El pasado 1 de mayo, día internacional de la clase obrera, perdíamos precisamente a una de esas trabajadoras por las que levantábamos y seguimos levantando el puño y la voz. Y es que ese día tuvo lugar un accidente en el que falleció una trabajadora, y treinta y nueve resultaban heridas, tres de alta gravedad.

Las trabajadoras eran trasladadas desde sus municipios al centro de trabajo a las 6:35 de la mañana, en un autobús de la empresa, cuando éste colisionó, ocasionando el fallecimiento y las heridas de las trabajadoras, todas ellas, por cierto, mujeres, y muchas de ellas marroquíes. Las investigaciones del accidente aún no han sido publicadas, desconocemos si la trabajadora fallecida estaba dada de alta en la seguridad social, si tenía contrato o si se están respetando las incapacidades temporales del resto de trabajadoras accidentadas, pero la verdad es que no sería una sorpresa que nada de esto se diese. Pues es habitual encontrar estas crueles realidades en todos los ámbitos empresariales, en especial en el campo, la construcción y la hostelería.

En relación a ello es totalmente necesario hablar de las condiciones en que presta servicios este sector de la clase obrera1 altamente feminizado. Temporeras, trabajadoras del campo con condiciones infrahumanas, que trabajan de sol a sol, bajo temperaturas insoportables, con salarios irrisorios, sin descanso. Trabajos de los que los empresarios ansiosos de ganar más y más dinero se nutren de trabajadoras en muchos casos extranjeras, que ven en el campo su única posibilidad de empleo. Contratadas en origen, es decir, desde sus países, normalmente Marruecos y traídas a España únicamente a trabajar en unas condiciones penosas. ¿Y qué consecuencias tiene es contrato en origen? Recordemos que en nuestro maravilloso Estado existe el periodo de prueba, ampliado, por cierto, tras la última reforma laboral del actual gobierno. Un periodo de prueba de 2 meses en el que el empresario, a su antojo, puede rescindir la relación laboral. ¿Y qué pasa con las mujeres que no “superan” ese periodo de prueba? Pues que al tener ese tipo de contrato no tienen permiso de trabajo como tal y no pueden ser contratadas por otra empresa, por lo que, o acaban trabajando de forma ilegal, o buscando otras fuentes de ingresos o son retornadas a su país de origen.

Además, y en relación a esto último, recordemos que hace tiempo saltaba una noticia que denota la situación persona en las que se encuentran estas trabajadoras . Se hacía pública la explotación sexual a las que estaban sometidas muchas mujeres del campo, y en especial las trabajadoras de la fresa. Mujeres que eran obligadas a prostituirse y que tenían como única salida a esa situación la explotación en el campo o bien mujeres que incluso eran agredidas sexualmente en sus puestos de trabajo.

Trabajadoras invisibilizadas, víctimas de trata, que viven en una situación de explotación laboral más cerca de la exclavitud que de la libertad. Mujeres de las que nadie o poca gente se acuerda, que viven en guetos, apartadas y denostadas. Mujeres que el capital emplea a su antojo y con las que hace lo que se le place. Mujeres por las que hace falta luchar y no rendirse nunca. Mujeres que son ejemplo vivo de la crueldad de un sistema despiadado que viola, maltrata y explota a manos de sus gestores. Mujeres que deben estar siempre en nuestra mente recordandonos que hay motivos por los que luchar.

Alba AK.

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