El marco de la lucha de clases en Bolivia nos ha de llevar a vislumbrar que la crisis política se transforme en crisis revolucionaria.  La decisión del Tribunal Supremo Electoral de posponer la convocatoria de  las elecciones, bajo el pretexto inaceptable de la epidemia, responde a una maniobra más, una más para que la oligarquía  boliviana se afiance a través del Golpe de Estado del pasado noviembre de 2019. Oligarquía sanguinaria que junto a la CIA asesinó al Che, a la guerrillera Tania y tantos miembros de la Guerrilla. Una oligarquía que perpetró infinidad de sangrientos golpes de estado durante el siglo XX. Hemos de aprender de la Historia del pasado y de la Historia del presente.

Las recientes movilizaciones emprendidas por la COB durante el presente mes de agosto ante la vuelta de tuerca del guión golpista representan el hartazgo ante la usurpación del gobierno por parte de la fascista Áñez. El gobierno legítimo de Bolivia es el gobierno de Evo Morales que ganó limpia y ampliamente las elecciones del pasado mes de octubre. Vemos como el Imperialismo interviene violentamente a través del golpismo como sucedió en el movimiento neonazi de Maidan en Ucrania, el Golpe contra Zelaya en Honduras en 2009, el ataque imperialista contra Nicaragua en 2018, el golpismo de Guaidó en Venezuela y ahora el golpismo en Bielorrusia, golpismos claramente apoyados por el Imperialismo yanqui y el imperialismo de la Unión Europea.

Tras los movimientos por el agua y por los hidrocarburos entre 2001 y 2003. El gobierno de Evo supuso importantes conquistas sociales: Nacionalizaciones y medidas sociales en beneficio de las grandes mayorías. Recordemos que la oligarquía no descansa: tan solo mencionar cuando en 2016 utilizó a FENCOMIN, a  un exponente del cooperativismo minero capitalista  y sus enfrentamiento en Oruro contra el gobierno antiimperialista de Evo Morales con el fin de imponer los contratos suscritos con las transnacionales así como imponer privatizaciones. El incendio de la Amazonia en el verano de 2019 también fue utilizado para atacar al gobierno del MAS. La oligarquía lleva su propia hoja de ruta golpista, una vez más.

La operación golpista  fue auspiciada por el Comité Cívico de Santa Cruz  liderado por el oligarca Luis Fernando Camacho, con el apoyo del amotinamiento policial, de los lacayos imperialistas del ejército, el lobby evangelista y la jerarquía católica en connivencia con sus medios de comunicación. El golpismo de 2019 está estrechamente ligado a los intereses del litio. El salar de Uyuni contiene 21 millones  de toneladas de litio, el 70 % de las reservas mundiales. Bolivia es la principal de proveedora de tungsteno, hierro y antimonio a EEUU, así como uno de los principales países que abastecen de cobre, plata, oro y zinc. El 21 % de las importaciones provenía de China y el 7.5 % de EEUU. Stella Calloni lo demostró muy claramente cuando en 2019 los gobiernos bastardos imperialistas de Piñera y Macri  decidieron contratar a la Compañía yanqui Ensorcia Metals para la provisión de baterías de litio y no por casualidad militarizar las fronteras con Bolivia.

La deriva estrepitosa del gobierno lacayo de Áñez con la expulsión de los médicos cubanos, dejando a la población abandonada a su suerte, la agudización de la crisis a partir de la pandemia, la persistente persecución política, la brutal represión, el aumento del desempleo  son ejemplos del proceso de descomposición del gobierno golpista y sus espurios intereses  imperialistas. El silencio cómplice de la títere del Imperialismo, Greta Thumberg, es otro ejemplo de las maniobras imperialistas.

Solamente la lucha organizada de la clase obrera, el campesinado y amplios sectores populares podrá derrocar el golpismo, derrotar al Imperialismo y abrir el camino a un amplio movimiento obrero y popular por la conquista del Socialismo.

Carmen Duarte.

Miguel Ángel Rojas.

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