Escuela de Senegal
Hace ya algunos números informábamos de las protestas populares que agitaban Senegal y que tenían como principal promotor la figura de Ousmane Sonko, encarcelado por el Gobierno de Macky Sall por atentar contra la moral y facilitar el libertinaje, lo que finalmente le impidió presentarse a las elecciones presidenciales de 2024. No obstante, este movimiento represivo le costó caro, esta vez, al neoliberalismo senegalés, ya que perdió las últimas elecciones del 24 de marzo de 2024 frente a Diomaye Faye, que no dudó en nombrar a Sonko primer ministro del país.
La clase obrera senegalesa ha dado una lección al mundo demostrando que sí se puede vencer la opresión y la represión del capital a través de la lucha obrera directa. Aunque el ascenso al poder de Faye pueda parecer un movimiento meramente electoralista, no hay que olvidar que las revueltas producidas por el encarcelamiento de Sonko se saldaron con 15 personas fallecidas, 350 heridas y 500 detenidas. El ascenso electoral del PASTEF (Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad), el partido político al que pertenecen Faye y Sonko, se forjó en la lucha popular, al igual que otros grandes partidos soberanistas como el FSLN en Nicaragua.
Diomaye Faye hereda una situación propiciada por la incapacidad del Gobierno de Macky Sall para atajar el problema de la desigualdad y de la pobreza, especialmente en lo que respecta a los derechos de la mujer: 66.8 % de brecha salarial, prohibición del aborto salvo peligro mortal de la madre o del bebé, imposibilidad de escoger marido, vigencia de la ablación y representación política casi nula. Además, la homosexualidad sigue siendo ilegal desde 1965. Estos son algunos de los retos que el Gobierno de Faye deberá abordar si pretende mantener una senda de verdadera transformación social.
Sin embargo, hay que destacar que esta situación de precariedad viene generada por su condición de colonia de la República Francesa. El anterior Ministerio de Defensa había informado, poco antes de las elecciones presidenciales, que la armada francesa abandonaría el país a finales de junio dejando 260 efectivos, en su mayoría formadores y expertos militares. Es posible que esta medida se acentúe todavía más con el nuevo Gobierno, lo que, para Faye, no debería conllevar un deterioro de las relaciones con Francia. De hecho, en diversas entrevistas ha expresado que su intención no es romper con Francia, sino empezar una relación entre iguales y abandonar el histórico vínculo servilista.
Hay que tener en cuenta también que Senegal solicitará, seguramente, su entrada en los BRICS y fortalecerá sus relaciones con Rusia. Esto quiere decir que la nueva realidad multipolar que se avecina y que, objetivamente, construye un escenario más propicio para el desarrollo de la lucha de clases, contará, seguramente, con Senegal como aliado, lo que puede ser fundamental para impedir la presencia del imperialismo anglo-yanki-sionista en el continente.
PASTEF defiende un panafricanismo de izquierda, pero no socialista. De esta manera, los límites de este proceso soberanista estarán marcados por la propiedad de los medios de producción y del intercambio más o menos anárquico de las mercancías. A medida que las contradicciones se vayan agudizando, la clase obrera senegalesa se irá organizando hacia la toma del poder. De momento, solo se puede afirmar con seguridad que el giro político adoptado por Senegal es contrario a los intereses de la mayor amenaza para la humanidad: el imperialismo anglo-yanki-sionista nucleado en torno a la OTAN.
Gabi