Que el capitalismo no tiene escrúpulos en contaminar el planeta no es nada nuevo. A la burguesía lo que le interesa es obtener el máximo beneficio privado, si la sociedad se ve beneficiada milagrosamente por alguna de sus actuaciones no es más que precisamente por este mismo motivo. Así se pueden llegar a introducir métodos de producción menos contaminantes simplemente porque pueden ayudarles a obtener una mayor plusvalía, ya sea porque de este modo se mejora dicho proceso de producción o porque se publicitan sus productos como “ecológicos” o de una “marca verde” de cara a aumentar las ventas y quedarse con la cuota de mercado de otras empresas.

 

Además, esta reducción de la contaminación dentro del modo de producción capitalista es más bien residual, por mucho que se magnifiquen sus ejemplos constantemente, tal y como se hace con los pocos casos de personas que se enriquecieron enormemente. Por mucho que les pese, los datos nos demuestran que las emisiones mundiales de CO2 aumentan año a año1-2.

Hace poco conocíamos a través de un informe de la ONU y el Norwegian Refugee Council (Consejo Noruego del Refugiado) que 144 millones de personas han sido desplazadas entre 2008 y 20123 debido a desastres climáticos directamente relacionados con el calentamiento global (sequías, inundaciones, etc.) lo que supone un 85% del total de refugiados a nivel mundial en dicho período. Muchos de estos desplazamientos se producen dentro de un mismo país, lo que dificulta su control y contabilización. Estos desplazamientos normalmente están también unidos a conflictos armados cuyas causas se difuminan con los nuevos escenarios climáticos4-5. Las emisiones descontroladas de CO2 están provocando estas situaciones dramáticas.

Este problema también afecta a nuestro país según el último informe de IDMC (Internal Displacement Monitoring Center o Centro de Monitorización de Desplazamientos Internos) sobre desplazamientos por desastres naturales (IDMC 2013) aparecen contabilizados en el año 2012, 9.000 desplazamientos en Málaga por inundaciones y 5.000 en las Islas Canarias por incendios forestales, tercer y quinto suceso respectivamente que más personas desplazó en Europa. En total se contabilizaron en España 22.000 desplazamientos por desastres naturales, cifras modestas si las comparamos con las de China, con 49.782.000 desplazamientos o las de India con 23.755.000.

La concentración de CO2, como ya hemos dicho, no hace más que aumentar día tras día alcanzando niveles que son considerados extremadamente peligrosos6 y se va sobrepasando poco a poco la frontera de las 400 partes por millón de CO27. Lejos de promocionar las energías renovables cada vez más se aumenta el consumo de petróleo y gas natural introduciendo además nuevos métodos de extracción como la fracturación hidráulica o fracking, método que tiene además infinidad de inconvenientes para el medio ambiente8.

Una vez tratada la principal cuestión del ecologismo, las emisiones de CO2, alguien podría objetar que no existe la posibilidad de desarrollar la economía sin contaminar y que debemos elegir entre economía y medio ambiente, una consigna que es repetida por el capitalismo hasta la saciedad. Sin embargo, las tecnologías necesarias para solucionar estos problemas existen, tecnologías que desde el punto de vista del beneficio privado capitalista no pueden salir adelante. Para ello voy a hablar sobre el caso concreto de las carreteras solares9 y su viabilidad en el capitalismo. Este proyecto consiste en sustituir carreteras, parkings, aceras, etc. con paneles solares hexagonales interconectados entre sí. ¿Tiene suficientes garantías y ventajas?

Veamos qué nos ofrece esta tecnología. Para empezar, nos provee de una superficie suficientemente dura como el asfalto y capaz de resistir los mismos pesos y condiciones (unas 110 toneladas según los desarrolladores), produce energía solar limpia y renovable, reduce el uso y dependencia de combustibles fósiles y la producción de CO2, proporciona una forma fácil de soterrar el cableado eléctrico y telefónico, incluye LEDs para configurar carriles, aparcamientos y avisar de peligros más adelante como piedras desprendidas, coches parados/accidentados o animales ya que también poseen sensores de presión... Además, su distribución modular facilita las reparaciones. Según una estimación, solo en EE.UU. sustituyendo las carreteras principales por este tipo de paneles ese país obtendría tres veces la energía que consume actualmente. A su vez se generaría una nueva industria en base a esta tecnología que reduciría el problema del paro y podría absorber totalmente a los/as trabajadores/as de la industria energética.

