La crisis sanitaria está dejando al descubierto las desigualdades del sistema y mostrando su rostro inhumano y enemigo de la humanidad. Cada día ante nuestros ojos asistimos con espanto y rabia al descarte humano de quienes ya no son “rentables” y vamos sufriendo el deterioro de nuestras condiciones laborales, la falta de medios de protección, los salarios de miseria, las insoportables jornadas o la modificación unilateral de las condiciones laborales y derechos conquistados tras largas luchas…Y nos quieren en silencio y sumisión, aceptando las ordenes del patrón sin protestar.

Eso le sucedió a Carminha Naveiro en Inditex, la empresa donde trabaja. Con una orden verbal, sin réplica, sin constancia documental de la modificación unilateral del horario, fue conminada a dejar su puesto de trabajo a las 20:15 y no a las 22:30, como siempre en su turno. El grupo textil ordenó no registrar la medida por escrito para que la plantilla no pueda quejarse ni reclamar la arbitrariedad, sólo obedecer al amo.

Pero Carminha conoce sus derechos, es una trabajadora consciente y organizada, está afilada a CIG y además es la presidenta del comité de empresa de Zara en la provincia de A Coruña. Ha venido denunciando en las redes sociales durante toda la semana que la empresa está "cambiando unilateralmente el horario laboral" de la plantilla, justificándolo en función del estado de alarma y, por lo tanto, cambiando sustancialmente las condiciones laborales de empleados y empleadas.

Igualmente la Federación de Servicios de IGC denuncia que Inditex modificó el lunes 11, "unilateralmente y de la noche a la mañana", los horarios del personal del grupo en todo el estado. Esta decisión también incluye, a personas que han reducido las horas de trabajo para el cuidado de los niños, "lo cual es un ataque directo al derecho a conciliar la vida laboral y familiar".

Naveira sabe que "el estado de alarma no suspende nuestros derechos laborales y la libertad de asociación" y pide a la compañía que le notifique por escrito sobre este cambio en el horario o no abandona la instalación. Aquí, entra en juego otra demostración de que el Estado y sus esbirros uniformados están al servicio de las clases dominantes y son los consejos de administración de la burguesía. Le hicieron en primera persona y en directo una viva demostración de la dictadura del capital. La compañía no solo se niega a darle nada por escrito sino que además llama a 2 guardias de seguridad y 4 policías para que la echen de la tienda.

Los piquetes del patrón, esos que defienden el derecho a trabajar única y exclusivamente cuando la clase obrera está en huelga, irrumpieron al almacén donde trabajaba Naveira. Nos dice “se pueden imaginar cómo me sentí: coaccionada ", y continúa "Pero aún así, me negué a dejar el puesto hasta que me lo dijeron por escrito", concluye.

Seis hombres con palos y pistolas para echar a una mujer de su trabajo, así es como actúa la gerencia de esta compañía. Y mientras de puertas adentro de las instalaciones los derechos laborales son arrollados y se usa la fuerza para hacer cumplir el mandato de la jefatura y se "aprovecha" el estado de alarma para cambiar la jornada laboral de toda la plantilla utilizando la "represión" contra sus trabajadores y trabajadoras, hacia fuera Inditex ofrece la imagen de una empresa que cuida a su personal. Y se nos vende al empresario ejemplar que dona migajas que serán convenientemente objeto de desgravaciones fiscales, al tiempo que incrementa su patrimonio en más de 50.400 millones de euros, acumulado uno a uno con las plusvalías que extrae a trabajadores y trabajadoras de diversas partes del mundo donde tiene sus instalaciones o subcontratas.

Indetex reprime y discrimina.

Todos los derechos los ganamos luchando, todos los derechos se defienden luchando.

#TuLuchaDecide.

Fuente: Redacción UyL. Diario Nos.

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