Ante la grave situación que padecemos la clase trabajadora hoy, cada día los distintos medios de propaganda de la burguesía nos plantean un escenario en el que las causas de los problemas que sufrimos nada tienen que ver con la realidad.

La ofensiva de la militancia comunista en la intervención e interacción con las masas, desde la más breve conversación en el día a día, hasta el trabajo directo en los distintos frentes de lucha, debe romper ese velo de alienación y violencia mediática, con el que incluso pretenden convencernos de que la culpa de que seamos pobres y sobreexplotados es nuestra -la patraña de la cultura emprendedora- o que la precariedad es una moda.

La tarea es romper con la alineación de las masas, para entender el momento histórico y organizar la salida revolucionaria, y eso se hará en la intervención y en el proceso de organización y desarrollo de la lucha junto a las masas.

1- Las guerras de la OTAN contra Rusia y los pueblos del mundo son la consecuencia y no la causa de la crisis estructural capitalista.

Los medios burgueses, desde el estallido de la crisis estructural de 2008, intentan justificar dicha crisis mediante causas externas (burbuja inmobiliaria, guerra, falta de demanda en el mercado,…).

El problema es la tendencia decreciente de la tasa de ganancia del capital y el desarrollo normal de su composición orgánica (sustituir a la clase trabajadora por máquinas).

2-El capitalismo verde es un fraude. No hay solución a la destrucción ambiental ni a la crisis dentro del capitalismo.

Como el náufrago que se agarra a un bote salvavidas, los gestores del capital insisten las nuevas tecnologías como salida a la crisis económica y ambiental.

Lejos de resolverlo, esto solo acelerará su desarrollo.

3- No hay democracia. Hay dictadura del capital. Cualquier próximo gobierno cumplirá las imposiciones de la UE y EEUU. Por la soberanía popular y la salida de la UE.

El gobierno de España, ya sea con Feijoo, Sánchez o Yolanda Díaz, no es más que una sucursal que cumple, de una forma u otra, con los dictados del imperialismo.

La renovación de las bases militares de EEUU en nuestro territorio, la subida de los presupuestos militares para la guerra de la OTAN en detrimento de las necesidades sociales, el pago de la deuda ilegítima impuesta por la UE, las privatizaciones y ataques que vendrán contra las pensiones públicas, la reforma de leyes que exige la Unión Europea, que este gobierno de coalición socialdemócrata ha realizado y que el próximo gobierno seguirá realizando, son duras y dolorosas muestras de ello.

4- Al formar parte de la institucionalidad burguesa, la socialdemocracia (PSOE, Sumar, Podemos, IU, PCE…) es parte del problema y no de la solución.  El estado, no es neutro, es una herramienta de opresión de la clase en el poder.

La socialdemocracia juega un papel primordial para el capital. A la vez que sigue aplicando las medidas que necesitan los monopolios, desmoviliza a la mayoría social generando la ilusión de que es posible un capitalismo amable, y de que a través de las reformas graduales las instituciones burguesas del estado pueden ponerse al servicio de la mayoría social. El estado burgués, gestione quien gestione el poder político de turno, es una herramienta para oprimir la clase trabajadora y garantizar la plusvalía y la propiedad de los monopolios. Y estos se asegurarán de ello a toda costa.

La fase de desarrollo actual del capitalismo no permite ya ningún margen para una salida socialdemócrata-reformista a la crisis.

5- Solo el pueblo organizado salva al pueblo, tu lucha decide frente al fascismo y la crisis capitalista. La lucha es en los tajos, en los barrios, en la calle... no en el parlamento.

Las instituciones burguesas (parlamentos, ayuntamientos, gobiernos regionales,...) son incapaces de resolver nuestros problemas, y en gran parte de las ocasiones son directamente responsables de estos.

Nadie vendrá a resolvernos el problema de desahucios e incapacidad de adquirir una vivienda, corte de suministros, paro y precariedad, privatización de servicios y espacios públicos, barrios sin servicios esenciales, auge del fascismo y la intolerancia,... Esto no se acaba depositando una papeleta electoral.

La socialdemocracia en el gobierno, denuncia el auge fascista de forma electoralista y a la misma vez financia a los escuadrones nazis en Ucrania, aplaude a Zelensky y abandona al periodista Pablo González a la reclusión por el estado reaccionario polaco desde hace más de año y medio.

Solo luchando podremos avanzar nuestras posiciones, a través de la organización allá donde se dan estos problemas y junto con quienes los sufren, debemos empezar a crear espacios democráticos de poder para el pueblo trabajador.

6- Acabar con el pacto social. Organizar la unidad de la clase trabajadora y la huelga general.

Es preciso acabar con la dinámica constante de derrotas en la que nos tiene sumida la política del pacto social que llevan a cabo la socialdemocracia, el reformismo y las direcciones sindicales pactistas.

Debemos fortalecer la democracia obrera definiendo las asambleas de trabajadores y trabajadoras como espacio de soberanía para la toma de decisiones y los debates sobre lo que nos afecta. La clase trabajadora, independientemente de su lugar de origen, etnia, género, etc..., es quien crea la riqueza y tiene los mismos intereses, enfrentados a los del capital.

Es preciso golpear a la bestia capitalista donde más le duele. En la paralización de la producción. Hay que trabajar por un contundente paro general, que haga retroceder a la burguesía en sus pretensiones de sobreexplotarnos más cada día. ¡A la huelga!

7- Existen ya las condiciones objetivas para el socialismo y la toma del poder por la clase obrera sin etapas intermedias.

El desarrollo de la ciencia, la tecnología y los medios de producción y distribución que existe hoy, hace posible que puedan cubrirse absolutamente todas las necesidades de la población mundial, acabando con numerosas enfermedades, sequías, hambre, paro y desigualdad.

Lo único que lo impide es la propiedad privada de estos medios de producción, cada vez en menos manos.

La clase trabajadora, creadora de toda la riqueza, es quien debe decidir para qué se emplea esta, y qué necesidades debe cubrir.

8- Fortalecer el PCPE. La revolución la hacen las masas, bajo la dirección de vanguardia de su Partido Comunista. Toma Partido.

La revolución la protagonizarán las masas organizadas, no ningún grupo de eruditos ni ninguna secta con ánimos autocomplacientes. Por ello, el Partido Comunista debe tener confianza en estas.

Pero sin la dirección del Partido Comunista marxista-leninista, no será posible revertir los problemas expuestos en las tesis anteriores y llevar al poder al pueblo trabajador. El Partido es la herramienta colectiva de dirección que fusiona la teoría revolucionaria con la práctica y la acción política. Establece una política amplia de alianzas tácticas, a la vez que absolutamente comprometidas con la estrategia y los principios revolucionarios.

El PCPE, tras cuarenta años de experiencia de lucha comunista, debe jugar este papel.

Fortalecer el PCPE y ensanchar sus filas es la tarea principal a la que hay que subordinar todas las fuerzas.

Francisco Valverde

uyl_logo40a.png