Enfrentarse al problema saharaui sin acudir a la historia es imposible. No hay un aquí y un ahora, hay un desarrollo histórico que nos lleva a lo que está ocurriendo en el presente.
No ver la colonización de África por la sacrosanta Europa, con sus fronteras de líneas rectas y su reparto en función de sus intereses comerciales es el principio de la ceguera. Esta enfermedad continúa al no ver al estado europeo más implicado, la propia España de Franco y sus secuaces, las amistades de EE.UU. y curiosamente las mismas de la monarquía marroquí.
La situación del Magreb desde los años 60 y 70 fue un motivo de incordio para el imperialismo. Desde Egipto hasta Argelia, la descolonización había llevado a estos países a aliarse y a formar parte del grupo de no alineados, con un fuerte componente socialista que les llevó a formar Repúblicas Populares donde antes había gobiernos títeres de las metrópolis.
Todos, menos Marruecos, y no es casualidad. El gobierno marroquí con su sátrapa de turno siempre permaneció fiel a la Europa de la que no formaba parte, con sus monarcas absolutos y el empobrecimiento de la población sometida a sus antojos. Así, mientras el Magreb se despertaba, el rey de Marruecos firmaba acuerdos militares con Francia y EEUU. La política imperial de siempre: Me importa un rábano la democracia de la que hago escudo cuando me interesa, te mantenemos en el poder y tú nos proporcionas control sobre el Estrecho de Gibraltar o sobre el de Ormuz o sobre los recursos del Golfo Pérsico.
Hay que hacer hincapié en la buena relación de la monarquía borbónica con la marroquí y de “nuestros políticos del PSOE”. Sátrapa vs sátrapa, Hassan II y Mohamed VI vs el Campechano y Felipe González
Centrándonos en la RASD, en 1975 se firmaron los pactos entre Marruecos, España y Mauritania, en la que la España (OTANISTA por derecho aunque sin reconocimiento) se saltaba las normas de la ONU (esa ONU no es la de ahora, aún existía la URSS) y repartía el territorio que no le pertenecía entre otros dos países que tampoco eran sus herederos Marruecos y Mauritania, dando por olvidado que existía una población allí que era la legítima propietaria del país. Es curioso, Abascal quiere poner misiles para defendernos de Marruecos y Argelia ¿qué diría su referente político si levantara la cabeza?, y es que sin que el otro fuera un lumbreras, lo de este parásito de las ayudas públicas no tiene nombre….que me pierdoooo! Que nos perdemoooos! Por aquello de que la autoría es doble.
Curiosamente, el proyecto ideado por Franco en 1974 era otro, consistía en dilatar la descolonización otorgando al Sáhara un estatuto de autonomía (¿a qué me suena esto?) que dejara la administración en manos de los saharauis y las decisiones en manos del Gobierno de Madrid.
Y no es que Francisquito fuera buen tipo, es que ya existía un proyecto de naciones unidas desde el 14 de diciembre de 1960, en el que la Asamblea General aprobó la resolución 1514 (XV) que contiene la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, en la que proclamó solemnemente la necesidad de llevar el colonialismo a un final rápido e incondicional en todas sus formas y manifestaciones. Con ese fin, la Asamblea General declaró una serie de principios, incluida la necesidad de tomar medidas inmediatas para permitir que las personas de los territorios no autónomos disfruten de total independencia y libertad y la resolución 2072 (XX) de 1965 en la que se instó a la descolonización de Ifni y Sahara Español: “Pide encarecidamente al Gobierno de España, como Potencia administradora, que adopte inmediatamente todas las medidas necesarias para la liberación de los territorios de Ifni y del Sáhara español de la dominación colonial y que, con ese fin, emprenda negociaciones sobre los problemas relativos a la soberanía presentados por estos dos Territorios”
La historia siguiente es conocida, Mauritania tras los ataques de la resistencia saharaui renuncia, logrando el 5 de agosto de 1979 que Mauritania cediese su parte del Sahara Occidental al Frente Polisario, pero esto no es reconocido por Marruecos, que se anexiona esa zona el 11 de agosto. A raíz de dicha anexión, la ONU aprueba una resolución en la que reconoce al Frente Polisario como el legítimo representante del pueblo saharaui, mientras que considera a Marruecos como una potencia ocupante. Marruecos hace valer un derecho inexistente para quedarse con el país y la población saharaui se reparte entre los campos de refugiados de Argelia y su propia tierra ocupada. España no cumplió con lo exigido por la ONU, lo que ha llevado a posteriores resoluciones en las que, ya con UCD en el poder, se dice que el proceso de descolonización aún no se ha concluido, siendo España poder administrativo de iure del Territorio, aunque no de facto, teniendo responsabilidades que a fecha de hoy aún no se han materializado.
