Forma parte también de la estrategia de la CIA que las personas terminen aceptando la «oposición blanda», se acostumbren a su existencia y la prefieran a la confrontacional, creciendo como un cáncer en el tejido vivo de la Revolución, hasta extinguirla

El 26 de mayo de 2016, Open Society Foundations acogió en su sede de New York al Laboratorio de Ideas Cuba Posible. La misma Open Society de George Soros, el millonario de las revoluciones de colores y los golpes suaves. Foto: Cuba Posible

Surgida en Inglaterra como intento para enmascarar la depredación capitalista, la tercera opción formó parte del discurso de los entusiastas restauradores del capitalismo en Europa del Este. Pero una vez en el poder, los aparentes centristas se convirtieron en neoliberales convencidos y aplicaron duras medidas de choque. La tercera vía se convirtió en un escabroso camino sin salida.

Los representantes de esas mismas intenciones en Cuba tratan de demostrar, con una serie de sofismas, lo inoportuno de la vía revolucionaria. Niegan, como a finales del XIX los autonomistas, la Revolución.

Palabras nuevas para principios viejos, la misma fórmula con que se intentó mediatizar la Revolución en el 59 y a principios de los 60 del pasado siglo. También en los 80 de aquella centuria se procuró utilizar movimientos artísticos con propuestas estéticas emergentes para fomentar el discurso de la tercera opción.

El 14 de mayo de 2004 se reunieron, en la residencia del funcionario estadounidense Francisco Sáenz, destacado en la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), un grupo variopinto de funcionarios yanquis, diplomáticos de países aliados del gobierno de EE. UU. y oficiales de la CIA.

Apenas una hora antes el pueblo cubano había marchado frente a esa sede en protesta por el endurecimiento de la guerra económica contra Cuba y las amenazas del presidente George W. Bush. Francisco Sáenz hablaba de un nuevo camino que debían emprender los intelectuales, gente de la cultura y la academia, no comprometida con la contrarrevolución tradicional.

Diez años después, un Presidente de ese país reconocía la derrota de la obsoleta política e intentaba lo mismo de «otra manera». La lógica indicaba el fin del garrote, la administración Obama usaba la zanahoria y apostaba a proyectos como Génesis, Cuba Posible, etc.

El Proyecto Génesis

En 2007 nace el proyecto Génesis, de la CIA, dirigido fundamentalmente a la juventud cubana. Debía dar sus frutos en un periodo calculado entre unos diez o 15 años, y salir a la luz en un escenario propicio, donde  para ellos ya no estarían los principales líderes históricos de la Revolución. Las tecnologías de la información y las comunicaciones e internet, desempeñarían un papel fundamental para la promoción de contenidos y para la movilización.

Estamos hablando de una organización «sembrada» en las universidades, que debía estar integrada por jóvenes estudiantes y profesores, vinculada –mediante programas de extensión universitaria y auspiciada y financiada subrepticiamente por el enemigo, a través de múltiples ONG–, con proyectos artísticos, académicos, culturales y sociales en las comunidades.

Génesis debía presentarse como opción nacionalista nacida no para destruir el socialismo, sino para «modernizarlo», una tercera vía que tenía como objetivo central destruir la unidad del país, sembrar la confusión y propiciar el caos.

Una variante del engendro

Tal aberración no pudo nacer. La base social integrada por jóvenes descreídos no aparecía por ninguna parte, y se les puso cuesta arriba encontrar líderes y formar a los nuevos cuadros. Entonces emprendieron una reorganización del trabajo. Ted Henken en 2011 realizó una exploración de la blogosfera cubana, identificando posibles aliados; buscó brechas, estudió candidatos. Su cartografía provocó un fuerte debate en las redes.

Por esa fecha, comenzaron a crearse en el país plataformas digitales administradas por estudiantes, profesores universitarios, profesionales de las comunicaciones, etc., vinculados a cursos financiados por ONG, a programas y becas internacionales, a planes de intercambio académico y otras variantes financiadas por empresas y medios de prensa privados.

El 26 de mayo de 2016, Open Society Foundations acogió en su sede de New York al Laboratorio de Ideas Cuba Posible. El evento neoyorquino, financiado por la Fundación Ford y Open Society, versó sobre «los desafíos actuales de Cuba». La misma Open Society de George Soros, el millonario de las revoluciones de colores y los golpes suaves.

La nueva estrategia del imperio articuló un brazo mediático, formado por plataformas que promueven una tercera vía, a las que buscan sumar líderes intelectuales, periodistas y académicos de nuestras instituciones. Ante el fracaso de las viejas fórmulas, apuestan a mover las tornas de la ideología revolucionaria al centro, sumar los más a la ambivalencia ideológica, cómoda y oportunista, y desde una posición de aparente neutralidad socavar los pilares de la Revolución.

Promueven la indefinición ideológica, el abandono de los principios, la falta de compromiso y la inacción política. Se proclaman de izquierda y nacionalistas; permanecen dentro de las instituciones académicas, culturales, científicas, de los medios de comunicación –a los que denigran y tildan de oficialistas–, pero siempre en contra del Estado socialista, del Partido Comunista de Cuba y su tradición revolucionaria antimperialista.

La tercera opción, que es siempre, por su esencia, contrarrevolucionaria, ha sido la herramienta más utilizada, históricamente, cuando los poderosos del mundo necesitan amansar la marea revolucionaria. Utiliza a la contrarrevolución más dura, de extrema derecha, para sembrar el caos y ejecutar acciones violentas que son rechazadas por el pueblo, y cuando estas se encuentran en su punto más alto, aparecen los del lenguaje aparentemente conciliador, de oposición suave y «aceptable».

Esa combinación permite, según los especialistas de la cia, que las personas terminen aceptando esa «oposición blanda», se acostumbren a su existencia y la prefieran a la otra, creciendo como un cáncer en el tejido vivo de la Revolución, hasta extinguirla.

Ahora surgen de nuevo, en medio de los hechos reprobables de un grupo de mercenarios, repitiendo el discurso de siempre, prometiendo cornucopias de la abundancia y un tercer camino que solo conduce a la emboscada artera y al fin de los sueños.


Publicado el 9 de diciembre en www.granma.cu

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