Honoré de Balzac (1799-1850), novelista y dramaturgo francés representante de la llamada novela realista del siglo XIX, escribió Las ilusiones perdidas entre 1836 y 1843. Una obra literaria integrada en la monumental e inconclusa La comedia humana, en la que cabían el amor imposible, la lucha de clases y el inicio tumultuoso de la prensa moderna. Un libro que el gran escritor galo quiso fuese también un retrato descarnado de la Restauración borbónica en Francia, es decir del periodo comprendido entre la caída de Napoleón en 1815 y la Revolución de Julio de 1830. Por tanto, un desafío literario de notable relevancia.

Ahora un compatriota del precursor de la novela moderna, el cineasta Xavier Giannoli (París, 1972), (Crónica de una mentira, Madame Marguerite), recoge el testigo literario dejado por Balzac y lleva a la gran pantalla con éxito y mucho talento sus frustradas ilusiones. Giannoli consigue transferir fielmente al celuloide, gracias a una puesta en escena vibrante, y a una voz narrativa en off que mantiene el filme en constante movimiento, la psicología y las contradicciones del protagonista de la historia, así como el contexto político y social de una época marcada por la decrepitud de la aristocracia francesa y el inicio del voraz capitalismo.   

Lucien de Rubempré (convincente Benjamin Voisin), joven obrero de una imprenta en Angulema,

anhela dejar la vida mediocre de provincias y poder viajar a París para, en la gran urbe y al contacto de un idealizado mundo de las letras, realizarse como poeta y escritor. Alcanzar al fin la gloria, el prestigio y el reconocimiento tan deseados. Cuando puede hacerlo, Lucien parte a la fabulosa ciudad con su mecenas y con lo puesto: “la tinta, el papel y el amor a la belleza”. Abandonado rápidamente a su suerte, el joven idealista descubre las bambalinas de un mundo -el del teatro y la prensa burguesa - donde las manipulaciones del poder, el cinismo, la corrupción, la información al servicio del mejor postor y las fake news son ya la norma. Entonces las ilusiones se le desvanecen e intenta volver a vivir. Un Balzac de gran actualidad 200 años después de su publicación.

Rosebud

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