Se suponía que en 1998 se realizaría un referéndum de autodeterminación (que no se enteren los españoleros que le envían el barco Piolín) que aún hoy por presiones de Marruecos no se ha realizado.
¿Qué ha sucedido en 2020 que no hubiera sucedido antes?
Hacer un análisis internacional excede en mucho la capacidad de quienes escribimos, pero no debe ser casualidad que la crisis del COVID, la caída de Trump y la presión que sufre todo el planeta, sea un acelerador de la actitud marroquí y la consiguiente reacción saharaui.
Marruecos ha cometido tropelías en territorio ocupado (similar lo que ocurre en Palestina) que internacionalmente aún no se han condenado o si se han condenado no se han tomado medidas efectivas (se nota que nos falta la URSS también en esto), aunque el mismo Tribunal Internacional de La Haya ya le negó cualquier derecho sobre territorio saharaui en el mismo año 1975.
En 2019, de forma unilateral y saltándose todo el derecho internacional, Marruecos anunció que no contemplaba ni la autodeterminación ni la independencia sino sólo un amplia autonomía (¿a que va a ser verdad que el Piolín acabó recalando allí?)
Marruecos en plena crisis económica ha atacado el paso fronterizo de Guerguerat que une Mauritania con el territorio ocupado por Marruecos en el Sáhara Occidental. Con ello, Marruecos rompió el tratado de paz firmado con el Frente Polisario, pero ¿qué pretende Marruecos? Las guerras convencionales no son rentables a menos que tengan la seguridad de ganar y de dar carpetazo al tema saharaui, convirtiendo lo que es una ocupación de hecho en una conquista militar. La cuestión es el capital como siempre. El capitalismo marroquí necesita abrir la brecha en el Sáhara ocupado para llegar a Mauritania y mantener el expolio de los recursos de la RASD.
El pueblo marroquí no se beneficiará en nada y la guerra acabará costando la vida de los jóvenes de uno y otro lado, mientras la Unión Europea mira para otro lado y sólo se preocupa de Venezuela, de Cuba y de Bielorrusia. Aunque la nueva posición europeísta puede suponer el acercamiento a Argelia y Túnez y la condena del salafismo que se refugia en Marruecos y Turquía
Desde España se producen movimientos contradictorios: Desde la falta de lealtad del “progresista” gobierno actual con los pactos, y los deberes que nos marcó la diplomacia internacional, hasta el olvido de los que hoy son ministros que “ayer” clamaban por el pueblo saharaui hermano. Al final el nacionalismo revolucionario que lucha por una guerra de independencia no es el nacionalismo casposo que defiende la derechona, ni la socialdemocracia, ni mucho menos el IBEX 35.
En este sentido, las maniobras de partidos de pseudo izquierda, liberales disfrazados y reformistas, copando las manifestaciones y concentraciones sólo huelen a influir en la lucha independentista, en crear una élite entre los saharuis residentes en España para convertirlos en los próximos líderes, olvidando que la lucha se mantiene desde el mismo Sáhara, tanto el territorio ocupado como desde los campos de Tinduf.
El tiempo dirá quienes fueron amigos y quienes traidores. Argelia cedió parte de su territorio para acoger a los saharauis. Durante casi 50 años subsiste Tinduf en territorio argelino con casi 150 mil saharauis. La solidaridad de la otrora República Socialista argelina quedó puesta de manifiesto, así como la idea de hermandad de todo el Magreb, hermandad combatida por EEUU y Europa, puesto que ponía en jaque sus intereses. Los países menos democráticos del mundo apoyan a Marruecos y condenan la lucha armada del pueblo saharaui… son los de siempre: Arabia Saudita, Emiratos, Qatar, Omán, los mismos que reconocen a Israel y olvidan al pueblo palestino.
Ni que decir tiene cuál es la posición de los y las comunistas: el apoyo indiscutible a la lucha de liberación del pueblo saharaui.
Juan luís Corbacho & Aidar.