El Secretario de Estado para la Agenda 2030 está pletórico. ¡Quién iba a decirle a él que llegaría a alcanzar tan altos honores! Antes de acomodarse en el ansiado Gobierno de España y sentarse en el Consejo de Ministros, se hizo con la Secretaría General del PCE y con cuatro garatusas y arrumacos convenció a Pablo Iglesias, que le ofreció un tercer puesto en la Candidatura de Unidas Podemos y, de la noche a la mañana, se convirtió en diputado.

Codearse con lo más selecto y distinguido de la política española ya era mucho arroz pal pollo, pero la ascensión al Gobierno más progre de toda la progresía y ocupar un cargo de tan prominente rango, colma todas las pasiones del oportunista más pintao.

Pero claro, lo ministerial debe de tener sus servidumbres y, de tarde en tarde, son necesarias algunas declaraciones para que nuestros hábiles políticos informen del panorama nacional.

La cosa es que Enrique Santiago manifiesta, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que está de acuerdo con que España sea la sede de la OTAN el próximo año y, con toda naturalidad y mucho desparpajo, sostiene que eso de pertenecer a organizaciones internacionales conlleva obligaciones y para eso está él: para facilitar su cumplimiento y allanarle el camino a Jens Stoltenberg, el pacífico secretario general de la organización criminal del Tratado del Atlántico Norte.

¡El cuerpo se nos quedó helao! Cómo íbamos a imaginar que el letrado “leninista”, tan acostumbrado a negociar “paces”, iba a bajarse los pantalones tan pronto y con tanta insolencia.

Pero vamos a ver, Don Enrique de nuestras entretelas, ayúdanos a desenmarañar esas obligaciones porque nos has dejao locos.

Queremos suponer que las obligaciones contraídas serán con ese Gobierno de coalición que permite la privatización de la sanidad, que nos sube la luz, que calla ante los desahucios, que ahí mantiene la ley mordaza y la reforma laboral y que invierte buena parte de los Presupuestos generales en armamento y si uno quiere asegurar el sillón, no quedará más remedio que tragarse algún sapito... Lógico, natural y casi humano... ¡Cómo no vamos a entenderte, si te conocemos desde chaval y sabemos lo que te gustaban las jefaturas!... Porque… no queremos pensar que las obligaciones que te mantienen cautivo sean con Biden, que te casi te ha copiado las declaraciones cuando dice que la OTAN tiene una “importancia crítica” para los EEUU y es una obligación sagrada para la Casa Blanca.

Y.… en confianza, Enriquín, cuéntanos... ¿qué dice tu PCE de las obligaciones asumidas por su Secretario General? No tenemos constancia de que en el histórico partido haya habido ninguna mueca de descontento o contrariedad.

Entonces ¿aquello de “OTAN NO, BASES FUERA” era de coña? ¿Y de aquellos documentos aprobados en vuestro Congreso hablando de la salida de la OTAN, qué dicen las bases del venerable Partido Comunista de España? ¿Las bases no sienten el peso de las obligaciones? ¿O será que quien calla, otorga?

¡Cuando el cura anda a nueces, qué no harán los feligreses!

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