El triunfo del PCPE, frente al ataque de la fracción oportunista y liquidadora, ha puesto de relieve el alto nivel político e ideológico de nuestra base militante, y de nuestros cuadros.
UyL El PCPE ha conseguido derrotar la estrategia de usurpación de sus siglas, y ha resuelto los problemas legales generados por el grupo liquidacionista. ¿Cómo se ha conseguido este final resolutivo?
El pasado 4 de marzo terminó, formalmente, esa usurpación. En términos políticos era una estrategia ya fracasada por los mismos hechos, que, de forma inexorable, ponían en evidencia los límites de esa estrategia falsaria. El Partido en estos dos años se ha mantenido en su actividad política normal, realizando un importante trabajo de masas, y atendiendo a los daños causados para ir recuperando allí donde la fracción tuvo mayor capacidad de engaño.
El equipo jurídico del Partido realizó un gran trabajo, que permitió que finalmente no fuera necesaria la celebración de ningún juicio, pues los mismos cabecillas de la fracción se avinieron a firmar un documento de mediación en el que reconocían la falsedad de todas sus actuaciones ante el Registro de Partidos Políticos, y que el PCPE lo representa su legítima Dirección elegida en el X Congreso. Aun así habrá que esperar para confirmar que cumplan todo lo firmado.
UyL ¿Esperaba la Dirección del Partido que la solución se daría en estas claves?
No era fácil prever el desarrollo de esta situación, la capacidad de falseamiento y de engaño de esa fracción no la había visto yo nunca a esos niveles en toda mi vida militante.
Por ejemplo, la presentación de unos falsos Estatutos en el Ministerio del Interior, supuestamente aprobados por el X Congreso, y que se correspondían a los Estatutos de un partido burgués, resulta un hito en la historia de las desviaciones ideológicas en el comunismo español. Ni Santiago Carrillo llegó a tales niveles de degeneración.
Nosotros nos situábamos en una perspectiva más prolongada del conflicto, entre otras cosas porque los elementos de la fracción manifestaban un especial empeño en dañar la imagen del PCPE, y eso parecía no tener límites.
UyL ¿Qué se puede decir de esta experiencia en lo relativo al Movimiento Comunista Internacional?
Determinados sujetos del MCI no fueron ajenos a este golpe contra el PCPE. Es una desgracia, pero es una situación que hay que reconocer.
Ahora, una vez resuelta la situación, cada cual hará su propia evaluación, y quienes actuaron al margen de los más elementales principios de la ética revolucionaria, por un lado tendrán que hacer su propia autocrítica, y por otro ya están pagando un alto precio, pues la maniobra ha quedado muy clara a nivel internacional, y se ha producido un profundo descrédito de quiénes en esa situación no actuaron de forma correcta.
Cabe esperar que de ello se deduzcan conclusiones positivas, y aprendizajes, para que una cosa así no vuelva a suceder. Yo confío en ello.
UyL Este tipo de conflictos desprestigian a las organizaciones obreras, donde se presupone que participan personas de probada honestidad que no deberían protagonizar tales acciones ¿qué explicación se puede dar en el caso concreto del PCPE?
Efectivamente por la naturaleza de nuestros postulados ideológicos, y por nuestros fines revolucionarios, personas que protagonizan actos tan lamentables no tienen cabida en el PCPE.
Pero luchamos dentro de la podrida sociedad capitalista, y el Partido tiene un atractivo, precisamente por su alto sentido de la ética revolucionaria, para personas que son, en lo fundamental, burguesía radicalizada que tienen una ensoñación de jugar un papel “redentor” en las filas heroicas del comunismo, pero cuando constatan la dureza de la lucha revolucionaria, y que carecen de una conciencia de clase que les permita persistir en la lucha, se desesperan y empiezan a buscar atajos. Ese ha sido el caso de este grupo.
Personas con un muy escaso, o nulo, trabajo en la lucha de masas, que no conocen lo que es la lucha prolongada en el conflicto social para ganar posiciones hegemónicas, que no asumen el quedarse en minoría y seguir defendiendo los principios.
El Partido Comunista está sujeto siempre a este riesgo, y lo importante es tener las capacidades para detectar a estas personas que se acercan al Partido desde esas posiciones idealistas. Nuestro error es que detectamos los problemas, pero tuvimos una posición muy voluntarista intentando una y otra vez que se comportaran como militantes de una organización comunista, cuando estaba claro que no se daban las condiciones. Ese voluntarismo en el que caímos algunos es lo que aprovecharon para hacer sus traiciones y maniobras.
Mejorar nuestra práctica de vigilancia revolucionaria, como una de las características del Partido leninista, es uno de los aprendizajes principales que hemos obtenido de esta experiencia.
UyL El grupo fraccional se orientó hacia la conspiración con la Juventud, cuando fracasaba en sus maniobras en el interior del Partido. ¿Qué consecuencias tuvo eso?
El Partido se centró más en combatir la maniobra fraccional en su interior, y ello nos dificultó atender a las infiltraciones fraccionales dentro de los CJC. Ello tuvo como consecuencia que en la Dirección de la Juventud el grupo fraccional controlara la situación, no así en las organizaciones territoriales.
En buena medida la ruptura fraccional no se produjo desde las filas del Partido sino desde las de la Juventud.
Sobre eso hemos sacado conclusiones muy importantes. La primera es la de reconocer lo erróneo de un modelo de Juventud de Partido con un alto grado de autonomía, que en la práctica funcionan como dos organizaciones paralelas, que incluso se solapan en sus actividades políticas.
Como consecuencia de ello el PCPE, desde hace dos años, está abordando la construcción de un nuevo modelo de organización juvenil de Partido, cuyo núcleo inicial son los jóvenes que se mantuvieron firmes y no se prestaron al engaño fraccional. Eso significa que partimos de una base militante bien probada en el combate ideológico y en la lealtad al Partido.
En este mes de abril se celebra la Iª Conferencia Estatal de la JPCPE, que ahora no será una organización paralela a la del Partido, sino que sus miembros se integran en las mismas filas del Partido como jóvenes que están en su proceso de formación para acceder a las filas del Partido en su momento. Consideramos que este será un gran avance para el PCPE, con muy buenas perspectivas de futuro. Esa Juventud mantendrá sus relaciones internacionales con organizaciones homólogas, pero será siempre una organización que forma parte del PCPE, que funciona diariamente en las filas del Partido.
Tenemos mucha confianza de que este modelo será mucho más adecuado para organizar a la juventud revolucionaria.
UyL ¿Para concluir, podrías hacer un balance general de esta experiencia?
En primer lugar tengo que hacer un balance muy positivo de la fortaleza política e ideológica de la militancia del Partido, sin ello no habría sido posible resistir este ataque liquidacionista y, al mismo tiempo, seguir haciendo política en la lucha de masas, como de forma tan evidente se ha demostrado en estas últimas semanas con el tema de la agresión imperialista a Venezuela, donde el Partido y la Juventud han estado en la calle a la cabeza de las movilizaciones.
Por otra parte esta experiencia es un gran aprendizaje. El PCPE llevaba más de veinte años sin conflictos internos notables, y eso era ya un buen record. Saldremos más fuertes de este proceso, y con más capacidades para defender al Partido frente a cualquier ataque. Ahora estamos empeñados en el lanzamiento de cuadros de las nuevas promociones para fortalecer al Comité Central, y para preparar una buena generación para el futuro de la conducción revolucionaria en España.
También hay que destacar, y agradecer, el gran apoyo de importantes organizaciones del Movimiento Comunista Internacional, que siempre confiaron en el PCPE, y que en todo momento nos dieron su apoyo incondicional.