en la medida que la campaña de la aceituna vaya aumentando.

Una temporada más la patronal del olivar hará uso del modelo de contratación que viene usando desde mucho antes de que, un día, Miguel Hernández escribiese su universal poesía (Aceituneros de Jaén). Hoy con la añadidura de que parte del empleo se realiza a través de subcontratas lo que hace que las condiciones en que las jornaleras y jornaleros realizan su labor productiva sea más dura y denigrante.

¡1200 € de salario mínimo y de pensión mínima! Con esta consigna clara se desarrolló la Décima Marcha Obrera el pasado viernes 22 de noviembre. 10 años, 10 marchas que comenzaron como una iniciativa del Partido Comunista del Pueblo Canario a poco de empezar esta última etapa de crisis estructural del sistema capitalista en 2010, y en los últimos años ya se ha consolidado como una movilización de referencia en Las Palmas de Gran Canaria.

Si en 2018 el PCPC juntó a 15 organizaciones, en esta ocasión fueron 26 organizaciones sindicales, políticas, sociales y diferentes comités de empresa las que han querido estar presentes en un recorrido que a lo largo de 2 horas pasa por algunos de los barrios populares más castigados de la ciudad.

La posibilidad de que las y los trabajadores seamos despedidos por el simple hecho de caer enfermos, y el/la médico de familia dictamine la baja laboral, viene recogida en el Estatuto de los Trabajadores desde hace más de 20 años. Basta la acumulación de 9 días hábiles de Incapacidad Temporal (IT) en un período de dos meses consecutivos para que comiences a ser carne de despido “por causas objetivas” de acuerdo con el Art. 52d) del ET. Tal crueldad, claramente atentatoria contra la salud y seguridad de quienes todo lo producimos, saltó a la luz cuando, entre otros muchos ataques, la contrarreforma laboral de 2010 (PSOE) rebajó del 5% al 2,5% el índice de absentismo en el conjunto de la plantilla necesario para que se pudiera aplicar el despido y, posteriormente, con la contrarreforma laboral de 2012 (PP) que finalmente eliminó dicho requisito. En ambos casos la clase obrera respondió con Huelgas Generales, la del 29 de septiembre en 2010 y las de 29 de marzo y 14 de noviembre en 2012.

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