Los procesos que se desarrollan en diferentes Estados que han debido combatir intervenciones imperialistas para alterar voluntades populares expresadas en la lucha y refrendadas a través de las urnas, se encuentran con obstáculos cuando se trata de afianzar la toma del Poder a través de resolver las contradicciones que emanan de la sustitución del capitalismo por el único sistema que científica y materialmente puede afrontarlo con garantías de victoria.

La Revolución no es una tarea sencilla, pero, sobre todo, hay que tener voluntad política, organización de partido de vanguardia, estrategia incuestionable y política de alianzas que amplíen el marco de clase del proyecto perseguido.

El comienzo suele ofrecer episodios ilusionantes que prenden inmediatamente en las masas necesitadas de una transformación real y contundente de las condiciones de pobreza y miseria que les acompaña en su cotidianeidad, en el día a día.

La República Bolivariana de Venezuela inició con la victoria de Chávez en 1998 una senda que trascendía la dinámica bipartidista que había gestionado el capitalismo en las décadas precedentes. Rafael Caldera, Ramón José Velásquez, Carlos Andrés Pérez, presidentes con el respaldo, bien de Democracia Cristiana o de Acción Democrática, respondían a los intereses del sector oligárquico de la burguesía venezolana con la corrupción como hilo umbilical. Nadie ni nada alteraba el “orden establecido”. Sin embargo, Chávez llegó como un intruso y pudo haber pagado con su vida tan osado cambio en el golpe de Estado acompañado de secuestro que aconteció en abril de 2002. Fue una victoria del pueblo, que recuperó a su presidente.

No obstante, llegó el infortunio en este país andino el 5 de marzo de 2013 con el fallecimiento del comandante Hugo Chávez Frías después de un proceso acelerado de una fatal enfermedad.

Aún así, Venezuela seguía combatiendo el acoso y amenaza del imperialismo norteamericano, incluyendo sanciones y amagos de intervención desde territorio colombiano, que contó con la transmisión en directo de los canales televisivos golpistas. Incluso un tribunal comercial de la Alta Corte de Londres impidió la recuperación de 1 .000 millones de $ en reservas de oro del Banco Central de Venezuela, que están todavía bajo custodia del Banco Central de Inglaterra.

Con todo, el giro se ha producido, soterrada pero inequívocamente. Las alianzas en el seno de las distintas instituciones del Estado, están deparando una disposición negociadora con organizaciones que provocaron las “guarimbas”, que llegaron a registrar decenas de asesinatos, y, por el contrario, alejamiento, falsedades y negación de organizaciones revolucionarias. Algunas de ellas ya han sido intervenidas a través de decisiones judiciales amparadas en manipulados informes. Ello ha conllevado que sus direcciones centrales fueran sustituidas por “administradores” impuestos.

Las condiciones de las y los trabajadores en la crisis sistémica y general del capitalismo están gravemente afectadas. La carestía de la vida, con el predominio de las relaciones capitalistas de producción, conduce a una angustia creciente de las familias obreras, que no son atendidas por los organismos e instituciones estatales. El salario y las ayudas a paliar los problemas del pueblo trabajador no se actualizan en el Poder Legislativo, que emite leyes en sentido contrario para regular las “Zonas Económicas Especiales”, que estarán regidas por empresarios exentos de imposición fiscal durante diez años y que menospreciarán los derechos laborales de las y los trabajadores que se empleen en estos centros de producción.

En el campo de las desapariciones y asesinatos de líderes sociales encontramos la complicidad de la fiscalía en sus distintos niveles con los jueces que reciben las causas para enjuiciarlas. Por situar un caso, José Urbina, militante del Partido Comunista de Venezuela, fue asesinado a tiros el 10 de enero de 2022 cuando se encontraba en su vivienda en Puerto Páez, en el estado de Apure, por denunciar el allanamiento y detenciones arbitrarias practicadas por un destacamento de la Guardia Nacional en esta localidad.

Transcurrido un año, sigue imperando la impunidad y el silencio institucional. Como siempre, la lucha organizada del pueblo trabajador es la herramienta que garantiza la Justicia.

Victor Lucas

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