Sólo le faltó volverse a “agarrar los cojones” cuando terminó su discurso, envalentonado, jaleado por grupo de descerebrados que aplaudieron con énfasis sus repetidos - ¡No dimito, no dimito, no dimito …!-

Rubiales pronuncia un discurso de machista supremacista al que no le faltó ningún detalle y con el enfanga aún más, si cabe, el recorrido deportivo de la Selección Femenina de España y su histórica victoria en el Mundial de Fútbol.

Un discurso, en el que trata de mostrarse como la víctima de un complot, como si su sólo gesto en el palco no mereciera ya su dimisión, echándole la culpa a la prensa, al gobierno, a los partidos políticos, a los clubes, al feminismo, a las mujeres y a quién haga falta por legitimar su deleznable conducta.

El gesto solo fue el principio de su gesta, hizo suya la celebración, como si él solo hubiera ganado el mundial, sin tener en cuenta a las jugadoras que estaban en el campo y a las que ha dejado por el camino, y desatado de patriarcado las cosifica, las vapulea, las sube a hombros, las abraza, las aprieta, las besuquea, como un señor medieval, hasta que llega Jennifer Hermoso, a la que ve como su gran trofeo y le da un beso en la boca, un beso no consentido, un beso violento, un beso unilateral, propio de un acosador, sin embargo, en su discurso nos dice que en un ambiente de jolgorio, ella se le acerca, le dice que es un crack, está disfrutando del momento, le incita a darle ese beso, dice que le pregunta si puede darle un pico, y ella le contesta que sí, ¿le preguntó también si podía meterle la lengua? ¿no les recuerda el discurso del juez que instruyó el caso de la manada? 

(…) lo que hubo fue "un ambiente de jolgorio y regocijo entre todos ellos", incluida la víctima (…)

Esta mierda de discurso no debe quitarle el foco a la verdadera protagonista de esta historia, Jennifer Hermoso, que desde el primer momento expresó en el vestuario que no le había gustado el beso y dijo también que qué podía hacer ella ante una situación como la que acababa de vivir.

Es Jennifer Hermoso la que con su valiente comunicado ha puesto a este personaje contra las cuerdas. 

“Mi sindicato FUTPRO, en coordinación con mi agencia TMJ se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto. Desde FUTPRO expresamos nuestra firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres." 

"Desde nuestra asociación pedimos a la Real Federación Española de Fútbol que implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplares”

Jennifer Hermoso no apoyó a Rubiales y esto fue lo que hizo que surgiera en nuestro país un clamor en contra del machismo, por la igualdad en el deporte y porque no se permita que ningún jefe vuelva a sobrepasarse en las celebraciones de las empresas.

or ello, no sólo se debe expulsar a Rubiales de la Federación, sino al entrenador (tiene su propia cuota machirula) y a todos los aplaudidores cuando soltaba sus NO DIMITO.  Esos aplausos ejemplifican como funciona el fútbol... Ha sido una clase magistral de patriarcado en acción.  

Sonia Iruela. 

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