RESOLUCIÓN GENERAL DEL XIV PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PCPE

Las propias contradicciones del Capitalismo, conducen a la Humanidad a la destrucción de las sociedades y de la Naturaleza, sin que haya más alternativa que un cambio radical de modelo social, un proceso que inicie el camino de la construcción del Socialismo. No hay otro camino: SOCIALISMO O BARBARIE.

Frente a la permanente constatación de las, cada vez más graves, consecuencias del desarrollo práctico de la crisis general del capitalismo y su carácter absolutamente irreversible, solo cabe organizar la respuesta de sus víctimas; personas concretas de carne y hueso, con nombre y apellidos que sufren y mueren porque el proceso de acumulación del capital, por una cada vez más exigua minoría, así lo exige. Aunque solo fuera por eso, hoy más que nunca, levantar una contraofensiva en defensa exclusiva de los intereses y necesidades de la mayoría social, de la clase trabajadora y los sectores populares, es una urgencia civilizatoria

Un proceso en el que, necesariamente, las masas, bajo dirección revolucionaria, serán las protagonistas, porque solo el pueblo organizado, salva al pueblo.

Guerra global, violencia generalizada y represión; pobreza de quienes padeciendo el paro, la precariedad y la temporalidad, no tienen forma de llegar a final de mes con todas las facturas pagadas y la nevera llena; carestía de la vida y especulación que convierte en pobre a una gran parte de quienes trabajan; ciudades crecientemente segregadas entre barrios obreros desatendidos y zonas privilegiadas; servicios sociales públicos inaccesibles y progresivamente desmantelados y privatizados; destrucción acelerada del territorio y los recursos naturales para beneficio exclusivo de una minoría de ricos que se benefician de las ayudas públicas a las energías renovables, la agroindustria, el turismo…; beneficios escandalosos de las grandes empresas de la energía, banca, distribución…

Esta es la realidad en la que vive el pueblo trabajador, y no el espectáculo vergonzoso de un Parlamento en el que, pese a los gritos y la mala educación de un debate superficial y sin argumentos, todos los partidos parlamentarios coinciden en los mismo: OTAN, bases militares, compromiso con la guerra y más presupuesto militar; UE, €, soberanía monetaria del Banco Central Europeo, pago de la deuda; defensa del poder de las grandes empresas y los monopolios, cierre de fronteras a la población migrante que muere a diario en el Mediterráneo y en la ruta canaria; defensa del pacto social y la interlocución de los “agentes sociales”…

No sabemos si, al final, su incapacidad, de poner de acuerdo a las distintas fracciones de la burguesía, nos conducirá a nuevas elecciones y a tener que padecer sus constantes discursos vacios que no dicen nada. Pensamos que no, que el Sistema necesita a la socialdemocracia para gestionar la crisis y, con el recurso de la aceptación del mal menor, tratar de asegurar la paz social y la desmovilización.

Pero ni eso, ni los debates que simulan tener, son lo importante.

Al final habrá un gobierno y ya tiene los deberes escritos por la Comisión Europea, el Banco Central y la OTAN. La soberanía de estos gobiernos de marionetas al servicio del Capital, está limitada a elegir la forma en la que se obedecen las órdenes de quienes mandan de verdad.

Se equivocan de raíz quienes piensen que la solución de sus verdaderos problemas, incluida la amnistía y el derecho a la autodeterminación, se resuelven delegando su representación y la defensa de sus intereses a quienes se sientan en el Parlamento.

Es necesario revertir la senda acomodaticia y alienante de delegar y esperar que otros actúen, porque ese camino, en el que solo se defienden los intereses de la oligarquía, ya sabemos hasta dónde nos ha traído.

Ahora es el momento de levantarse y decir basta, de movilizarse a favor de la defensa exclusiva de los intereses y necesidades del pueblo trabajador. La prioridad es organizar el conflicto político con el Estado burgués desde la denuncia de la realidad material de precariedad y pobreza en la que vive sometida la gran mayoría de la clase trabajadora.

Una posición que tiene que partir de la exigencia del desarrollo de un PLAN DE EMERGENCIA SOCIAL que resuelva con carácter de urgencia la situación de pobreza que ya afecta al 20.4% de la población1 y establezca mediante Decreto, todas medidas necesarias para asegurar la vivienda, alimentación, educación, sanidad, energía y transporte a las personas en situación vulnerable.

La pobreza y la exclusión social es responsabilidad exclusiva de un modelo social fracasado, fundamentado en un sistema de privilegios en el que una minoría se apropia de los frutos del trabajo social y nos roba la vida. Una sociedad incapaz de ofrecer alternativas de desarrollo humano a las personas y, por eso, corresponde arrebatarles todo lo que nos han robado y ponerlo al servicio de la sociedad. Nacionalización, bajo control obrero, de las eléctricas, banca y grandes cadenas de distribución, expropiación del patrimonio inmobiliario de los grandes tenedores…son exigencias que no podemos dejar de situar en el horizonte de una sociedad justa y soberana.

En el capitalismo solo cuentan sus beneficios, no las personas.

Acabemos con él

¡NO A LA GUERRA, NO A LOS RECORTES!

¡SALIDA DE LA OTAN, EL € Y LA UE!

¡TU LUCHA DECIDE!

1 de Octubre de 2023

 

1 Datos de la European Anti-Poverty Network. Abril 2023

uyl_logo40a.png