En Lituania, el año 1894 vio nacer a la que sería una artista multidisciplinar, exponente de una época y un estilo de trascendencia mundial, el constructivismo. Aunque Varvara Stepánova tiene un origen humilde y de una familia campesina, logró estudiar en la Escuela de Arte de Kazán, época en la que conoció a Alexander Rodchenko.
En 1917 con la Revolución de Octubre, Stepanóva quiso involucrarse, cada vez más, en un arte que trazara la realidad social y fuera accesible a las masas. Junto con otras creadoras, como Ekster y Liubov Popova, se empeñó en comunicar a través del arte los nuevos valores de la sociedad rusa y la ampliación de derechos para las mujeres. Entre 1919 y 1920, fue subdirectora de la sección de arte y literatura de IZO Narkompros, agencia gubernamental encargada de la ilustración del pueblo a través de la cultura. En este contexto contribuyó a las discusiones iniciales sobre el constructivismo.
En 1921, organizó la exposición histórica “5 × 5 = 25” que marcaría al constructivismo como vanguardia. Movimiento basado en la simplicidad, formas geométricas puras, linealidad, simetría, repetición, tipografías sencillas y fotomontaje, fueron las herramientas con las que se expresaron los valores socialistas. Varvara contribuyó al catálogo de la exposición declarando el fin de la pintura y el firme establecimiento de la “construcción” como el nuevo ideal artístico.
Además de pintora, se dedicó a la poesía y experimentó con la poesía visual, combinando la pintura, la fotografía y el texto. Filosofía, diseño gráfico, la escenografía y el diseño textil fueron disciplinas a las que se acercó. Siempre con enfoque constructivista, siempre poniendo el arte al servicio de la revolución, el trabajo y los cambios culturales de la nueva sociedad. Toda su creación estuvo dirigida a colaborar con el desarrollo de la sociedad soviética.
Creó el vestuario y la escenografía para la segunda producción constructivista de “La muerte de Tarelkin”, pero también diseñó indumentaria a nivel industrial, comercializada a través de revistas populares. La primacía de lo funcional por encima de lo decorativo, la llevó a realizar importantes aportes tanto en la elaboración de textiles, como en la confección de ropa para deportes o uniformes. Priorizando la forma, la libertad y el movimiento del cuerpo, con patrones elaborados y cuidados materiales de tela.
Llevar el arte a la acción fue una de sus premisas. No solo con sus creaciones artísticas, sino también a través de la docencia. En 1924 se convirtió en profesora de diseño textil.
Stepánova legó al arte y diseño escénicos grandes pautas para la visión ética, estética y filosófica de la puesta en escena, todas ellas vigentes y actuales. Ahí también nos lega la incontestable superioridad del socialismo en el campo de la creatividad artística.
María Luna