La relación entre los océanos y la atmósfera (o clima) es un factor relevante a tener en cuenta en el estudio materialista de la historia.

Como ya se comentó, el historiador francés Fernand Braudel con la aplicación de la temporalidad llamada longue dureé (larga duración) introducía en el análisis histórico las constricciones dadas por la geografía, ecosistemas, etc. La característica de éstos es que su variación es muy lenta, siendo muy estables en el tiempo. Un cambio de estos supondría una alteración significante de las formaciones sociales o su desaparición.

Con este marco teórico, la relación entre el clima y los océanos es un caso interesante. Recordemos que una variación de la temperatura media de la Tierra del orden de 1º a 2ºC tiene un gran impacto en el clima.

El nivel del mar está directamente ligado al clima por dos motivos. Uno, si el clima se enfría, habrá un aumento de la criósfera. Es decir, un aumento de la nieve y hielo en la superficie de la Tierra, con la consiguiente disminución de las masas acuáticas. De otra manera, una disminución de la temperatura media de la Tierra acarrea una disminución del nivel del mar. Lo contrario también es cierto. Un aumento de la temperatura media de la Tierra provoca una disminución de glaciares y otros cuerpos de hielo o nieve en la superficie terrestre y un aumento del nivel del mar.

Pero el nivel del mar no sólo aumenta o disminuye en función de la criósfera. Lo que nos lleva al segundo motivo, el nivel del mar varía debido a un aumento o disminución de la temperatura de los propios océanos y mares. El volumen del agua aumenta al aumentar su temperatura. Para entendernos, con el actual calentamiento global el nivel del mar aumentará primero por la disminución de los casquetes polares y glaciares, pero también por el aumento de la propia temperatura de mares y océanos.

Tenemos ejemplos históricos en el que el nivel del mar jugó un papel importante. En la última glaciación el nivel del mar disminuyo tanto que se crearon los llamados puentes de tierra. Estos puentes de tierra, al estar libres de agua, unían diferentes continentes como Eurasia con América o Eurasia con Australia y permitieron el paso de humanos. De igual manera, Gran Bretaña y Japón eran unas penínsulas de Eurasia. Al acabarse la Edad de Hielo, estos puentes quedarán inundados, quedando aislados unos continentes de otros y cayendo en el olvido.

El caso más interesante es el del continente americano. La primera oleada de humanos entró por el Estrecho de Bering durante la última glaciación. Estos humanos cazadores-recolectores colonizaron el continente erradicando gran parte de los animales, principalmente los grandes herbívoros, y dejando los ecosistemas bastante débiles, facilitando, así, la segunda invasión humana de las Américas. La segunda oleada, que llegó por barco y estaba dotada de unas relaciones de producción capitalistas, no encontró oposición y consiguió someter a todo el continente.

Un caso particular de lucha contra el nivel del mar está en los Países Bajos. A partir del siglo XII en la región de Flandes se comenzó a ganar terreno al mar para uso agrícola. En esta lucha se fue generando todo un complejo entramado de diques, canales y sistemas de drenaje que fue conformando la sociedad neerlandesa. También este entramado, junto con la Pequeña Edad de Hielo, le dio unas características especiales a las guerras de Flandes durante el siglo XVII y al desarrollo del capitalismo en esta región que la haría ser hegemónica hasta el Tratado de Utrecht.

Manuel Francisco Varo López

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