Este proyecto que tantos problemas resolvería, posiblemente finiquitando el problema del CO2, por mucha publicidad que esté obteniendo no puede salir adelante en el actual marco económico. ¿Y por qué no? Para empezar consideremos los monopolios de los combustibles fósiles (petróleo y carbón) ya sentados en el poder. ¿No se posicionarán en contra de esta tecnología? El petróleo dejaría de ser necesario para hacer asfalto para las carreteras y para proporcionar combustible para los coche pues sería posible cargar un coche eléctrico en la misma carretera ya sea con enchufes habilitados o cargando las baterías a través de una recarga inalámbrica en movimiento10 y el uso del carbón se reduciría notablemente o incluso totalmente. La obsolescencia programada, tan necesaria para el capitalismo, es también un problema para su implantación ya que carece de ella (habría que ver si no se introduce para posicionarse en el capitalismo) y tiene una gran duración: es resistente a todo tipo de condiciones atmosféricas, a grandes pesos, etc. Y sobre todo el principal problema es, nuevamente, el beneficio privado ya que este tipo de tecnología es muy costosa desde el punto de vista capitalista por lo que la cantidad de plusvalía que se puede obtener de la venta de la misma es bastante baja.

Así pues sacamos dos conclusiones: primero, al capitalismo no le importa contaminar siempre que se obtenga beneficio privado y, segundo, el capitalismo jamás implementará una tecnología útil para la humanidad si afecta a la obtención de ese beneficio privado. ¿Y qué tenemos que decir ante esto los y las comunistas? A la clase obrera no le interesa el beneficio privado sino el beneficio social, en este caso su simple supervivencia en este planeta. Por este motivo le interesa objetivamente la lucha contra el capitalismo y la consecución del socialismo-comunismo en donde la clase obrera tiene el control de la producción para tener la certeza de que se respeta el medio ambiente y el desarrollo de la vida, además de todas las ventajas sociales, económicas, culturales, etc. que solo le puede ofrecer este sistema. Únicamente en la lucha general por el socialismo-comunismo se puede luchar de forma coherente por el ecologismo y por las condiciones medioambientales del planeta.

Solo la clase obrera a través de la revolución socialista puede obtener aquellas condiciones necesarias para la supervivencia de la especie humana.

“No cabe duda de cada día que pasa conocemos mejor las leyes de la naturaleza y estamos en condiciones de prever las repercusiones próximas y remotas de nuestras injerencias en su marcha normal. Sobre todo desde los formidables progresos conseguidos por las ciencias naturales durante el siglo actual, vamos aprendiendo a conocer de antemano, en medida cada vez mayor, y por tanto a dominarlas, hasta las lejanas repercusiones naturales, por lo menos de nuestros actos más habituales de producción. Y cuanto más ocurra esto, más volverán los hombres, no solamente a sentirse, sino a saberse parte integrante de la naturaleza y más imposible se nos revelará esa absurda y antinatural representación de un antagonismo entre […] el hombre y la naturaleza” – Friedrich Engels en Dialéctica de la Naturaleza

[1] http://www.energias-renovables.com/articulo/las-emisiones-mundiales-de-co2-crecen-un/

[2] http://www.20minutos.es/noticia/1981076/0/carbono/cambio-climatico/emisiones/

[3] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/05/22/actualidad/1400771922_130152.html

[4] http://www.nacion.com/vivir/ambiente/Aumento-emisiones-CO2-conflictos-hambrunas_0_1405459584.html

[5] http://www.huffingtonpost.com/2014/05/14/climate-change-national-security_n_5323148.html

[6] http://www.teinteresa.es/tierra/Registran-concentracion-CO2-hemisferio-ONU_0_1145287549.html

[7] http://www.rtve.es/noticias/20140526/co2-atmosfera-registro-abril-nivel-mas-alto-historia-hemisferio-norte/943482.shtml

[8] http://unidadylucha.es/index.php/internacional/710-los-peligros-del-fracking

[9] http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2014-05-27/la-locura-de-las-carreteras-solares-seduce-a-los-inversores_136669/

[10] http://www.slashgear.com/qualcomm-halo-inside-the-tech-of-the-worlds-largest-wireless-car-charging-trial-07255855/

Fuentes:

Kolmannskog, Vikram y Afifi (2014). “Disaster-Related Displacement from the Horn of Africa” en Report No.15. Bonn: United Nations University. Institute for Environment and Human Security (UNU-EHS) http://ehs.unu.edu/file/get/11763.pdf
IDMC (2013). Global Overview 2012: People Displaced by Disasters. Ginebra: IDMC/NRC. http://www.internal-displacement.org/assets/publications/2013/2012-global-estimates-corporate-en.pdf
IDMC (2014). Global Overview 2014: People Internally Displaced by Conflict and Violence. Ginebra: IDMC/NRC. http://www.internal-displacement.org/assets/publications/2014/201405-global-overview-2014-en.pdf
https://www.indiegogo.com/projects/solar-roadways

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