¿Quieres ser Glover? ¿tienes tiempo libre y tu propio medio de transporte? Gana dinero cada mes descubriendo tu ciudad.

Así empieza el reclamo de Glovo para reclutar trabajadores y trabajadoras, una empresa creada en Barcelona en 2015 que a través de una aplicación (App) pone en contacto a “repartidores independientes” (léase falsos autónomos) con clientes, para llevar a domicilio cualquier cosa que quepa en su caja-mochila de color amarillo.

Me entrevisto con Patricia y Lucas (nombres ficticios) trabajadora y ex – trabajador de Glovo que me cuentan sus experiencias.

“Para empezar tienes que darte de alta como autónomo, unos 250-300€ de media, aunque existen diferentes cuotas, también debes pagar una fianza por la “caja-mochila”, una batería externa y un porta móviles. En la aplicación para la plantilla que te descargas en tu móvil les ofreces “tu” tiempo. Al principio sueles empezar con 3 horas al día, y con el tiempo, si te portas bien, van aumentándote esa cantidad de horas”.

En 3 horas debes responder a los pedidos que salten en la aplicación del repartidor en la que estás controlado por GPS en todo momento. Puedes esperar una hora hasta que salta el primer pedido, por lo que en tres horas puedes hacer uno, cinco o ningún pedido. Se cobra en función de los pedidos que llevas. No responder a un pedido te penaliza con lo que la próxima vez recibirás menos avisos, y por tanto tendrás menos ingresos. Tu objetivo al principio es que tengas cada vez más trabajo.

“Se cobra una media de 2-4 € por pedido. Este dinero va en función de los kilómetros que haces con la bici, moto o coche propio. Si tienes que esperar a que te entreguen el pedido también cobras más, y finalmente hay algunos pluses como por ejemplo si llueve y extras que pone la empresa para motivar al repartidor. Los cobros se hacen cada 15 días a través de facturas. En resumen, pones “tu tiempo” a disposición de la empresa sin saber cuánto vas a ingresar cada día”.

Patricia, lleva unos pocos meses como autónoma en Glovo y las cuentas no le salen. “Ahora cobro unos 600 € por unas 5 horas al día, pero claro, resta unos 292 € de autónoma que pago cada mes y quita la gasolina de mi coche, unos 120 € al mes que también hay que restar”.

“Es necesario prohibir los falsos autónomos, ahí está el problema.”

En estas empresas no hay representantes sindicales, apunta Patricia. “Date cuenta que para cualquier contacto con la empresa debes llamar a la central en Barcelona. La oficina en mi ciudad tienen horarios cambiantes y solo hay allí un coordinador que a veces ni te atiende”.

Les pregunto por los colectivos que se han creado recientemente en otras ciudades españolas como la Plataforma Rayders por Derechos o la Asociación Nacional de Ciclomensajería y les comento la reciente sentencia de una jueza en Valencia que ha dado la razón a un falso autónomo al que le dijeron que ya no contaban con él. Lo mismo que le dijeron a Lucas. La sentencia afirma que el repartidor ejerció funciones como asalariado para la empresa (en este caso Deliveroo) a pesar de estar contratado como autónomo.

Patricia no conoce estos colectivos aunque Lucas sí que algo ha oído. “Estas organizaciones son necesarias, pero claro, la gente aquí tiene mucho miedo. Si molestas o te planteas denunciar dejan de contar contigo”.

Un falso autónomo es aquel o aquella que aunque tiene una relación laboral “clásica” con su empleador, esta se encubre bajo una relación “mercantil”, es decir, una prestación de servicios entre empresa y autónomo, que se justifica con la emisión de una factura.

Un falso autónomo no tiene vacaciones, no tiene descansos, no tiene permisos, no tiene bajas, no tiene indemnizaciones por despido, ni limites de jornada, no tiene paro,… Por eso a la empresa le interesa este modelo del “falso autónomo” porque se ahorra una barbaridad en cotizaciones a la Seguridad Social, en descanso semanal, vacaciones, en indemnizaciones, no tiene que responder ante bajas médicas, etc.

Los trabajadores de Glovo son un ejemplo de las nuevas relaciones de trabajo del Siglo XXI, ¿estamos preparadas las organizaciones obreras, los sindicatos… para dar respuesta a estas nuevas formas de explotación?

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