Una vez más, la patronal y los sindicatos institucionales (CC. OO. y UGT) han llegado a unos acuerdos que contienen importantes retrocesos para la clase obrera y sectores populares, aunque lo maquillen como un avance y un “ejercicio de responsabilidad”, como dicen esos siniestros personajes de U. Sordo y P. Alvarez.

Veamos qué nos trae ese acuerdo. En primer lugar, este acuerdo NO ES VINCULANTE, no compromete para nada a la patronal, pues se trata solo de simples recomendaciones, sobre todo en materia salarial. Así pues, conociendo el paño, no resulta nada aventurado decir que la patronal va a aplicar las míseras subidas a las que ha accedido si le conviene y cuando le convenga.

En cuanto a los salarios, desde hace tiempo CC. OO. y UGT renunciaron y eliminaron de la negociación colectiva la referencia al IPC para que los salarios conservaran su poder adquisitivo en relación al “coste de la vida”. En su lugar, se han venido limitando a acordar subidas porcentuales sobre las tablas salariales existentes, lo que da lugar a desvalorización del precio de la fuerza de trabajo, que solo beneficia a la patronal.

Acordar unas subidas del 4 % para el 2023 y del 3 % para los años 2024 y 2025, sin tener en cuenta IPC de los años 2021 y 2022, que se sitúa (el IPC acumulado) en el 12.2 %, o teniendo en cuenta que el precio de la cesta de la compra se ha disparado un 16.6 % desde febrero del 2022, supone lisa y llanamente todo un regalo para los empresarios. Y a esto, CC. OO. y UGT lo llaman “un colchón contra la inflación” en un alarde de desfachatez, dando por hecho que la clase obrera no sabe contar y que es incapaz de apreciar la diferencia de una miserable subida de un 4 % (si el patrón quiere asumirlo, claro) y un 16.6 %, que es lo que han aumentado los precios de los productos básicos para su supervivencia. Por tanto, no solo no garantiza el poder adquisitivo de la clase trabajadora, sino que devalúa de tal forma el precio de la fuerza de trabajo que condena a millones de obreras y obreros a la miseria.

Por otro lado, este V Acuerdo viene a empeorar la ya de por sí deplorable “reforma laboral”, ya que estos sindicatos han aceptado una serie de medidas que precarizan aún más si cabe la contratación, haciendo del contrato fijo-discontinuo o del contrato fijo a tiempo parcial, mecanismos de contratación que se adapten a las necesidades de las empresas. Esto va a afectar, de forma muy negativa, sobre todo a las mujeres trabajadoras que verán aumentar su precarización laboral, pues la mujer es la que sufre la mayor precarización en sectores fuertemente feminizados. La patronal ha conseguido ampliar hasta un año la duración del contrato por circunstancias de la producción, que el contrato fijo-discontinuo a tiempo parcial se extienda a más sectores, que se flexibilice la utilización del contrato a tiempo parcial ampliando el número de interrupciones en la jornada, permitir que las horas complementarias pasen del 30 % al 60 % de las horas ordinarias sobre contrato, que se permita una flexibilidad total de la jornada que se adapte a las necesidades de la empresa, aumentar los periodos de prueba y, así, un largo etcétera.

En el mismo sentido (el de empeorar lo ya existente), este acuerdo viene a recomendar otorgar más poder a las mutuas. Se recomienda que las administraciones públicas celebren conciertos con las mutuas para que asuman más control sobre los procesos de Incapacidad Temporal, transfiriéndoles más competencias para realizar pruebas diagnósticas y tratamientos terapéuticos y rehabilitadores en los procesos de IT por contingencias comunes. Esto supone un golpe más contra el Sistema Público de Salud. Quien trabaja o ha trabajado ya conoce por experiencia lo que se puede esperar de la mutua cuando se está de baja, pues esto se va a poner peor, si cabe.

En definitiva, en este V Acuerdo, quien gana, y por goleada, es la patronal, con la inestimable colaboración de unas centrales sindicales (CC. OO. y UGT) que desde hace mucho tiempo han dejado de defender los intereses de la clase obrera y se han colocado al lado de la burguesía.

Ante todo esto, es más necesaria que nunca la unidad de acción de todas las organizaciones sindicales que se dicen de clase, de toda la clase obrera y los sectores populares para confrontar con garantía de éxito la patronal, haciendo un llamamiento a la HUELGA GENERAL YA, nos sobran razones para ello.

F.J. Ferrer

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